En la Argentina, el 2 de enero tiene varias connotaciones: fue el día en que los ingleses invadieron las Islas Malvinas, se creó la Universidad Nacional de La Plata, se registró la temperatura más alta del país (49,1°), Boca Juniors se consagró como el primer campeón de la era profesional del fútbol local y Eduardo Duhalde asumió provisionalmente la presidencia de la Nación tras la crisis de 2001. También es el título de una de las canciones más sensibles del primer álbum de Spinetta y Los Socios del Desierto, en realidad un CD doble titulado igual que el último power trío que tuvo Luis Alberto. Aunque curiosamente la letra no es de la autoría del Flaco sino que, en realidad, es la adaptación de un poema del ex tenista Modesto "Tito" Vázquez.

Vázquez está lejos del estereotipo del tenista. Sentía pasión por ese deporte con la misma vehemencia que escuchaba a Bob Dylan y The Beatles, o que leía a Allen Ginsberg, Aldous Huxley y Angela Davis. Justo en la época en la que Spinetta vivía una intensa amistad con otro tenista, el legendario Guillermo Vilas, ambos se conocieron: sucedió en 1979 en Nueva York, en el tiempo en la que el prócer del rock argentino probó meterse en el mercado musical estadounidense con Only Love Can Sustain, el que es considerado su disco maldito o el "disco negro", como él solía llamarlo. Es el único que cantó en inglés y que no fue producido por él, sino por el productor estadounidense de jazz George Butler. Por eso tiene un sonido pop jazzero.

El ambicioso proyecto impulsado por Vilas, que contó con músicos notables como el percusionista Paulinho Da Costa y el bajista Abraham Laboriel (padre del actual baterista de Paul McCartney, Abe Laboriel), pasó sin pena ni gloria. Aunque del repertorio destaca una adaptación de un poema del tenista marplatense, "Children of the Bells". A partir entonces, Vázquez y Spinetta cultivaron una profunda amistad, a tal punto que el Flaco le preguntó si se animaba a invertir en el disco Madre en años luz (1984) y el tenista accedió. El dinero se usó para comprar una consola. Dos años más tarde, a manera de homenaje y también de agradecimiento, Tito apareció en los créditos del álbum Privé como "Productor espiritual".

A la par de eso, Spinetta le pasó dos músicas suyas al ex capitán del equipo de Copa Davis para ver si le ponía letra. A falta de tiempo, debido a su compleja agenda, Tito sólo pudo escribir "2 de enero". Eso fue recién en 1995, mientras el álbum debut de Spinetta y Los Socios del Desierto tomaba forma. "Para mí fue muy tocante ese gesto, porque es alguien que sabe tratar como nadie a las palabras y que le da una particular importancia a la lírica", le dijo el deportista a la revista El Gráfico. Y en esa misma nota manifestó: "Él es una de las personas más lúcidas y fieles a sí mismo en el país. Es muy creativo, un verdadero artista en todo el sentido de la palabra y un poeta en el más alto contenido de la palabra".

"Y a pesar de las palabras, tu silencio es más profundo y más atroz. Y no sé así porque razón los barcos vienen y se van. Y agarro mis libros, quemo todas mis palabras falsas, hoy es temprano, hoy comienza el 2 de enero", versa uno de los pasajes del poema devenido en canción del disco que vio la luz finalmente en 1997. En medio del tema, que dura 3:36 minutos, el Flaco desprende un solo de viola de esos que saboreaban lo sublime. Notable además lo de Marcelo Torres (bajo) y Daniel Wirtz (batería), las otras dos partes de la banda, quienes específicamente en esa canción hacen el trabajo de acompañamiento. Básicamente, la composición alude a una relación sexual y amorosa sucedida una mañana de un 2 de enero.

Aparte de estar aunados por la música y la literatura, Tito y el Flaco compartían su fanatismo por River. Años más tarde, en 2005, Spinetta escribió el prólogo para El fin es aún, libro de inspiración budista y uno de los tres títulos de poesía publicados por el tenista, que además tiene Yo a tu edad, de 1999, y El otro es uno, de 2003, y es autor de la novela El ombligo del pulpo, de 2018.

Al morir Spinetta, Vázquez escribió el poema "El Flaco": "Canta, pájaro eléctrico canta... El llanto es del color del agua. Tus manos la sustancia de tu fuego, tu alma la poesía de los mares, la nada la deriva de los vientos. Tu sonrisa permanece ante la duda, el eterno sin fin de los silencios. Canta, pájaro eléctrico canta. No me dejes solo".