Según un informe de la Universidad de Buenos Aires (UBA), seis de cada 10 trabajadores informales son pobres y no pueden salir de esa situación estructural. Además, el porcentaje aumenta en jóvenes y mujeres.
Según la subdirectora de la Carrera de Economía en Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, Roxana Maurizio, lo que se observa en el informe “es que casi un 37% de los asalariados en argentina lo hacen en una condición de informalidad laboral”.
“Además, la mayoría de esos trabajadores, un 60%, viven en un lugar pobre, no pueden salir de la pobreza y ahí aparece el fenómeno del trabajador pobre, que significa que trabajar no es garantía para salir de la pobreza”, señaló en diálogo con la 750.
Mujeres y jóvenes, los más pobres
En el estudio, en la comparación interanual se observa un aumento de aproximadamente 1 punto porcentual. Los autores destacan que, en una mirada al largo plazo (desde 2003) ubica a la tasa de informalidad en un valor idéntico al observado en el tercer trimestre de 2008.
En este sentido, la tasa de informalidad asalariada total fue 36,3%, siendo 34,2% entre los hombres y elevándose a 38,9% entre las mujeres. En promedio, la tasa de informalidad femenina a mediados de 2024 fue aproximadamente 5 puntos porcentuales más elevada que la tasa masculina. Sin embargo, dada la mayor proporción de hombres en el total del empleo asalariado (54%), estos dan cuenta del 51% de la informalidad asalariada total.
No obstante, según los datos relevados por Maurizio, “los jóvenes tienen una situación estructuralmente crítica en esta situación. Respecto de ese casi 40% de informalidad los jóvenes tienen una tasa de informalidad del 60%”, dijo.
“Los jóvenes no entran al mercado de trabajo poniéndose su propio negocio, sino que entran en una relación de dependencia, pero la mayoría de esos casos no logran insertarse de manera formal”, sostuvo.
Los trabajadores asalariados de entre 45 y 64 años (60 años en el caso de las mujeres) son quienes experimentan la tasa de informalidad más baja (27,5%). Le sigue en incidencia el grupo de entre 25 y 44 años (34,4%) y el de 65 años (60 años en las mujeres) y más (47,9%).
“Más allá de las fluctuaciones, es una situación que se ha mantenido alrededor de 15 o 16 años en el tiempo”, cerró.