Luego de concretar su estrategia de hacer caer en el Congreso el tratamiento del Presupuesto 2025, el gobierno nacional prorrogó formalmente la vigencia del esquema de ingresos y gastos que rige desde 2023. La medida le da a la administración de Javier Milei la potestad de ejecutar gastos de manera discrecional y de seguir recortándole partidas a las provincias, entre otras maniobras de presión.
Esto quiere decir que Milei gobernará por segundo año consecutivo con el presupuesto que elaboraron el expresidente Alberto Fernández y su exministro de Economía, Sergio Massa, con cifras totalmente desactualizadas para la coyuntura actual pero que le da al Poder Ejecutivo la capacidad de barajar sus propias cartas blancas para gobernar.
La nueva prórroga del Presupuesto
La maniobra fue concretada a través del decreto 1131/2024 publicado en el Boletín Oficial y firmado por Milei, su jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el ministro de Economía, Luis Caputo.
El texto establece que “a partir del 1° de enero de 2025 rigen, en virtud de lo establecido por el artículo 27 de la Ley de Administración Financiera y de los Sistemas de Control del Sector Público Nacional N° 24.156 y sus modificatorias, las disposiciones de la Ley N° 27.701 de Presupuesto General de la Administración Nacional para el Ejercicio 2023, sus normas modificatorias y complementarias, vigente conforme el citado artículo 27, en los términos del Decreto N° 88 del 26 de diciembre de 2023”.
Entre los considerando, el gobierno de La Libertad Avanza sostuvo que “que dado lo avanzado del Ejercicio Presupuestario 2024, no resulta posible definir con inmediatez y precisión las adecuaciones referidas en el artículo 27 de la mencionada ley, por lo cual estas se llevarán a cabo oportunamente”.
El Congreso, afuera
Lo que obviamente no dice el decreto es que oficialismo y sus aliados fueron los artífices de la caída del proyecto de Presupuesto 2025 en el Congreso, tras hacer fracasar todas las negociaciones posibles con la oposición.
Sin un presupuesto renovado, el gobierno de Milei tendrá la posibilidad de disponer del modo que se le antoje las partidas destinadas a cada área del Estado, inclusive de aquellas que no existen más producto de ajuste, cierre y el achicamiento que se puso como objetivo desde que asumió.
De esta manera siguen vigentes los números que hasta el propio Gobierno reconoce como imposibles de alcanzar pero que aún así están proyectados: 18,5 de inflación al cierre de año, un crecimiento del PBI del 5 por ciento y un sostenimiento de ingresos desde los grandes sectores como la industria que –por si el Gobierno no lo registró- están en picada desde enero de este año.
El boicot del debate en el Congreso fue tejido poco a poco por el Gobierno. Extendió una y otra vez los debates en la Comisión de Presupuesto y Hacienda, presidido por el ultramontano Luis Espert, responsabilizando a la oposición de la trama.
Pero los principales artífices de la continuidad del Presupuesto 2023 fueron los funcionarios del Palacio de Hacienda, con el objetivo de contar con un presupuesto mínimo que le permite mover partidas a discreción en su búsqueda del mentado “déficit cero”.
También contaron con los gobernadores aliados que se prestaron a hacer caer la actualización de los gastos de la administración pública, como moneda de cambio futuros nuevos acuerdos y partidas decididas por decreto.