La nueva autoridad en Siria lanzó este jueves una operación de seguridad destinada a la búsqueda y captura de miembros del antiguo régimen de Bashar al Assad, en un contexto de tensiones internas y enfrentamientos en los barrios de la minoría alauita, cercana al expresidente depuesto.
La agencia oficial SANA informó que el Mando de Operaciones Militares, junto con el ministerio del Interior sirio, inició una campaña de "peinado" en varios barrios de la ciudad de Homs, en la provincia central del país. La operación cuenta con la participación de batallones de infantería, apoyados por fuerzas blindadas, según el reporte.
En las imágenes publicadas por SANA, se observan a hombres enmascarados a bordo de camionetas y tanques recorriendo las calles de la ciudad. La administración de Ahmed al Sharaa, quien lideró la ofensiva que derrocó a al Assad, desplegó estas fuerzas "para dar caza a los remanentes de las milicias" que supuestamente se negaron a aceptar un acuerdo de paz, además de confiscar armas y municiones almacenadas entre los ciudadanos.
"Centros de reconciliación"
La agencia de noticias siria precisó que los objetivos de la operación son "fugitivos de la justicia, criminales de guerra y aquellos implicados en crímenes que se negaron a entregar sus armas y presentarse en los centros de reconciliación". Una fuente interna del Mando de Operaciones Militares señaló que, previo al operativo, se distribuyeron folletos entre la población de los barrios de Wadi al Dahab y Akrama, en la capital provincial, instándolos a permanecer en sus hogares y "cooperar plenamente" con las unidades de seguridad hasta el fin de la tarea.
La misma fuente recordó que las autoridades sirias continúan abriendo los llamados "centros de reconciliación" en distintas zonas del país, donde los miembros del antiguo régimen pueden registrarse y entregar sus armas. Esta medida tiene como objetivo evitar la escalada de conflictos entre civiles, especialmente en los barrios de Homs, donde aún permanecen "remanentes de las milicias de al Assad".
Por otro lado el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), una ONG con sede en el Reino Unido, afirmó que esta operación también está dirigida contra "personas implicadas en la incitación de las manifestaciones de la semana pasada y aquellos considerados shabihas (sicarios), presuntamente involucrados en actos de violencia y crímenes durante el régimen de al Assad".
No es la primera medida tomada por la nueva autoridad para pacificar la situación. Días atrás el Mando de Operaciones Militares impuso un toque de queda en la ciudad de Talbiseh, al norte de Homs, y comenzó una serie de redadas en las viviendas de personas buscadas por delitos, logrando la detención de al menos nueve individuos acusados de narcotráfico y secuestro, según el OSDH.
Los vestigios de al Assad
Esta maniobra se produce una semana después de que miles de alauitas se manifestaran en diversas partes del país, tras la difusión de un video que mostraba un ataque a un templo importante para su religión. Las autoridades provisionales aseguraron que el video fue grabado semanas antes de las protestas.
Tras los disturbios, varios sirios de ambos bandos perdieron la vida, lo que llevó a las autoridades a imponer toques de queda en las áreas más afectadas: el suburbio capitalino de Mezzeh, la provincia de Homs y las ciudades costeras de Tartus y Latakia, el principal centro alauita del país.
Mientras tanto, al noreste de Siria, los enfrentamientos entre las fuerzas proturcas y las Fuerzas Democráticas Sirias (FSD), una alianza kurdosiria leal al régimen depuesto, continúan en la periferia de Manbech, al este de Alepo, así como en la represa de Tishrin. Una semana atrás, al Sharaa declaró que su gobierno está negociando con las FSD para "resolver la crisis en el nordeste", aunque se mostró en contra de la posible autonomía de la región, una de las demandas de los kurdosirios.
Una reforma educativa polémica
Por otro lado el ministro de Educación del gobierno interino, Nazir al Qadri, confirmó este jueves que se ordenaron "modificaciones limitadas" en los libros escolares, incluyendo los textos de enseñanza religiosa, tras la caída del régimen de al Assad. Ante las acusaciones de extremismo por los cambios, implementados el miércoles, al Qadri explicó que se crearán "comités especializados" para revisar los planes de estudio de todas las escuelas del país y realizar ajustes adicionales.
"Solo hemos ordenado la eliminación de todo lo que glorifica al antiguo régimen e incluimos imágenes de la bandera de la revolución siria en todos los libros escolares", declaró al Qadri. También informó que se corrigieron "informaciones incorrectas" que el régimen de al Assad había introducido en los libros de educación islámica, como interpretaciones erróneas de ciertos versículos del Corán. La administración a cargo de al Sharaa marcó un potencial plazo de cuatro años para completar todos los cambios de su gobierno, y prometió que respetarán los derechos de todas las minorías.