En su editorial, la periodista y conductora de la 750, Cynthia García, calificó el actual momento del país como de una “democracia agónica” que el pueblo debe “padecer”. En este contexto, celebró el reclamo que un grupo de abogados y militantes de derechos humanos llevan a cabo ante la Corte Suprema para evitar los avasallamientos del Poder Ejecutivo y afirmó que es el Máximo Tribunal a quien se le debe empezar por reclamar institucionalidad.
El editorial de Cynthia García
En las vísperas de la Navidad, la expresidenta Cristina Kirchner publicó un tuit donde dice que Macri le exigió a Milei ser transparente y cuidar la república. Milei sigue repitiendo que su Gobierno es el mejor de la historia y Rosatti, dice la expresidenta, amenazó anoche desde LN+ diciendo que todo termina en la Corte. No importa lo que votás, porque quien decide no fue votado por nadie y es vitalicio.
Interesante el tuit, porque hace eje en un núcleo que tenemos en esta democracia agónica que estamos soportando, padeciendo. Ya desde mediados del macrismo, cuando la Corte Suprema decidió legislar. Ustedes saben que la división de poderes es del ABC1 de la introducción a la ciudadanía. Y efectivamente es un cuello de botella, porque el último control de constitucionalidad pasa por la Corte.
Que quiten remedios a los jubilados es inconstitucional, la flexibilidad laboral es inconstitucional, la ley de desregulación de Sturzenegger es inconstitucional. ¿Quién decide? Cualquier juez puede decretar la inconstitucionalidad, pero el último control lo tiene la Corte Suprema, que está constituida por cortesanos que hacen lo que quieren. Tres que, además, dos fueron elegidos por decreto, es decir, hay un vicio de origen. Y se arrogan los destinos de este país.
Si le faltaba algo a una democracia agónica es una Corte Suprema de estas características. Por eso es muy impactante que Cristina escriba esto, que creo que no pasó desapercibido, pero sí pudo haber quedado en el contexto un poco diluido. Mafia y delito, dice Cristina, es un peligroso binomio para Argentina. Cristina dice que acá no hay buenos. Y Rosatti amenazando desde LN+ que ellos son los que van a definir todo.
Y en paralelo —porque no deja de haber resistencia, resistencia que va a ir en aumento, mucha acción de base, aunque eso vaya emergiendo lentamente, aunque estamos en un diciembre desmovilizado, no así, como decía una entrevistada la semana pasada, sin trabajo territorial— se hará una presentación ante la Corte Suprema (ustedes dirán, cómo ante esta Corte Suprema que trabaja para quien trabaja y parece que son el brazo jurídico del macrismo y el círculo rojo), ante el lugar institucional, desde donde hay que dar testimonio para revertir esta crisis agónica de la democracia. Porque va a ser con más democracia como se va a mejorar la calidad de la democracia, salvo que estemos dispuestos a hacer una revolución.
Entonces, un grupo de juristas, dirigentes sociales, movimientos de derechos humanos, presentaron ante la Corte Suprema un pedido focalizando en el decreto que el Gobierno de Milei presentó con orgullo y fanfarria de sacar a las fuerzas armadas a la calle —ustedes saben que Milei quiere militarizar las calles con una actividad que las fuerzas armadas tienen prohibido realizar, que es seguridad interior— este detonante, el mismo grupo que presentó el juicio político que duerme en los cajones del Congreso, presentó ante la Corte Suprema que en base a la gravedad institucional deben hacer algo. Les dicen que reaccionen. Dicen que son, como bien dijo Rosatti, la máxima autoridad de revisión.
Piden que dispongan la suspensión de los decretos de las fuerzas armadas en la calle. Que hagan saber al Poder Ejecutivo que deberá abstenerse de poner esto en práctica. Porque al así obrar otorgarán al pueblo argentino paz y justicia. Es un llamado, más allá de los nombres, a la institucionalidad. Es una acción interesante frente a un mundo de diagnósticos. Estamos todo el tiempo diagnosticando. Este grupo acciona. Lo encabezan Barcesat, Alicia Castro, Carlos Rozansky, Maximiliano Rusconi, Atilio Borón, Adolfo Pérez Esquivel, Cachorro Godoy, Claudio Lozano. Les dicen a la Corte que reaccionen ante esta agonía democrática.