La recesión, la pérdida del poder adquisitivo, la menor intervención estatal en los conflictos laborales, la apertura comercial, la crisis de Brasil y la reducción de la inversión pública son elementos centrales en el proceso de destrucción de puestos de trabajo y precarización de las condiciones laborales registrado en 2016. Entre la asunción de Mauricio Macri y septiembre, el último dato publicado del Sistema Integrado Previsional Argentino, se perdieron más de 120 mil puestos de trabajo registrados en el sector privado. La Encuesta de Indicadores Laborales que ofrece datos hasta octubre donde el empleo registrado muestra una caída general del 0,8 por ciento liderada por fuertes contracciones en construcción e industria manufacturera de 6,7 y 4,1 por ciento, respectivamente. Desde una perspectiva regional los aglomerados más afectados por el escenario recesivo en la comparación con el mismo mes del año pasado son el Gran Buenos Aires, Mendoza y Paraná.