"El presupuesto provincial estaba en las antípodas del que presentó Javier Milei", sentenció el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, en una entrevista con Radio 10 este sábado. Sus palabras volvieron a evidenciar el clima de tensión que se vive entre la administración provincial y el gobierno nacional luego del fallido intento de aprobar el Presupuesto 2025, la Ley Fiscal Impositiva y el endeudamiento en la Legislatura bonaerense.
El gobernador expresó su frustración tras más de un mes de negociaciones sin éxito, donde las posiciones entre oficialismo y oposición no lograron llegar a un punto en común. Kicillof destacó que el proyecto de presupuesto presentado buscaba reforzar áreas clave como salud, educación, seguridad, producción y trabajo, con una impronta peronista y en contraste absoluto con el plan económico que impulsa el presidente Javier Milei.
"Trabajamos durante más de 40 días para lograr la aprobación de las leyes de presupuesto y fiscal impositiva", sostuvo Kicillof y agregó que el presupuesto era una hoja de ruta para cumplir con los compromisos asumidos durante su campaña electoral.
El gobernador explicó que el endeudamiento solicitado no implicaba adquirir nueva deuda, sino refinanciar vencimientos heredados de la gestión de María Eugenia Vidal. A su vez, afirmó que la ley tributaria propuesta no significaba un aumento real de la carga impositiva sobre ningún sector respecto al 2024.
"Eran leyes fácilmente aprobables, sobre todo en un contexto en el que Milei tiene como objetivo fundir a todas las provincias, pero con particular saña a la provincia de Buenos Aires", denunció Kicillof. Añadió que, mientras el gobierno nacional adeuda más de 8 billones de pesos a la Provincia, su administración intentó, en la medida de sus recursos, tapar los agujeros dejados por las políticas de ajuste.
No llegaron a buen puerto
El jueves pasado, las expectativas de destrabar el conflicto parecían avanzar. Sin embargo, las negociaciones volvieron a empantanarse y la sesión terminó con un cuarto intermedio. “A último momento plantearon que una parte del endeudamiento que tomáramos también se debía distribuir entre los municipios. Estábamos dispuestos a dar una respuesta, pero un sector empezó a plantear cosas ajenas al presupuesto, con la vocación de que no saliera. Lo cierto es que se termina el año y no tenemos los instrumentos, lo que nos obliga a redoblar los esfuerzos para cumplir con nuestro mandato electoral, ante una dedicación especial del gobierno nacional para que la provincia de Buenos Aires se vea con dificultades de cara al año electoral".
“Ayer se iban a tratar las dos leyes y aparecieron algunas posiciones que son lógicas para el arco opositor: cuántos recursos se distribuyen a los municipios y cómo se ocupan los cargos del Ejecutivo que deben ser ocupados por sectores de la oposición. En el primer punto propusimos elevar esos fondos en base a la inflación proyectada por el gobierno nacional en el presupuesto que no se votó en el Congreso. Y respecto de los cargos en organismos del área del Ejecutivo provincial había sectores que decían que querían modificar la composición, algo que entendemos porque el mapa político ha cambiado drásticamente”, aseguró el gobernador. Para Kicillof, estos movimientos responden a una estrategia deliberada para dificultar la gestión provincial y generar un escenario de mayor vulnerabilidad.
“No voy a permitir que quiebren a la Provincia
Kicillof lanzó duras críticas hacia la estrategia económica de Javier Milei, a la que calificó de recesiva y perjudicial para los sectores más vulnerables. "El plan de estabilización de Milei no tiene nada nuevo y no es contra la casta. Es muy recesivo, pierden la producción y la industria nacional, los sectores populares y las grandes mayorías", afirmó.
El gobernador recordó que políticas similares ya fueron aplicadas con resultados devastadores para la economía bonaerense. "A nuestra provincia el programa de Milei no le sirve, como no le sirvió el de los años noventa porque genera desempleo. Milei le propone una calamidad a la provincia de Buenos Aires", señaló.
Kicillof prometió mantenerse firme en la defensa de los intereses provinciales, rechazando cualquier tipo de presión o condicionamiento por parte del Ejecutivo nacional. "Yo no voy a permitir que quiebren a la provincia de Buenos Aires. La lógica de Milei es atacar a las provincias y después pedirles que firmen cosas o acompañen: yo no voy a entrar en ninguna extorsión", enfatizó.
El gobernador aseguró que se pondrá al frente de la defensa de áreas sensibles como salud y educación, a pesar del difícil escenario económico y político que se avecina: "Tenemos que reprogramar el año en base a la situación que tenemos, que también es bastante incierta en base a las decisiones que ha estado tomando Milei".
El laberinto legislativo y un escenario incierto
En el trasfondo de este conflicto, las tensiones entre oficialismo y oposición en la Legislatura bonaerense se profundizaron. La Cámara de Diputados y el Senado fueron escenarios de intensas discusiones, donde las demandas municipales y los desacuerdos sobre la distribución de recursos trabaron los acuerdos.
Tal y como adelantó Buenos Aires/12 desde el oficialismo señalaron que la oposición modificaba constantemente sus demandas y que, aunque el presupuesto y la ley fiscal estuvieron siempre listos para votarse, no existía voluntad para aprobar el endeudamiento necesario.
"El gobernador planteaba que para satisfacer esa necesidad el endeudamiento tenía que ser mayor, pero no se llegó a un acuerdo", había explicado un referente del oficialismo legislativo a este medio. Finalmente, los esfuerzos por destrabar el debate resultaron infructuosos.
Kicillof anticipó que la discusión por el presupuesto y el endeudamiento continuará el próximo año y dejó en claro que su administración seguirá adelante con sus planes, aunque deba hacerlo con recursos limitados. "La discusión seguirá presente el año próximo, y nuestro compromiso seguirá siendo el mismo: continuar las obras y nuestros planes para llevar bienestar a los bonaerenses", expresó.
El gobernador reiteró su crítica hacia el plan económico de la gestión libertaria, describiéndola como un modelo que profundiza las desigualdades y deja a las provincias en una situación de extrema fragilidad. "Estamos con todo este abanico de situaciones y dificultades. El gobierno de la provincia de Buenos Aires seguirá tratando de mostrar al pueblo cómo afrontar esas discusiones y funcionar como escudo frente a los derechos que están en riesgo", concluyó.