A esta altura, Eugenio Raúl Zaffaroni no necesita presentación. Este viernes, el abogado penalista, teórico y exmiembro de la Corte Suprema mantuvo una conversación extensa con Nora Veiras e Irina Hauser en los estudios de la 750, y dejó algunas definiciones sobre el primer año de Gobierno de Milei, el momento que atraviesa la dirigencia política argentina y la necesidad de redefinir el concepto de derechos humanos en Latinoamérica. Zaffaroni acaba de cerrar el año de trabajo como uno de los directores del Instituto Fray Bartolomé de las Casas, que bajo la dependencia del Comité Panamericano de Juezas y Jueces por los Derechos Sociales y la Doctrina Franciscana, promueve la reflexión y la generación de conocimiento crítico que favorezca la exigibilidad y la plena vigencia de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales. La defensa de la justicia social y la dignidad de las personas es la tarea encomendada por el papa Francisco.
Estas son algunas de las ideas más destacadas.
Primer año de Milei
"Estamos en un momento de caos institucional. Tenés a un presidente que tiene actitudes que a veces no son muy normales, un Congreso pulverizado y una Corte Suprema de tres ministros. Lo que creo que se está derrumbando no sé si es la democracia sino el sistema republicano. Un señor que gobierna por decreto y un Congreso que legitima esa forma de gobernar... Es un deterioro grave de principio republicano de gobierno. Y parece que estuvieran hablando con un conservador (risas)".
Decadencia política
"La política a veces brilla, es espectacular. Pero a veces decae. Y estamos en un momento de decadencia política en Argentina. Siempre la decadencia política es multifactorial, pero básicamente el resultado tiene como efecto la pérdida de los sueños. No hay ningún pensamiento transformador revolucionario que salga puramente de lo intelectual. El ser humano no es una máquina de pensar. Pero si en lo afectivo no tenés una mística, una idea, una imagen, una confianza en una sociedad mejor que la que estás viviendo, ¿qué vas a transmitir, por TikTok o por señales de humo? Ahora no hay nada. Y mucha gente se aferra a lo que dice este histérico presidente puteador que tenemos porque sí, porque a algo hay que aferrarse en algún momento. Y sí, estarán equivocados, pero ya se verá.
Vivimos una decadencia porque nos está faltando aquello que el movimiento popular ha tenido, que es la creación de una imagen y un sueño".
¿Milei genera mística?
"Es una mistiquita, naturalmente. Le quitó al movimiento popular la característica de rupturista, y en un momento dado esto confunde. De cualquier manera, confunde hasta cierto punto. No me olvido ni dejo de tener en cuenta que hubo un 44% de argentinos que no lo votaron. Y votamos a un candidato que no es capaz de enamorar a nadie. Eso muestra un grado de racionalidad en nuestro pueblo.
Hubo otros momentos de decadencia en la historia argentina. Muerto Yrigoyen, ¿qué quedó del radicalismo? Un desastre. Y viniendo más para acá, la triple AAA y la noche negra de la dictadura. Pero bueno, en algún momento la política vuelve a subir de nivel. No es porque esté entusiasmado porque es fin de año, es lo que demuestra la historia. Hubo un momento de decadencia y hubo momentos en que la política vuelve a brillar".
El capitalismo financiero
"Los intereses del Gobierno son los intereses del tardocolonialismo financiero que sufre todo el sur del planeta. El capitalismo ha cambiado, ya no es el capitalismo productivo. El capitalismo financiero se comió al aparato productivo, lo somete. Ya no se fabrican billetes verdes sino papelitos de ‘te voy a pagar’. Veremos en qué termina todo eso en el mundo, porque papeles verdes existen solo en un 8% de encajes bancarios, el resto son números en computadoras, y da la impresión de que todo está en el aire. Cuando les digo esto a los economistas tartamudean, me miran. El único al que he leído es a un alemán, Wolfgang Streeck, que es socialdemócrata, que dice que esto en algún momento conducirá a un caos económico. No sé si se equivocará, yo no soy economista, pero veo que todo esto es muy raro.
