Gisela Gómez, hermana del trabajador de frontera Fernando Gómez contó que efectivos de la Gendarmería Nacional amenazaron con plantarle droga la misma madrugada en que asesinaron a su hermano.
Fernando Gómez, un pasador de hojas de coca de 27 años, fue asesinado la madrugada del 18 de diciembre en medio de incidentes con gendarmes del Puesto 28 de la fuerza, ubicado sobre la ruta nacional 50 en jurisdicción del municipio argentino de Aguas Blanca.
"¿Saben qué vamos a hacer? Le vamos a meter droga a esa Kangoo para echarle la culpa a ustedes", contó Gisela que le dijeron los gendarmes cuando fue hasta el Puesto 28 a preguntar por su hermano, porque le habían comentado que podía haberle pasado algo. La hermana del bagayero asesinado de dos disparos hizo esta afirmación en declaraciones al periodista Alejandro Bercovich, en Radio Con Vos.
Las amenazas fueron confirmadas a Salta/12 por el abogado de la familia, Pablo Cardozo Cisneros, quien relató que luego de que les informaron a sus familiares que podría haberle pasado algo a Fernando un vecino les prestó el utilitario para que fueran al Puesto 28 y cuando llegaron "los bajaron los gendarmes del vehículo y los amenazaron". El abogado añadió que "lo primero" que los familiares de Gómez le dijeron fue que "los gendarmes estaban obrando de una manera bastante errática". Otros testimonios han dado cuenta de esa particularidad en la actuación de los gendarmes esa madrugada.
Cardozo dijo que pidió a la fiscalía federal de Orán, a cargo de la investigación de estos hechos, que se hagan peritajes toxicológicos a los gendarmes que estaban ese día en el puesto de control. Estos peritajes se realizarán el próximo jueves 2 de enero. Ese día también se harán peritajes balísticos.
Asimismo, Gisela Gómez responsabilizó a la ministra de Seguridad de la Nación por la represión que terminó con la vida de su hermano. "Ese es el Plan Güemes que puso Patricia (Bullrich). ¿Y ahora quién se hace cargo de mis sobrinos?", lamentó. Fernando Gómez tenía tres hijos pequeños a los que mantenía con la venta al menudeo de las hojas de coca que traía del Estado Plurinacional de Bolivia, donde se cultiva la planta cuyas hojas se consumen en el norte argentino con el coqueo y como infusión, además del uso en rituales.
"Yo necesito que la saquen a ella (a Bullrich), porque ella es la que manda todo ahí, no va a dejar que nadie haga justicia por mi hermano, porque ella está encubriendo a la Gendarmería, a la Policía Federal, a la Prefectura", sostuvo Gisela Gómez.
También cuestionó que los controles se centren en los trabajadores de frontera, los bagayeros, que pasan alimentos, ropa, hojas de coca y electrodomésticos que los visitantes argentinos compran en la ciudad de Bermejo, en Bolivia. "¿Por qué matan a gente inocente, pobre, mientras los narcos están por otro lado, y acá matando a gente pobre que trabaja en el día a día, ellos son bagayeros, traen coca". "Mataron a un chico bueno, mi hermano era trabajador, todo el mundo lo conocía a mi hermanito", insistió.
Por otro lado, el abogado David Leiva asumió la representación de la familia de Ariel Arnaldo Gareca, también trabajador de frontera que fue gravemente herido en la represión del 18 de diciembre.
Gareca recibió tres perdigones de plomo, uno le impactó en la cabeza y está inconciente desde entonces, internado en el Hospital San Vicente de Paul de la ciudad de San Ramón de la Nueva Orán, en el norte salteño.