¿Qué pasa si se piensa al peronismo no desde su óptica filosófica, política y doctrinaria, sino como la “opción más conveniente? Este pregunta guió la reflexión conceptual de Cynthia García por la 750, donde cargó contra el nuevo intento neoliberal de naturalizar la crueldad y la pobreza y pidió rebelarse, sencillamente, diciéndole que no a esta idea.
El editorial de Cynthia García
En un ida y vuelta con Pedro Saborido, hablando de este tiempo, de este año, que es el año de todos nosotros, no solo del Gobierno de Javier Milei y las corporaciones, Pedro decía algo muy interesante: decia que, sin embargo, el peronismo sigue siendo la opción más conveniente.
Hablaba de que el peronismo, el sello de la representación del campo nacional y popular, no se hizo leyendo los libros de John William Cooke. No desmereciendo a Cooke. Yo nunca había pensado al peronismo desde la conveniencia. Me parecía que estaba bien. Y que hay que reafirmarse en esta identidad para ampliar el espectro.
¿O acaso no es más conveniente un Gobierno que pondere una secretaría de niñeces y adolescencias o que active una causa contra un funcionario que golpea a un adolescente? ¿No es conveniente para el concepto de seguridad ciudadana que más gente tenga más trabajo?
Veía que hubo despidos en Capital Humano. Están silenciados, pero sigue habiendo despidos. Y una mujer en el mostrador le decía: "Pero no te das cuenta, Laura, que te conocemos, que sabemos de dónde venís. Digan que no. Si empiezan a decir los funcionarios que no a las listas que les dan para despedir, van a tener que venir ellos a despedir gente”.
¿No te das cuenta de lo que le puede pasar a la gente con la pobreza, lo que genera la pobreza, lo que pasa con una familia que no puede pagar el alquiler o darle de comer a los hijos?
Y hablaba de la conveniencia. ¿No es conveniente que los sectores empoderados con el trabajo no tengan que recurrir a la venta de droga, a ser soldados en el narco o a robar un supermercado porque no tienen para darle de comer a sus hijos? ¿Qué harías vos? ¿No harías cualquier cosa? De esa conveniencia habla Saborido sobre el peronismo.
En paralelo, yo le preguntaba sobre los límites. Si no era un límite. Y me dijo que hemos incorporado la miseria en nuestro paisaje. Es así. Y no es la primera vez. Somos la misma sociedad que permitió que desaparecieran a 30 mil personas. Vaya que no es la primera vez. Pero desde los últimos 40 años, nunca como en este momento, como en este año. Hemos incorporado la miseria y la crueldad a nuestro paisaje.
¿Se acuerdan cuando hablábamos de la política de la crueldad? Bueno, es un valor para este Estado. No la política; la política de la crueldad. ¿Y cómo logran encadenar esto? Lo hacen porque atacan a la política. Esa política que es conveniente para las grandes mayorías.
Sin embargo, legitiman la crueldad, la naturalizan, la hacen parte del paisaje, porque logran enfocar todo lo que consideran negativo en la política. Y, sin embargo, es la política la que va a resolver esto.
La reacción es rebelarnos. Empecemos a rebelarnos. A decir que no, como le pedía esa mujer a la funcionaria que avalaba la lista de despidos. Empecemos a rebelarnos. Usemos la palabra no. No nos rebelemos contra la política. Rebelemos contra la crueldad, contra la miseria.
¿Por qué asumimos rápidamente que la política es mala, que La Cámpora es mala, que los dirigentes son malos y no asumimos que la pobreza es mala? Que la destrucción de los derechos es mala. Que un funcionario como Kravetz le pegue a un niño en la calle es malo. No la política.
Rebelémonos frente a la crueldad. Digamos no frente a la crueldad.