Lo que era el neocolonialismo se nos terminó con las dictaduras de seguridad nacional y lo que hay ahora es un tardocolonialismo financiero a través de la deuda, con un endeudamiento del norte hacia el sur totalmente impagable".
El subdesarrollo y los derechos humanos
"La mayoría vivimos fuera de los circuitos financieros, pero ligamos los resultados. Esto tiende a cronificar nuestro subdesarrollo. Tenemos que redefinir nuestra definición de derechos humanos. El primero fue el de los derechos individuales, después los sociales, después los de tercera generación y después el derecho al desarrollo y etc. Mentira: para nosotros el derecho al desarrollo ha sido el primero. Si miramos desde el sur, los primeros héroes de derechos humanos han sido los héroes de nuestra independencia. Sin independencia no puede haber desarrollo, y sin independencia no puede haber una distribución racional de la riqueza. Entonces, me dirán, la vida humana y qué se yo. Pero nuestro subdesarrollo nos cuesta miles de vidas humanas. Si pudiéramos medir los muertos por subalimentación, por selección selectiva de salud, por inseguridad laboral, por falta de campaña sanitaria, los muertos por inadecuación de nuestros caminos a los vehículos que nos imponen… a lo largo de un tiempo veríamos que nos estamos echando un Nagasaki o Hiroshima con paciencia cada tres o cuatro meses, en todo el continente. Entonces no, cuidado. Nuestro primer derecho es el derecho al desarrollo".
La Justicia argentina
"No diré ninguna novedad si creo que en la opinión pública nuestra magistratura no tiene la mejor calificación. Nunca la tuvo, y bien merecido. Porque tiene una estructura irracional. Y en nuestra región hay otras estructuras irracionales. Muchas veces se reduce la cosa a un juicio acerca de personas, y sí, hay personas que hacen cosas raras. Pero si esas personas llegan a posiciones clave es porque hay algunos defectos estructurales que permiten eso. Hemos llegado a una Corte Suprema con tres jueces. Eso no sucede en ningún otro lado. Todos los poderes judiciales del mundo tienen por lo menos dos funciones. Uno es el control de constitucionalidad, es decir el Poder Judicial dice que una ley es inconstitucional, y chau, pierde eficacia, o se deroga, lo que sea, depende del sistema. Eso lo hacen todos los sistemas judiciales del mundo. En Estados Unidos lo hace la Corte Suprema, en Europa, las cortes constitucionales. Nosotros copiamos el sistema norteamericano un poco, pero con una curiosidad. La Corte Suprema puede declarar la inconstitucionalidad de una ley, pero el único efecto que tiene entre nosotros es que no se aplica al caso que llegó a la Corte. Para el resto sigue vigente, y cada juez sigue diciendo lo que quiere. Eso en cuanto a constitucionalidad.
En cuanto a casación, todos los países que tienen códigos únicos tienen una casación, es decir un tribunal que ejerce la función de homogeneización de interpretaciones. Bueno o malo, no sé, pero hay un tribunal que dice 'esto se interpreta de esta manera'. Nosotros tenemos códigos únicos con 24 interpretaciones diferentes, una por cada provincia, y una federal, y no hay nadie que las unifique. En consecuencia, cada uno de nosotros, ciudadano argentino, está sometido a dos riesgos: a que se le aplique una ley inconstitucional por un lado, o a que se lo sorprenda so pretexto de intepretación con cualquier disparate por otro. Es decir, ¿qué puede pasar? Un perro es un perro: tiene cola, cuatro patas, ladra. Ah no, pero también maúlla, porque este es el concepto de perro jurídico. Pueden salir con cualquier cosa de esa naturaleza. Es la anti seguridad jurídica. Esto pasa solo en la Argentina.
Por eso pregunto si tenemos un verdadero Poder Judicial, porque las dos funciones que en el derecho constitucional comparado tienen los judiciales nosotros no las tenemos. El único que se dio cuenta de esto fue Arturo Sampay en la constitución del 49, pero después, por bando militar, se derogó esa constitución, y nunca más. Y de esto no solo acuso a la política, sino también a la academia. No sé cómo esto no fue considerado como un escándalo por las universidades y nuestros constitucionalistas".