El escenario para la Nochebuena no es nada positivo para millones de familias en todo el país, que esperarán la Navidad con el plato de comida a medio llenar. Así lo explicó por la 750 la dirigente social de Libres del Sur, Silvia Saravia, quien afirmó que “las estadísticas” del Gobierno sobre la pobreza “no se verifican en la vida cotidiana”.

Entrevistada por Cynthia García, la dirigente social dijo que "a veces hay datos de la estadística que no se verifican en la vida cotidiana" y señaló que "muchos economistas plantearon que hay cuestiones que tienen que ver con la estadística y no con lo que uno perciba en lo de todos los días”.

En otras palabras, afirmó que “se observa que muchas familias reducen la cantidad de comida o las porciones. Se ve que se deteriora lo que se compra: se compra menos carne, menos lácteos, menos fruta”.

En este contexto, recordó, “los comedores que se sostienen”, aunque el Gobierno diga que ya no hay más en funcionamiento, pero con la falta de alimentos que recortó Capital Humano lo hacen “con un gran deterioro”, apoyándose cada vez más sobre el rebusque de los vecinos.

Y son en estos espacios, cada vez más corazón neurálgico de los barrios carenciados, donde se ve la distancia entre estadística y realidad: “Creo que ahí se evidencia la gente mayor que viene a pedir comida, porque es el sector que más se deterioró. Antes no se veía en esta magnitud”.

“Y que vienen con el problema del acceso a los remedios, a la medicación: dejan también la medicación. Porque no es que compran los remedios y no comen. Muchas veces se fijan a ver qué remedio pueden dejar de tomar”, se lamentó.

“En un montón de casos solo podemos ayudarlos en contactarlos con algún abogado para que de alguna manera se les pueda entregar la medicación. El impacto es muy duro, es muy duro lo que nos está pasando”, afirmó.

Criminalizar la protesta social

Frente a esto, la movilización aparece como un elemento cada vez más complicado, explicó Saravia: “Hay un plan sistemático por parte del Gobierno para criminalizar, para meter miedo de distintas maneras. Una es la represión. No nos olvidemos que se les ha tirado gas pimienta desde a los adultos mayores a niños y niñas”.

Después, sostuvo, hay una campaña muy fuerte para difundir la idea de que las movilizaciones son violentas. “Es claro que el incendio del vehículo de Cadena 3 que se viralizó, pero nadie pudo ni identificar ni detener a los responsables, fue montado”, explicó.

Y añadió: “Después, la criminalización: en los barrios hubo una gran cantidad de allanamientos muy violentos a parir de denuncias falsas y anónimas. La justicia federal avanzó, para pedir un documento, con despliegues de 20 policías de la federal o gendarmería. Eso hizo que haya una presión sobre los compañeros militantes”.