La Ronda de las Madres de Plaza 25 de Mayo de Rosario se hizo eco de los despidos “perversos” que el gobierno nacional operó el último día del año en el Centro Cultural Haroldo Conti, que funciona en la ex Esma, al rechazar ayer “todo lo que sucede con las trabajadoras y trabajadores” del lugar, dijo a Rosario/12 Pablo Álvarez, referente de la Ronda. Los organismo locales de Derechos Humanos que participaron de la actividad también repudiaron “el cierre y desmantelamiento de las áreas de Derechos Humanos” bajo la orbita de la Casa Rosada.
El avance del gobierno de Javier Milei sobre esas políticas públicas tiene un condimento que, para Álvarez, es “perverso”. Por eso, las notificaciones de los despidos al personal del CC Haroldo Conti llegaron “el 31 de diciembre a las 14 horas”. Pero, además, se produce en un contexto particular, que se viene construyendo desde antes del inicio de la gestión libertaria.
“Está muy demonizada la cuestión, desde hace muchos años cuando (Mauricio) Macri habló del curro de los derechos humanos. Se logró instalar un sentido común donde se ve a los espacios y organismos como que viven del Estado, que roban, y eso se logró instalar en una parte de la sociedad”, reflexionó el militante y referente de la Ronda de las Madres rosarinas.
En esa línea, dijo en diálogo con este diario que “hay sectores conservadores que estas cosas las festejan y es un golpe de efecto muy fuerte que justamente el 31 de diciembre se informe de ese modo, con la violencia que se hizo, que se va a cerrar el centro cultural”.
La decisión oficial de cerrar el espacio cultural que funciona en el ex Esma, que se suma a otras más graves aún, como el desmantelamiento de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi), también fue repudiada por los organismo que conforman la mesa rosarina, de la que participan Nietes, Familiares, Hijos, el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH), Ex Presos Políticos y la APDH, entre otros.
Del mismo modo se manifestó el Foro contra la Impunidad y por la Justicia de Santa Fe, que expresó su “más enérgico repudio a la decisión que llevó adelante Alberto Baños, secretario de Derechos Humanos de la Nación quien, con la anuencia del Ministro de Justicia y Derechos Humanos, Mariano Cúneo Libarona, con un cinismo repudiable y mostrando su rostro más inhumano, en horas del mediodía del 31 de diciembre cumplió con creces la amenaza de despidos y la suspensión masiva de trabajadores y trabajadoras dependientes de esa Secretaría”.
“No tenemos que aflojar”
El avance del Gobierno sobre las políticas públicas de protección a los derechos humanos se monta sobre un plano de ideas que los organismos -en términos generales- pensaron como ganado, aunque existe un sentido común en disputa. “Eran cosas que creíamos que estaban instaladas y que ya no había un retroceso sobre eso, pero el tiempo nos demostró que no es así”, dijo Álvarez.
“Lo que hay que buscar es unidad entre los organismos, y no solo entre nosotros, sino con distintos sectores políticos”, sostuvo, para agregar que le parece “muy saludable que en la Ronda se están haciendo presente los gremios para visibilizar sus luchas. Es importantes que nos organicemos y juntemos con muchísimos sectores”.
Acerca de cómo resistir la avanzada conservadora, el militante dijo que “no veo otra posibilidad que estar en la calle, estar en contacto con la sociedad y salir un poco de nuestro núcleo, llevar estas voces a los lugares donde comúnmente no se escuchan”.
Álvarez señaló que los discursos negacionistas de las consecuencias de la última dictadura cívico-militar ganaron terreno a través de la habilitación social que supuso que personalidades de la cúspide del poder público lo integraran a sus discursos.
“Esas voces que no se manifestaban abiertamente, que necesitaban hacerlo a escondidas hasta hace algunos años, hoy lo hacen abiertamente”, dijo, para explicarlo con un ejemplo práctico: “Pasan cosas en la Plaza, como que viene gente y nos insulta. Esas cosas no pasaban antes, pero hoy sí, y los medios lo replican de una manera que puede hacer pensar que es una mayoría de la sociedad y quizá no sea así. Uno lo duda cuando ve las movilizaciones los 24 de marzo”, que no dejan de ser masivas.
Por último, en cuanto a cómo se expresa ese clima de época en Rosario, el refrente de la Ronda de las Madres de Plaza 25 de Mayo recordó que el año pasado hubo “una represión al terminar la ronda en la plaza, cuando compañeros habían hecho una pintada que decía ‘La patria no se vende’. Se produjo una represión policial muy fuerte, ya había terminado la ronda pero fue toda una señal”.
Álvarez concluyó que “es un momento en el que se nota cierta hostilidad. Institucionalmente, salvo algunos concejales y sectores que siempre han acompañado, no tenemos acompañamiento como hubo antes, las Madres era un espacio mucho más respetado”.