​El sello en mi pasaporte dice que viajé a China, pero al recorrer sus calles y contemplar sus paisajes urbanos, no puedo evitar la sensación de haber viajado al futuro. Beijing (foto) es un reflejo palpable de cómo la tradición y la modernidad conviven de manera constante. Al caminar por sus avenidas, uno se encuentra rodeado de rascacielos ultramodernos que desafían las nubes, mientras que, al doblar