Los pronósticos que un año atrás auguraban un mandato de Milei breve y de accidentado final se estrellaron contra la realidad. Se argumentaba que tan pronto como su política económica afectara el consumo, la actividad, el empleo y los ingresos de los sectores populares -como efectivamente ocurrió- la situación desembocaría en una inevitable crisis política que se llevaría puesto al gobierno.
Ahora “Lo inevitable nunca sucede. Sucede lo inesperado”.