Al menos 10 personas fallecieron y 35 resultaron heridas tras un atropello masivo en el corazón de la ciudad estadounidense de New Orleans. El autor, que había preparado explosivos caseros según la policía de la ciudad, fue abatido por agentes tras un intercambio de disparos. Las autoridades consideran que el ataque fue intencionado y el FBI confirmó que el conductor portaba una bandera del grupo Estado Islámico (EI), lo que refuerza las hipótesis de los investigadores de que tuvo motivaciones terroristas. Tanto el presidente Joe Biden como su sucesor Donald Trump repudiaron el hecho.
El atacante, que conducía una combi blanca con matrícula de Texas, aceleró hacia la calle de Bourbon Street, en el Barrios Francés, poco después de las 03:00 hora local, e impactó contra la compacta muchedumbre que se encontraba en esa famosa vía cerrada al tráfico tras la entrada del Año Nuevo, según describió la Policía en una rueda de prensa.
La entrada de Bourbon Street tiene bolardos de seguridad que se pueden retraer y subir, pero, según medios locales, en el momento del atropello estaban retirados por obras en la zona. El hombre chocó contra una grúa, según fotos difundidas por los medios locales. Después abandonó el vehículo y comenzó a disparar. Finalmente, fue abatido tras un intercambio de disparos con la policía. Según las autoridades locales, la vigilancia fue intensa durante el Año Nuevo, ya que la ciudad se preparaba para recibir a multitudes.
Un testigo consultado por NBC News, aseguró que el caos en el lugar provocó escenas de pánico y que el conductor impactó y mató en el acto a varias personas que se encontraban entre la multitud, entre ellas una niña. Otra testigo afirmó a la cadena CBS: "Una vez que pasó junto a nosotros (la combi), escuchamos disparos y vimos a la policía". Y añadió: "Cuando cesaron los disparos, salimos a la calle y nos encontramos con muchas personas que habían sido chocadas. Queríamos ver qué podíamos hacer para ayudar".
El atacante
La jefa del Departamento de Policía de Nueva Orleans, Anne Kirkpatrick, afirmó que el autor del atropello tenía la intención de provocar el mayor daño posible. "Él estaba decidido a provocar la masacre y los daños que causó. Fue un comportamiento intencional. Este hombre estaba tratando de atropellar a la mayor cantidad de personas posible", manifestó.
El FBI señaló en un comunicado que está liderando las investigaciones y está tratando este ataque como un posible acto de terrorismo. En una rueda de prensa en la mañana, la agente especial del FBI Alethea Duncan dijo que se habían encontrado en el lugar de los hechos artefactos explosivos armados de forma casera.
Horas después, el FBI confirmó en un comunicado haber identificado al responsable del atropello como Shamsud-Din Bahar Jabbar, un hombre de 42 años, ciudadano estadounidense de Beaumont (Texas). También señaló que había una bandera del EI en su combi. "Se localizó una bandera del EI en el vehículo y el FBI está trabajando para determinar las posibles asociaciones y afiliaciones del sujeto con organizaciones terroristas", indicó, además de considerar que Jabbar no es el único responsable del atropello. "Pedimos a cualquier persona que tenga información, videos o fotografías que se las proporcione al FBI", mencionó.
"Conducía una camioneta Ford, que parece haber sido alquilada, y estamos trabajando para confirmar cómo el sujeto llegó a poseer el vehículo", agregó el FBI. La cadena televisiva CNN informó que la combi fue alquilada a través de la plataforma Turo y que su precio era de 105 dólares al día. Según Fox News, el vehículo habría cruzado la frontera de México a Estados Unidos hace dos días, pero no se sabe si Jabbar era el conductor de ese trayecto.
Por su parte, el diario The New York Times indicó que los registros locales de Texas muestran que el sospechoso del ataque fue acusado hace décadas de dos delitos menores: en 2002, lo arrestaron en la ciudad de Katy por un delito menor de robo; tres años después, la Policía de Beaumont lo detuvo por conducir con una licencia no válida, también un delito menor, de acuerdo con el rotativo.
"No toleraremos ningún ataque"
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, señaló a la prensa que sintió ira y frustración cuando le avisaron sobre el atropello. El mandatario hizo estas declaraciones desde Wilmington (Delaware) antes de ir hacia Camp David y dijo que a lo largo de la mañana le informaron continuamente sobre el incidente. No obstante, se negó a comentar detalles sobre la investigación que el FBI y las autoridades locales están realizando.
El mandatario saliente también expresó sus condolencias a las familias de las víctimas, en una publicación en la red social X. "Mi corazón está con las víctimas y sus familias que simplemente estaban tratando de celebrar la festividad", indicó. "No hay justificación para la violencia de ningún tipo y no toleraremos ningún ataque a ninguna de las comunidades de nuestra nación", remarcó.
Paralelamente, su sucesor en la presidencia, Donald Trump, atribuyó el atropello a un extranjero, indirectamente y sin aportar pruebas, antes de dar el pésame a las víctimas y ofrecer el apoyo de su Administración, que asumirá el poder el 20 de enero. "Cuando dije que los criminales que vienen aquí son mucho peores que los criminales que tenemos en nuestro país, esa afirmación fue refutada constantemente por los demócratas y los medios de comunicación de noticias falsas, pero resultó ser cierta", manifestó el republicano, además de decir que la tasa de criminalidad en Estados Unidos está en un nivel que nadie ha visto antes.
"Nuestros corazones están con todas las víctimas inocentes y sus seres queridos, incluidos los valientes oficiales del Departamento de Policía de Nueva Orleans. ¡La administración Trump apoyará plenamente a la ciudad de Nueva Orleans mientras investigan y se recuperan!", afirmó.
Por su parte, el gobernador del Estado de Luisiana, Jeff Landry, calificó el incidente como un horrible acto de violencia. "Por favor, únanse a Sharon (su esposa) y a mí para orar por todas las víctimas y los socorristas que se encuentran en el lugar", mencionó en X tras enterarse del hecho. "Esta es una situación cambiante y estamos en coordinación con numerosas agencias policiales locales y federales para garantizar una investigación completa y exhaustiva para llevar ante la justicia a quienes puedan haber sido parte de este incidente", informó horas después en otra publicación.
"Reconocemos que hay turistas a nuestro alrededor e instamos a todos a evitar el Barrio Francés ya que esta es una investigación activa. Entendemos las preocupaciones de la comunidad y queremos asegurarles a todos que la seguridad del lugar y de la ciudad de Nueva Orleans sigue siendo nuestra principal prioridad", subrayó.
New Orleans es uno de los destinos más visitados de Estados Unidos y este miércoles se iba a disputar allí un importante partido de fútbol americano, conocido como Sugar Bowl, cuyos participantes son equipos de la Universidad de Georgia y Notre Dame. Sin embargo, tras el atentado, se pospuso para este jueves, informó a través de sus redes el comité organizador del partido.
Funcionarios federales como el secretario de Seguridad Interior, Ali Mayorkas; la vicefiscal general, Lisa Monaco, y la asesora de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Liz Sherwood-Randall, están en contacto con la alcaldesa de New Orleans, LaToya Cantrell, para ofrecer apoyo a las autoridades locales, según Washington. Este ataque se produjo apenas 10 días después de otro similar en la ciudad de Magdeburgo, en el este de Alemania, en el que murieron cinco personas y más de 200 resultaron heridas.