El camarero Braian Nahuel Paz, acusado de suministrarle cocaína a Liam Payne, fue procesado con prisión preventiva por orden de la jueza Laura Bruniard. Además, la jueza dispuso un embargo de cinco millones de pesos sobre Paz y le otorgó 24 horas para entregarse a la Justicia. Sin embargo, pese al plazo establecido, la Policía aún no confirmó una orden de captura.
Paz, un camarero argentino de 25 años, enfrenta un panorama complicado tras ser acusado de suministrarle cocaína al cantante británico. Según la jueza Laura Bruniard, quien dictó su procesamiento, Paz habría entregado la droga a cambio de dinero en un episodio que comenzó en un exclusivo restaurante de Puerto Madero. La magistrada también ordenó prisión preventiva y embargó al acusado por cinco millones de pesos.
Entre estrategias legales y relatos contradictorios
En un intento por evitar su detención, el abogado de Paz, Fernando Madeo Facente, presentó una apelación ante el Juzgado N°34 y un hábeas corpus. Sin embargo, las declaraciones del camarero no ayudan a su causa. En un primer momento, aseguró que no le vendió droga a Payne, sino que el cantante ya estaba bajo los efectos de estupefacientes al llegar al restaurante. "No le cobré nada, se la regalé porque quería pasar tiempo con él", afirmó Paz, intentando minimizar su responsabilidad.
Pero las pruebas obtenidas por el fiscal Andrés Madrea cuentan otra historia. Chats recuperados de los dispositivos de Payne y Paz revelan mensajes en los que el camarero mandaba fotos de cocaína y discutía precios. Además, las cámaras de seguridad del hotel CasaSur, donde Payne se alojaba, registraron el momento en que Paz ingresó en la madrugada del 14 de octubre. Poco después, el cantante fue captado en recepción pidiendo dinero, lo que refuerza la hipótesis de un intercambio comercial.
Otro implicado y amenazas del cantante
Otro de los implicados en el caso es Ezequiel Pereyra, empleado del hotel CasaSur, quien habría enfrentado amenazas directas de Payne si no conseguía droga. Según el expediente, el cantante británico le entregó un billete de cien dólares y, con un tono agresivo, lo presionó para cumplir con su pedido.
La investigación sigue abierta, y lo que venga podría marcar un precedente en casos similares.