Tras la entrega de escrituras por parte del gobernador Axel Kicillof en el barrio 17 de marzo de La Matanza, el cura a cargo de la parroquia de San José, padre Nicolás "Tano" Angelotti, realizó una bendición y un agradecimiento.

"Que esa unidad entre Dios, comunidad y Estado, que es transformadora, que tanto bien hace al presente y al futuro de nuestro país, no deje de darse en nuestros barrios", sostiene el texto, en una definición de alcance tanto religioso como político. 

Angelotti es uno de los curas más cercanos al Papa Francisco y tiene gran sintonía con el dirigente social y político Juan Grabois. Integra la línea de los curas villeros que junto con el Grupo en Opción por los Pobres conforman los dos grandes herederos del movimiento de sacerdotes tercermundistas que en nuestro país lideró Carlos Mugica. La bendición opera como reconocimiento a lo actuado por el gobierno provincial.

"Hoy nuestros barrios celebran. La urbanización soñada, esperada, esquiva en muchas épocas, ha dado un nuevo paso hacia su definitiva consolidación. La entrega de las primeras escrituras del barrio 17 de Marzo abre una nueva etapa en donde se van cosechando los frutos luego de tanto tiempo de siembra", comienza el comunicado de prensa difundido por la parroquia. 

Según cuenta en su comunicado, el barrio 17 de Marzo nació al calor de un tiempo de democracia en el que el Estado estaba ausente. Fue producto de una organización comunitaria que tuvo un logro con pocos precedentes: lotes de 10 x 30, trazado de calles y lugar para una manzana comunitaria. Así se logró que llegara la luz, el agua, las cloacas el asfalto y, hace muy poco, una línea de colectivos. 

"El Estado se hizo presente para darle fuerza a todo este trabajo de las familias, las organizaciones sociales y la Iglesia. Ahora, con este hecho histórico de entrega de escrituras, los vecinos y vecinas ven hecho realidad de dejarle un techo digno a sus hijos e hijas. Todavía falta que se entreguen en su totalidad, pero no hay ningún impedimento que haga que eso no se lleve a cabo en lo inmediato", agrega el texto.

El padre Tano, como le dicen sus feligreses, recibió el 1 de octubre pasado, en la parroquia de San José, en Ciudad Evita, cerca de las vías del ferrocarril Belgrano Sur, la visita de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner

Aquel recorrido para observar de primera mano las consecuencias del ajuste sobre los sectores más postergados fue el comienzo de una serie de apariciones públicas, tras las cuales anunció su intención de presidir el Partido Justicialista, como finalmente ocurrió. 

En junio, para el Día de la Bandera, en otro hecho de enorme relevancia mediática, el padre Tano había participado de la misa celebrada por monseñor Oscar Ojea en la cercana parroquia de Caacupé, como desagravio a las militantes sociales que sostienen los comedores, a quienes el gobierno de Javier Milei acusó infundadamente de robar comida.

En esa ocasión, fueron designadas abanderadas y "madres del pasillo", por alimentar no sólo a sus hijos sino a todos los chicos a su alrededor. Era el momento más álgido del conflicto entre la ministra Sandra Pettovello, que se negaba a repartir la comida almacenada en los galpones, y las organizaciones sociales que reclamaban su entrega inmediata.

La dramática realidad de los comedores, tanto entonces como ahora, combinaba un aumento de la demanda, por la gente que perdió su empleo o, aún trabajando, no tiene ingresos suficientes para alimentarse todo el mes, y una reducción drástica de la mercadería disponible, porque las entregas de provincia y los municipios no llegan a suplir el vacío dejado por la retirada de nación.

El comunicado también recuerda la historia de otros dos barrios cercanos, Puerta de Hierro y San Petersburgo, que comenzaron como asentamientos precarios, donde se afincron vecinos de distintas villas porteñas, violentamente desalojados por la dictadura, que hoy ven avanzar las obras de viviendas y urbanización.

No parece una mención casual, frente a un gobierno nacional que oscila entre el negacionismo y la reivindicación lisa y llana de la dictadura cívico militar y sus crímenes de lesa humanidad. 

"Sus casas eran demolidas, las familias eran cargadas en la caja de un camión y tiradas en estos “semi-barrios”, que eran similares a un campo de concentración. Sin espacios públicos, armados entre pasillos, con casas de techos bajos y sin ventanas, estos sitios se anunciaban como Núcleos Habitacionales Transitorios. La promesa era que en menos de dos años se les daría una casa digna donde vivir. Nunca se hizo realidad. Estos barrios, pasaron de sufrir al Estado represor para vivir a la sombra de un Estado ausente que los transformó en desaparecidos de la democracia. Así, llegaron las organizaciones del mal, la desocupación, el aumento de la pobreza y la instalación del narcotráfico", explican.

También recuerdan que hasta el Papa Francisco envió un saludo a la comunidad en el que decía "hermanos y hermanas de la Parroquia San José de San Justo: no se cansen de trabajar. No pierdan la esperanza. Y que cada familia pueda tener una vivienda digna. Y que las 3 T (Tierra, techo y trabajo) tengan vigencia entre ustedes”, así como el rol del padre Bachi, histórico de la zona, que falleció durante la pandemia de coronavirus, por no dejar de abrazar a sus fieles.