Hamas e Israel se acusaron mutuamente de obstaculizar las negociaciones sobre un acuerdo de alto el fuego y la liberación de rehenes en Gaza este miércoles, mientras la violencia continúa en la Franja. Al menos 23 palestinos murieron en bombardeos israelíes sobre el enclave entre el martes y el miércoles, en medio de una grave crisis humanitaria.

En los últimos días, se han realizado conversaciones indirectas entre las partes en conflicto en Doha, mediadas por Qatar, Egipto y Estados Unidos, lo que había renovado la esperanza de alcanzar una tregua. Sin embargo, las negociaciones enfrentan serias dificultades.

Fuentes de seguridad egipcias dedicadas a la mediación indicaron que, aunque se siguen realizando esfuerzos, no se han alcanzado avances significativos, y ambas partes se acusan de obstaculizar las negociaciones, con Hamas señalando que Israel impuso “nuevas condiciones” relacionadas con la retirada de tropas y el retorno de los desplazados. En respuesta, Israel acusó a Hamas de retirarse de un acuerdo ya encaminado.

Puja por la paz

Las negociaciones entre ambas partes, que apuntan a lograr un acuerdo que permita el intercambio de rehenes por el cese del fuego, se realizan de forma indirecta, con los intermediarios señalando que "continúan con serias dificultades y sin avance real" este miércoles.

El movimiento chiíta reclamó la imposición de limitaciones imprevistas por parte de las fuerzas israelíes. "La ocupación ha introducido nuevas cuestiones y condiciones en relación con la retirada de las tropas, el alto el fuego, los prisioneros y el regreso de las personas desplazadas, lo que ha retrasado la consecución de un acuerdo que estaba al alcance de la mano", anunció Hamas en un comunicado, aunque no dio más detalles sobre las presuntas condiciones impuestas por Israel.

El gobierno israelí, por su parte, rechazó las acusaciones y aseguró que Hamas se había retirado de acuerdos previos, dificultando las conversaciones, colocando "nuevos obstáculos a las negociaciones".

La oficina del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, expidió un comunicado en el que acusó a Hamas de "volver a mentir", supuestamente retirándose de un acuerdo que ya se encontraba encaminado.

Las últimas acusaciones de represalia se produjeron después de que los representantes israelíes volvieran de Qatar tras "negociaciones importantes" el martes. Un día antes, Netanyahu anticipó al parlamento israelí que las conversaciones de paz supuestamente estaban mostrando "algunos avances".

De esta forma, se vieron frustradas unas negociaciones que habían renovado las esperanzas de paz en ambos bandos. La semana pasada, Hamas y otros dos grupos militantes -la Yihad Islámica y el Frente Popular para la Liberación de Palestina- dijeron en una declaración conjunta que un acuerdo de alto al fuego estaba "más cerca que nunca" con las condiciones establecidas hasta el momento.

Conversación y balas

A pesar de que Netanyahu aseguró que "Israel continuará incansablemente sus esfuerzos para devolver a todos nuestros secuestrados", las conversaciones de paz se sostienen a la par de reiterados ataques sobre la Franja de Gaza.

El ministro israelí de Defensa, Israel Katz, subrayó que el país mantendría el control de la seguridad del enclave este miércoles en conversaciones con sus comandantes al sur del territorio.

El martes, el equipo negociador israelí, integrado por militares y altos funcionarios de los servicios de inteligencia nacionales (el Mossad y el Shin Bet), regresaron al país tras una semana de negociaciones en Doha, para realizar "consultas internas de cara a la continuación de las negociaciones", según informó el primer ministro.

El Ejército de Israel, por su parte, informó que sus brigadas desmantelaron túneles en el sur y centro de la Franja este miércoles, el mismo día en que anunció un ataque sobre un supuesto miliciano de Hamas que operaba en el área de Al Furqan, en la ciudad de Gaza, aunque no dió más detalles.

En cambio, el principal grupo que representa a las familias de los 96 israelíes secuestrados, el Foro de Familias de Rehenes y Desaparecidos, urgió al Gobierno israelí a firmar un acuerdo el mismo miércoles, bajo el argumento de que "las condiciones para un acuerdo nunca fueron mejores".

Bombas en hospitales

Mientras tanto, las fuerzas israelíes mantuvieron la intensidad de su presión sobre el norte de la Franja, incluyendo ataques alrededor de escuelas y tres hospitales en los campos de refugiados de Beit Lahia, Beit Hanoun y Jabalia.

Durante los últimos días se registraron varios ataques contra el Hospital Kamal Aduan que denunció órdenes de evacuación para su personal y pacientes por parte del Ejército de Israel.

Tras ello, el director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, advirtió que el estado de la situación es "profundamente preocupante", señalando que los ataques cercanos a las instalaciones ponen en peligro la vida de los pacientes.

Fuentes médicas informaron que tres ciudadanos, incluido un niño, murieron en las inmediaciones de la escuela Al Muhabban en Sheikh Radwan, al oeste de Gaza, a raíz de bombardeos israelíes. Al norte de la franja, en Jabalia al Nazla, otros dos palestinos murieron tras ataques aéreos.

Otros dos ciudadanos del enclave fallecieron, con varios más resultando heridos, después de un ataque de drones sobre un grupo de ciudadanos en el barrio de Abu Jater, al sureste de Jan Yunis. A su vez, varios individuos fallecieron o resultaron heridos en la zona de Al Mawasi, un perímetro que Israel designó como una zona humanitaria al sur de Gaza.

El Ministerio de Sanidad gazatí anunció que "la ocupación israelí cometió 3 masacres contra familias en Gaza, incluidos 23 mártires y 39 heridos durante las últimas 24 horas", en un comunicado en el que cifró el total de heridos en 107.803 y estimó más de 45.300 muertos desde el comienzo de la ofensiva israelí.

Perspectiva internacional

La situación en la Franja cada vez avanza más hacia la catástrofe, con el pueblo palestino atravesando una crisis humanitaria que la comunidad internacional continúa observando alarmada.

El pasado lunes, la Red de Sistemas de Alerta Temprana contra la Hambruna (FEWS NET), dedicada al monitoreo y pronóstico de inseguridad alimentaria, publicó un informe en el que reveló que los habitantes del norte de Gaza atraviesan una hambruna en medio del bloqueo casi total de alimentos por parte de Israel.

Cada vez con más fuerza, organismos internacionales y grupos humanitarios califican la continuación de la ofensiva israelí en Gaza como un genocidio. El pasado 20 de diciembre, Human Rights Watch (HRW) declaró que "las autoridades israelíes son responsables del crimen contra la humanidad de exterminio y de actos de genocidio", y Médicos Sin Fronteras declaró que sus equipos médicos en el norte del enclave están "detectando claros signos de limpieza étnica".

Estos reclamos se suman al informe publicado por Amnistía Internacional que, partiendo de una investigación sobre el desarrollo de la guerra en el enclave palestino, concluyó que "Israel ha cometido y sigue cometiendo genocidio contra los palestinos en la Franja de Gaza".

La creciente condena internacional pone presión sobre las partes para llegar a un acuerdo, pero las negociaciones continúan siendo un terreno complicado, marcado por mutuas acusaciones y una violencia imparable.