Los hondureños aguardaban con desconcierto el desenlace del conteo de votos de las elecciones del domingo, mientras el opositor Salvador Nasralla veía desvanecerse la ventaja que mantenía sobre el presidente Juan Orlando Hernández, en medio de renovados temores de fraude. Al cierre de esta edición, ambos aparecían con 42,17 por ciento de los votos, lo que significa un empate técnico, aunque todavía faltaba contabilizar el 19 por ciento de las actas.
El Tribunal Supremo Electoral (TSE), que desde el martes venía subiendo los datos del escrutinio en su sitio web, interrumpió la actualización de su página durante cerca de cuatro horas entre la mañana y tarde de ayer. Tras un reporte poco antes de las 10 hora local (13 de Argentina) con 76,72% de las mesas de votación computadas, Nasralla obtenía una leve ventaja de menos de un punto sobre Hernández, la página dejó de actualizarse. Cuando se reanudó horas después, con 78 por ciento de las actas, cayó más la ventaja de Nasralla, de la izquierdista Alianza Opositora Contra la Dictadura y popular presentador de televisión de 64 años.
Más tarde, Hernández –del derechista Partido Nacional– apareció con un total de 1,140.674 votos, mientras que Nasralla llevaba 1,140.634; sin embargo, en los porcentajes ambos aparecen con 42,17 por ciento, lo que significa un empate técnico
La diferencia se fue achicando desde el primer informe divulgado por el TSE en la madrugada del lunes, 10 horas después del cierre de urnas, cuando Nasralla mantenía cinco puntos de ventaja sobre el mandatario.
El representante de la alianza de Nasralla en el conteo de votos, Rasel Tom‚ reclamó que la paralización del escrutinio ayer sugiere un intento de alterar actas.
Indignado con el estrechamiento de su ventaja, Nasralla reflotó sospechas de que los resultados de las elecciones están siendo alterados para favorecer al actual presidente y arrebatarle su triunfo. “Invito al pueblo hondureño a que defendamos en la calle lo que ganamos en las urnas”, escribió Nasralla en su cuenta de Twitter, al convocar a manifestarse ayer mismo en la capital.
Su principal soporte político, el expresidente Manuel Zelaya, derrocado en 2009, se hizo eco de su llamado y escribió en la red social: “los que perdieron están modificando las actas, van a declarar ganador a JOH (Juan Orlando Hernández) y robar el triunfo”.
La lentitud del conteo genera incertidumbre entre los hondureños: muchos se preguntan por qué, tres días después de los comicios, siguen sin saber quién gobernará al país por los próximos cuatro años.
“El pueblo está preocupado porque no han dado un ganador, cualquiera que sea, porque ninguno va a arreglar el país”, se lamentó José Rosendo Rosales frente a la sede del Congreso. “En otras elecciones a esta fecha ya sabíamos quién era el ganador, esta vez no. ¨Estarán tramando algo?”, cuestionó.
Entre tanto, el presidente Hondureño habl¢ el martes en su casa rodeado de simpatizantes, para pedir paciencia con los resultados del TSE, aunque insistió en que el resultado final lo favorecería. “Como demócratas debemos esperar el resultado oficial del conteo de cada acta que hace el tribunal electoral (...). Es importante que todo el mundo tenga paciencia, que todo el mundo sea considerado con Honduras”, declaró el mandatario.
Hernández se postuló para un segundo mandato amparado en un polémico fallo del tribunal constitucional, pese a que la carta magna hondureña prohíbe la reelección.
Al respecto, la socióloga Mirna Flores, de la Universidad Nacional, advirtió que el proceso electoral generó un descrédito para las instituciones que permitieron la candidatura de Hernández. “En este país los ciudadanos estamos dejando de creer en las instituciones: una Corte Suprema de Justicia aprueba la reelección, un Tribunal Supremo Electoral acepta la inscripción de un presidente cuando es ilegal y ahora esta institución no tiene legitimidad ante muchos ciudadanos porque creen que se está tramando un fraude electoral”, dijo Sosa.
Igualmente, el activista Jorge Yllecas, del Frente Patriótico para la Defensa de la Constitución, apuntó a la pérdida de credibilidad del TSE, que parece responder al presidente Hernández. “Hoy tenemos un Tribunal Electoral sin credibilidad, responsable de esta crisis por actuar como un subalterno del presidente, debió salir a desautorizar al presidente cuando se declaró ganador y luego cuando lo hizo Nasralla. Ha creado una crisis, una confrontación que puede tener consecuencias fatales”, sostuvo.