El consumo de energía eléctrica volvió a caer en la industria y el comercio de la provincia de Santa Fe, y arroja un indicador acerca de la tasa de actividad económica: -5,1 por ciento interanual en noviembre, un bajón que supera al registrado en octubre, cuya disminución respecto de 2023 había sido la mitad.
El recorte de este análisis corrió por cuenta del Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (Ceso), difundido ayer, y retoma el sendero de caídas que predominó en la mayor parte del año.
El rubro industrial está determinado en su mayoría por las plantas fabriles de mayor envergadura como lo son las aceiteras y las acerías, que compran la energía eléctrica de manera directa en el mercado mayorista. En este caso, dice el informe que las mayores caídas se dieron en cuatro empresas que corresponden a esos rubros: dos del complejo oleaginoso portuario como Molinos y Cargill; y las otras dos de la siderurgia: Acindar y Sipar.
En contraste, el consumo residencial en noviembre experimentó un repunte: 2,9% respecto a noviembre del año pasado, y para esta altura del 2024 ya el balance es de recuperación. En términos acumulados, la demanda eléctrica en los hogares santafesinos hoy es 0,8% que lo consumido en los primeros 11 meses del año pasado.
La demanda hogareña, entonces, sí experimenta una recuperación ostensible. Porque hace dos meses mostraba un declive sostenido, a razón de 4 puntos porcentuales menos por mes, aunque en tendencia de desaceleración, consignaba el CESO. Eso hizo entonces que en la medición de noviembre ya la comparación interanual sea positiva.
Sin embargo, en el plano residencial talla de manera decisiva el factor estacional. Por lo tanto, y a pesar de la desregulación de tarifas y los incrementos vigentes, en este segmento incide el aumento de temperatura como una razón para explicar el incremento del consumo eléctrico.
El consumo industrial y comercial había interrumpido la curva descendente en octubre, cuando los indicadores mostraron cierto nivel de recuperación, un 1,2%. Lo confirmó la medición de la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe), que marcó en ese mes un incremento de 14,9% interanual de la actividad en promedio, y cortó una racha de 10 meses ininterrumpidos de recesión. No obstante, ese repunte se explica en su mayor parte por la actividad del complejo industrial de la soja, que este año tuvo una mejor cosecha gruesa de base, en contraste con la sequía de la campaña 2022/23.
Pero a nivel general, la industria venía en retroceso, mes a mes. Acindar en Villa Constitución, Cargill en Alvear, lideran el ranking de las plantas fabriles que por descenso en su actividad están comprando menos energía. También Owen Illinois, Renova y Sipar. Los peores meses fueron abril, mayo y junio, en cuanto a compras de energía en el mercado mayorista, a razón de entre 20 y 25% menos que el mismo período de 2023.
En esos meses en los que peor se sintió el ajuste del modelo, Santa Fe fue de las provincias que más disminuyeron su consumo de energía en comparación con el año anterior. Según la Fundación para el Desarrollo Energético, la caída a nivel país fue de 14,6%; pero en Santa Fe llegó al -20%.
El análisis actual concluye que en cuanto a consumo eléctrico, la industria todavía no acusa un rebote tal como predicen los economistas afines al gobierno. "Es una caída significativa que viene dentro de una desaceleración respecto de meses anteriores", observó la directora de CESO, Celina Calore entonces, apoyada en las dificultades que exhibió por ejemplo la siderúrgica Acindar a lo largo del año. Tanto así que por la caída de demanda de acero, llegó hace diez días a suspender a 700 de sus trabajadores.
Con una disminución de casi 25% interanual en la producción de acero, es lógico que entonces la demanda eléctrica industrial decaiga por arrastre de una de sus ramas de mayor consumo.