La última Nochebuena no fue feliz, al menos para la escena de la música dance. Y es que murió una de sus leyendas: el argentino Alfredo Fiorito, más conocido como DJ Alfredo, quien hizo además de la isla española de Ibiza una de las capitales mundiales del género. Justo ahí fue donde falleció, a los 71 años. El famoso club Amnesia, donde lanzó su carrera y del que fue DJ residente, se encargó de hacer circular la noticia a través de cuenta en Instagram: “Querido Alfredo, gracias por las noches y los momentos que compartimos juntos. Tu música y tu visión dieron forma al sonido de balearic beat y al alma de Amnesia. Se han creado muchos recuerdos a través de tu energía, y tu legado vivirá para siempre en nuestras pistas de baile”, reza el comunicado.
Se desconocen los detalles de su muerte, pero podría haber sucedido a consecuencia de los problemas de salud que arrastraba a partir del derrame cerebral que sufrió en 2021. Se hicieron colectas para ayudarlo, pero nada volvió a ser igual para él, por lo que en 2024 su hijo Jaime armó otra campaña para costear su atención. Colegas, fans y la industria de la música dance lamentaron su partida. “DJ Alfredo, una leyenda de la escena de discotecas de Ibiza y conocido como el ‘padre del balearic beat’ falleció. QEPD”, posteó en Twitter la revista DJ Mag, biblia del género que en 1988 lo eligió como “DJ de la década”. El sello Defected Records posteó en la misma red social: “Descanse en paz uno de los más grandes que haya existido. Ibiza no hubiera sido lo mismo sin él”.
La cantante Rowetta, conocida por su trabajo con el grupo inglés Happy Mondays, se sumó a los homenajes: “Él ya era una leyenda cuando toqué por primera vez en KU (otro histórico club nocturno de Ibiza) en 1990 y siempre lo será”. Y el legendario DJ británico Dave Pearce expresó: “Es triste saber que la leyenda de la música dance de Ibiza ha fallecido; fue un verdadero pionero a través de su creatividad y diversidad en la música que mezcló, creando un maravilloso viaje musical”. En la Argentina, el DJ Diego Ro-K, figura de las pistas locales, también lo despidió: “Adiós, Alfredo. Fue un placer conocerte. Tal vez uno de los mejores DJs de la historia. Su legado no tiene comparación, orgulloso de este argentino que mostró el camino y abrió todo el espectro de la música electrónica como ningún otro”.
Aparte de poner a Ibiza en el mapa musical, este rosarino fue influencia para tótems de la música electrónica mundial de la talla de Danny Rampling, Paul Oakenfold, Nicky Holloway y Johnny Walker, a raíz de la creación de un estilo propio al que se le bautizó como “balearic beat”. “Como cualquier joven argentino de esa época, tenía conocimiento de la música italiana, inglesa, estadounidense y sudamericana. Y también escuchaba jazz, que me inculcó mi padre. Fue un sonido que formé con mis gustos, con los discos que tenía, y también de acuerdo al público que me encontré, que era muy variopinto”, le explicó el artista a Página/12 en su última visita a Buenos Aires, en octubre de 2018. “Debido a que la gente venía de diferentes lugares, tenía que atraerla de distintas maneras, y en eso la música jugó un rol fundamental”.
Fiorito arribó a Ibiza, en 1976, junto a su pareja de ese momento, huyendo de la dictadura cívico-militar argentina. Llegó primero a Barcelona, vía Montevideo, y ahí le contaron sobre la libertad que había en la isla. Una vez que se estableció, se ganó la vida como artesano y con una tienda de ropa. Hasta que el dueño del bar Be Bop le propuso pasar música, lo que luego lo llevó a Amnesia, discoteca montada por el filósofo español Antonio Escohotado que pasó a convertirse de reducto hippie a bacanal faraónico. En 1983, el desembarco de DJ Alfredo en las bandejas de esa sala cambió para siempre la cultura del club a nivel mundial. Esos sets tan eclécticos mezclaban a Kraftwerk, The Human League, Spandau Ballet, Depeche Mode, Bob Marley, George Clinton, George Berson o Marvin Gaye.
Si bien regresó a tocar a diferentes salas de Buenos Aires (la última vez estuvo en Niceto Club), en su propio país nunca se le dio el estatus que en otros lugares sí tenía. “Nadie es profeta en su tierra”, le dijo a este diario Fiorito, quien antes de partir al otro lado del Atlántico fue promotor de recitales de rock en su Rosario natal y periodista del diario La Capital. “En todo caso, se me reconoce más en España, en Inglaterra o en Japón”. Su legado no pasa tanto por su obra discográfica, porque nunca publicó un disco, sino más bien por su estilo al momento de mezclar en las bandejas. Y eso se convirtió en una escuela. “A nivel musical, todo es parecido a lo que ya sonó”, se lamentó. “El dance está demasiado comercializado. Los jóvenes no están tan enganchados con el house como lo estábamos nosotros antes de 2000. No transmite nada”.