No todo fue satisfacción entre los organismos de derechos humanos tras el fallo en los tribunales de Comodoro Py en la megacausa Esma III. Si bien hubo 29 perpetuas y diversas condenas entre 8 y 24 años, 6 acusados recibieron absoluciones.
Estos son los acusados que pasaron cinco años en el banquillo y salen libres del mayor juicio de lesa humanidad de la historia argentina.
Juan Alemann: el ex secretario de Hacienda de la dictadura, próximo a cumplir 90 años, era el procesado de mayor edad. La Justicia lo imputó tras confirmarse su visita al campo de concentración en 1979. Según el funcionario, fue a interiorizarse respecto del atentado que sufrió. Víctor Basterra y Carlos Lordkipanidse, sobrevivientes de la Escuela de Mecánica, denunciaron que Alemann ingresó a la sala de torturas y dirigió los tormentos a Orlando Ruiz, al que los militares habían capturado en relación al atentdo. Alemann negó esto: “Jamás torturaría ni mataría, soy muy cobarde”.
Ricardo Lynch Jones: se lo conoció como “Panceta” en el Grupo de Tareas 3. 3. 2. Siempre adujo que los crímenes que se le imputan corresponden a su hermano Gustavo, fallecido en 1989. Cuando éste murió, la viuda tramitó una pensión más alta, ya que sostuvo que las afecciones que lo llevaron a la muerte fueron por “actos de servicio”.
Roque Martello: fue parte del grupo de policías de la Federal que colaboró con la patota de la Esma. Es experto en Inteligencia. Fue señalado por el secuestro de Laura Di Domenico en Santa Fe, en un operativo en el que también participó el Ejército. De allí, fue llevada a la Escuela de Mecánica y continúa desaparecida. Es el único absuelto entre los policías que estaban en el banquillo.
Rubén Ormello: era cabo segundo de la Armada al comenzar la dictadura. Luego ingresó a Aerolíneas Argentinas. Allí habló de los vuelos de la muerte con al menos dos compañeros de trabajo. Según contó uno de esos testigos a Página/12 en 2009, éste les narró: “Los sentábamos en el portón y el tordo les daba un jeringazo de Pentonaval. Los apilábamos adelante y cuando ya estaba listo salíamos a volar. Cuando nos avisaban empezábamos a arrastrarlos y los tirábamos por el portón”.
Julio Poch: fue sindicado como uno de los pilotos de los vuelos de la muerte, y es el único que fue absuelto entre los que tripulaban los Skyvan. Después de su paso por la Armada se radicó en Holanda y trabajó para la aerolínea KLM. Se ufanó de su paso por la represión ilegal y lo denunciaron. La Justicia reclamó su extradición y lo arrestaron en Valencia en 2009. Estuvo en Marcos Paz y armó una Fundación que bregaba por su libertad. Sus allegados presionaron para que hubiera cambios en los testimonios de los denunciantes.
Emir Sisul Hess: el cabo Raúl Vilariño había mencionado al capitán de corbeta como parte de los vuelos de la muerte, al describir el funcionamiento de la Esma. Sisul Hess dijo no conocer a Vilariño y siguió en la Armada hasta su retiro en 1991. Se pasó al rubro turístico en un resort en Villa La Angostura. Un trabajador del resort declararía ante la Justicia que contó “en tono burlón” el suplicio de los prisioneros que eran subidos a los aviones. Otros testimonios señalaron que solía sacar el tema. La causa por sus dichos se inició en 2002. Lo detuvieron en 2009.