La niña Cielo está sufriendo muchísimo desde que tiene tres años, ahora tiene seis y en este caso hay dos cuestiones, que se deben tener en cuenta. Una es el abuso y la otra es el poder que tiene el progenitor abusador. Cielo fue abusada, no me cabe ninguna duda, siempre le creo a los chicos cuando hablan de estas cosas porque nadie puede inventar a los tres o cuatro años una situación de este tipo excesivamente sexualizada y contarlo con palabras que no son de niñas o niños. Hay que creerle, escuchar y entender lo que dice, darle confianza, espacio y tranquilidad, como lo hizo su mamá.

Cuando hay abusadores o maltratadores que tienen poder en un lugar, especialmente en una provincia chica, donde las cosas se saben, se conocen y tienen la posibilidad de apretar a los jueces, el caso se complica porque hay una diferencia de fuerzas entre la criatura, la mamá y el progenitor, que es un hombre con poder. Además, Chaco es una de las tres provincias con mayor índice de embarazos adolescentes.

El caso Cielo se repite, hay muchas y muchos niñas y niños que han sufrido y siguen sufriendo abusos y ahora vuelve a aparecer esa interpretación que hacen del falso Síndrome de Alienación Parental (SAP). Detrás de todo esto hay organizaciones de padres abusadores, los conozco, y los abusos figuran en los expedientes.

Foto: Mesa de trabajo por la niña Cielo


Además desde el gobierno nacional intentan instalar que hay denuncias falsas, eso no existe, solo el 1% lo son. Esa teoría que difundió el ministro de justicia Cúneo Libarona no hace más que vulnerar derechos permanentemente. No se puede entender cómo la organización Infancia Compartida adquirió tanto poder como para meterse, por ejemplo, en la Facultad de Derecho a realizar un Congreso pro SAP.

Esto es una cuestión de política pública. Si no hay política pública para tratar estos temas tan graves, nunca se van a poder resolver. Tenemos buenas leyes pero lo que no tenemos es la aplicación de las leyes, sin aplicación y sin organismo de protección, las leyes no sirven para nada. Los jueces están cada día más misóginos y antiderechos, todo se ha revertido. Nosotras luchamos muchísimo por la ley 26.061 de protección integral de niños, niñas y adolescentes y ahora está en un cajón.

Siempre que realizamos una presentación pedimos por el derecho de las niñas y niños a ser oídos como lo establece el artículo 12 de la ley y los tratados internacionales como la Convención sobre los derechos de niñas, niños y adolescentes. Fundamentalmente pedimos por la protección de sus derechos, porque esa niña o ese niño que tiene vulnerados sus derechos no puede salir de la maraña judicial.

No puede ser que una criatura tenga en la cabeza permanentemente este tránsito por los juzgados. Los chicos tienen que jugar, ir a la escuela, no a los juzgados y en este caso particular es gravísimo cómo se revincula a una criatura con semejante violencia. Sus abuelos la arrancaron de los brazos de la madre sin que nadie hiciera nada, mientras Cielo pedía a gritos llorando que la dejaran con su mamá.

Las revinculaciones no se hacen de esa manera, llevan tiempo y necesitan que primero las niña conecte con la persona que debe revincularse. De todas maneras, cuando una niña o un niño manifiesta que no quiere ver a su papá por algo lo dice y Cielo dijo muchas veces que no quería verlo, sin embargo, la justicia decidió que debe estar con sus abuelos paternos que además niegan el abuso. Ahí hay una cuestión de crueldad donde no les importa el derecho del niño y la niña y todo pasa por una cuestión económica porque siempre son los poderosos los que pueden hacer esto.

Foto: Mesa de trabajo por la niña Cielo

Un abuso es un tiro al aparato psíquico

El daño psicológico que le hicieron a esta nena es muy difícil de sanar. No se habla de las consecuencias que le están generando a la niña. Siempre repito las palabras de la doctora Irene Intebi que hace muchos años dice: "un abuso es un tiro al aparato psíquico de una niña". Es una combinación de abuso y de poder, no solo del adulto sobre el niño en el momento del abuso, sino de toda esa situación que se da luego.

Me gustaría que cambiara la cabeza de los jueces y que por una vez actúen de acuerdo a derecho y respetando los derechos de las niñas y de los niños que están sufriendo. No puedo creer que haya jueces que defiendan esto cuando las madres siempre son juzgadas porque si no denuncian son cómplices de esta situación y si denuncian las persiguen, las señalan como locas o mentirosas. Después de los abusos, la mamá de Cielo pudo rearmar su familia con su actual pareja, que es el papá de la hermanita de Cielo. Él la llevaba al colegio y era un padre responsable.

Este caso no se puede entender sin tener en cuenta que están jugando cuestiones de poder, mientras hay una niña que está sufriendo y hay que escucharla para saber dónde quiere estar. En caso de que diga que quiere ver al padre, la revinculación debe hacerse en un lugar adecuado, con una trabajadora social mediante y de la mejor manera para la protección de la nena, no de esta manera tan cruel. Si es que hay un vínculo a reconstruir, que en este caso, no parece que lo haya.

Me pregunto ¿Cómo habrá pasado Cielo esa primera noche? lejos de su familia, de su mamá, de su hermanita y de su padrastro que la cuidaba. Condenaron a la criatura sin que ni siquiera se haya llevado a cabo un juicio. 

*Directora ejecutiva del Comité Argentino de Seguimiento de la Convención Internacional de los Derechos del Niño (CASACIDN).