El presidente francés, Emmanuel Macron, nombró a su cuarto gobierno del año este lunes, con el centrista François Bayrou a la cabeza, quien espera desbloquear la crisis política con un equipo continuista. Sus antecesores no lograron superar el bloqueo de la oposición, tras la fractura del parlamento en las elecciones adelantadas de julio.

El anuncio fue realizado por el secretario general de la Presidencia, Alexis Kohler, desde el Palacio del Elíseo. El gabinete incluye a figuras prominentes del macronismo, destacados miembros de la derecha e incluso un ex primer ministro socialista.

"Estoy muy orgulloso del equipo que presentamos esta noche", escribió Bayrou en un mensaje de X, donde destacó que la experiencia de su gabinete le permitirá "reconstruir la confianza" en la política francesa.

Continuidades

Para los cargos fundamentales de ministros de Educación y Ultramar, Bayrou eligió a dos ex primeros ministros: Elisabeth Borne y Manuel Valls, respectivamente. Borne, quien fue primera ministra hasta enero de este año, regresa al gobierno con el desafío de ayudar a restaurar la estabilidad política tras varios intentos fallidos en gobiernos anteriores.

También fue nombrado el ex ministro del Interior, Gérald Darmanin, quien asumirá la cartera de Justicia. Por otro lado, los ministros de Defensa, Sebastien Lecomu; de Relaciones Exteriores, Jean-Noël Barrot; de Transición Ecológica, Angès Pannier-Runacher; de Trabajo, Catherine Vautrin; de Agricultura, Annie Genevard; y de Cultura, Rachida Dati, continuarán en sus cargos.

Otro aliado del macronismo que permanecerá en el cargo es el conservador Bruno Retailleau, que prometió mantener una férrea lucha contra la inmigración ilegal desde el Ministerio de Interior.

Un futuro incierto

El nombramiento de Borne en Educación refleja una apuesta por la continuidad en la estrategia política de Macron. Durante su gestión como primera ministra, estuvo al frente de la controvertida reforma de pensiones de 2023. Ahora, regresa con la responsabilidad de renovar la política educativa del país.

Valls, quien fue primer ministro de 2014 a 2016 bajo el mandato del presidente socialista François Hollande, regresa a la política tras un período alejado de la administración pública. En 2019, intentó ser elegido alcalde de Barcelona, sin éxito.

En su nuevo cargo como ministro de Ultramar, Valls deberá gestionar asuntos delicados, como la reconstrucción de Mayotte, una isla del Índico que sufrió los efectos devastadores de un ciclón, así como la situación en Nueva Caledonia, que este año vivió enfrentamientos violentos entre movimientos independentistas y el Estado francés.

Aunque Bayrou rechazó que su designación fuera un intento de capturar la lealtad de la izquierda, alegando que no cree en esa clase de "mercadeo", la inclusión de otro ex ministro de Hollande, François Rebsamen, en el Ministerio de Política Territorial y Descentralización, también podría reflejar una intención de atraer a votantes progresistas.

A pesar de sus intentos de mediación, el gabinete de Bayrou muestra muchas continuidades y una tendencia hacia la derecha. Entre las carteras que sí cambiarán de manos figura la de Deportes, que pasará a estar liderada por Marie Barsacq, quien se ocupó de gestionar el legado de París 2024. También se incorpora el derechista Laurent Marcangeli, que se hará cargo de la Función Pública.

Bloqueo político

La difícil tarea de elaborar los presupuestos de la segunda economía de la Unión Europea recaerá en el nuevo ministro de Economía, Eric Lombard, quien hasta ahora fue director general de la Caisse des Dépots, una institución financiera pública. Deberá tomar las riendas para finalizar el presupuesto para el nuevo año, tras complicaciones en el debate del primero que llevaron al fin del anterior gobierno.

Francia lleva meses sumida en un bloqueo político, tras la fractura de la cámara baja del Parlamento después de las elecciones anticipadas de julio. A partir de entonces, el oficialismo forma uno de los tres grandes bloques en el recinto, con bancadas opositoras de izquierda y de ultraderecha.

En las últimas semanas, la crisis se disparó por los desacuerdos que surgieron entre el Ejecutivo y los bloques opositores sobre los presupuestos para el país en 2025, que aún no pudieron ser votados.

En busca de respaldo

Al designar a dos ex primeros ministros, Macron muestra claramente su objetivo de establecer un gobierno de peso, con una estabilidad que le permita evitar la disolución que ocurrió con el anterior, liderado por Michel Barnier, quien fue censurado a principios de diciembre por acuerdo entre las oposiciones frente a sus proyectos de presupuestos austeros.

A los 73 años, Bayrou busca formar un gobierno que integre a figuras de todo el espectro político. Sin embargo, su equipo de 35 miembros no incluye a nadie de la coalición izquierdista del Nuevo Frente Popular (NFP), una decisión que fue criticada por los opositores.

Incluso antes del anuncio oficial, el político derechista Xavier Bertrand, perfilado para liderar el Ministerio de Justicia, anunció que no asumiría este cargo "debido a la oposición" del partido ultraderechista, Agrupación Nacional (RN).

"A pesar de las nuevas propuestas, me niego a participar en un gobierno de Francia formado con el respaldo de Marine Le Pen", declaró Bertrand en un comunicado, donde rechazó colaborar con la líder de RN. Bayrou, por su parte, negó que Le Pen haya tenido "influencia" en la lista final.

El portavoz del partido y número dos de Le Pen, Jordan Bardella, consideró a su vez que el gobierno de Bayrou tiene los días contados. "Afortunadamente, el ridículo no mata. Desgraciadamente, los franceses no se han libran: François Bayrou ha montado una coalición del fracaso. En 2025, más que nunca, la RN estará ahí para defender y proteger a nuestros compatriotas, mientras esperamos el relevo", manifestó el vocero en un mensaje de X.

Por su parte, el líder del Partido Socialista, Olivier Faure, consideró que el nuevo ejecutivo es "una provocación" y que su exclusión de la izquierda lo hace un gobierno de "extrema derecha" en una publicación en su cuenta de X.

Por su parte, la presidenta de La Francia Insumisa (LFI) ante la Asamblea Nacional, Mathilde Panot, aseguró en sus redes sociales que el Gobierno de Bayrou está "lleno de gente repudiada por las urnas" que cuenta con el apoyo de RN y su líder. "Un gobierno lleno de personas que fueron expulsadas de sus cargos y que ayudaron a hundir nuestro país... con el apoyo de Marine Le Pen y la RN. Este gobierno sólo tiene un futuro: la moción censura. Con la caída de Bayrou, el rey Macron quedará desnudo. Su salida es inevitable", dijo Panot..

Bayrou, que encabeza el grupo centrista MoDem -aliado del partido de Macron-, fue nombrado el 13 de diciembre, pero muchos ya pronostican que su gobierno tendrá dificultades para sobrevivir.