Estados Unidos llamó a todos los países a cortar sus lazos diplomáticos y comerciales con Corea del Norte, según dijo ayer su embajadora en la ONU, Nikki Haley (foto), quien amenazó con “destruir completamente” al régimen norcoreano “en caso de guerra”.
Con el nuevo lanzamiento de un misil balístico intercontinental, el primero desde el 15 de septiembre, Corea del Norte “escogió la agresión” y su comportamiento “es cada vez más intolerable”, dijo Haley, durante una sesión del Consejo de Seguridad convocada de urgencia sobre el asunto norcoreano. “Hace falta seguir tratando a Corea del Norte como un paria”, dijo la diplomática, exigiendo a China, vecina y primera socia comercial de Pyonyang, de cortar todo el suministro de petróleo al régimen liderado por Kim Jong-un.
El lanzamiento del misil, con capacidad para atacar cualquier lugar de Estados Unidos, acaba con la esperanza de una salida negociada a la crisis por el programa nuclear y balístico de Pyongyang. Según Pyongyang, el proyectil alcanzó una altitud de 4.475 kilómetros antes de caer a 950 kilómetros del lugar de lanzamiento.
También representa una afrenta contra el presidente Donald Trump, quien había prometido impedir que Corea del Norte lograra desarrollar misiles tan potentes. Es un “cachorro enfermo”, dijo Trump en referencia a Kim Jong-Un, con quien el intercambio de insultos ya es moneda corriente. Pyongyang es objeto ya de ocho paquetes de sanciones de la ONU ideadas para forzar a Kim a renunciar a sus ambiciones nucleares. Los dos últimos paquetes fueron adoptados tras los lanzamientos de misiles intercontinentales y un sexto ensayo nuclear: el 5 de agosto para prohibir las importaciones de carbón y hierro, y el 11 de septiembre, para embargar los textiles y limitar su suministro de petróleo. Con base en la resolución de agosto, la ONU prohibió el ingreso a cualquier puerto del mundo a cuatro navíos sospechosos de violar las sanciones.