La inflación de noviembre se ubicó en el 1,9 por ciento y acumula en los últimos doce meses una suba del 43,4 por ciento, de acuerdo con el denominado IPC- Congreso, difundido por diputados de la oposición a Cambiemos. Lo relevante del dato de noviembre es que no está influenciado por el efecto tarifario, ni al alza como cuando el tarifazo fue implementado ni a la baja por la marcha atrás dictada por la Corte Suprema. A casi un año del shock de la devaluación y la quita de retenciones, la inflación ya está prácticamente en el nivel que tenía a mediados del año pasado. La diferencia es que el salario real cayó por lo menos 6 puntos (y mucho más en sectores con bajo grado de organización sindical), se destruyó empleo y el margen económico para miles de pymes se estrechó notablemente.

El informe publicado ayer marca que en noviembre la suba de inflación se explicó por la dinámica de alimentos y bebidas, transporte y comunicaciones, esparcimiento y cigarrillos. Alimentos y bebidas creció 1,8 por ciento y registra en doce meses un alza del 39 por ciento. Según el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortíz, en noviembre se destacó en este rubro el incremento de precios de las bebidas sin alcohol (5,6 por ciento), papas (17,2), fideos (11,3), carne picada (11,0) y manzana (10,3 por ciento). El segmento de transporte subió impulsado por el aumento del 66 por ciento en el subte, de 4,50 a 7,50 pesos el pasaje, y por el incremento del 15 por ciento en el servicio de taxis en Buenos Aires. En el año, los taxis subieron un 35 por ciento. El rubro de esparcimiento se destacó el aumento de los abonos de TV por cable.

“Luego de tres meses donde los efectos de las correcciones de los cuadros tarifarios alteraron la dinámica de la inflación, en noviembre el nivel general aumentó 1,9 por ciento, por encima de la evolución registrada en agosto-octubre, sin considerar el efecto tarifas”, indicaron los legisladores provenientes de los espacios políticos del Frente Renovador, GEN, Libres del Sur, Movimiento Evita, Partido Justicialista y Socialista. En noviembre se pudo percibir el movimiento de los precios más allá del efecto tarifas. Los servicios públicos aumentaron en marzo/abril, con el subsecuente efecto inflacionario, aunque luego el fallo de la Corte Suprema retrotrajo el índice de precios al consumidor por el fallo adverso a la suba del gas. Luego de la audiencia pública del 16 de septiembre, las boletas de gas volvieron a subir en octubre, lo que impulsó nuevamente el índice de inflación.

El 1,9 por ciento de suba de precios en noviembre está más o menos en línea con la inflación previa a la escalada que acompañó el anuncio de devaluación hace un año. Según el propio IPC-Congreso, en octubre de 2015 la inflación fue de 1,52; en septiembre, de 1,92; en agosto, de 2,17; en julio, de 1,92 y en junio, de 1,53 por ciento. Es decir que el macrismo apenas pudo emparejar la inflación de hace un año al costo de una pérdida del salario real de 6 puntos en los sectores mejor organizados (y mucho más grave en los asalariados con menor sindicalización y los informales), pérdida de empleo y estrangulamiento de las pymes. A pesar de esos datos, el presidente, Mauricio Macri, calificó días atrás su gestión con un ocho y en ese marco destacó que “la inflación ha sido el mayor éxito que hemos tenido. Yo dije a principio de año que en el segundo semestre bajaría drásticamente la inflación y ustedes me decían que era imposible, que era imparable. Y hoy estamos en un promedio de 1,5 por ciento mensual, que todavía está lejos del dígito al que tenemos que llegar”.

Según el IPC-Congreso, que se confecciona a través de un promedio simple de la inflación que miden las consultoras, la inflación en los últimos doce meses es del 43,4 por ciento y del 38,2 por ciento entre enero y noviembre. De modo que 2016 terminará como el año de mayor inflación desde la salida de la convertibilidad. El promedio de inflación mensual de este año es del 3 por ciento, frente el 1,9 por ciento mensual del período enero-noviembre de 2015. Hacia adelante, hay varios aumentos en ciernes que alejan el horizonte de una caída pronunciada de la inflación: diciembre es un mes estacionalmente activo en términos de aumentos de precios, al tiempo que en enero suele impactar la temporada turística y podría aumentar la nafta y las prepagas (subas que el Gobierno por ahora no confirmó). Luego será el turno, nuevamente, de los servicios públicos.