Una de las postales de las fiestas de fin de año del 2024 se encontró en los aeropuertos. Pero no por un éxodo de turistas hacia los distintos puntos del mundo, sino por todo lo contrario: los miles de pasajeros varados que se vieron afectados por cancelaciones y demoras de último momento en las líneas aéreas low cost.
En medio de la embestida desreguladora y los ataques a Aerolíneas Argentinas, que el Gobierno busca privatizar a toda costa, las low cost están dando en la tecla y no paran de ser noticia por los diversos inconvenientes que tiene con los vuelos y la consiguiente afectación a los pasajeros.
Este escenario llevó al Gobierno, que tiene como emblema la libertad de mercado, a intimar a la empresa Fly Bondi a mejorar su servicio y dar marcha atrás con cancelaciones.
Entrevistado por la 750, el expresidente de Aerolíneas Argentinas, Pablo Ceriani, afirmó que “el Gobierno supuestamente le impuso multas por los distintos problemas a los pasajeros" y reclamó que "sean más transparentes sobre el plan y qué están haciendo”.
Mientras el gobierno no descarta más sanciones por los incumplimientos y demoras, la low cost Flybondi lleva cancelados más de 70 vuelos desde la Navidad. Si bien desde la aerolínea aseguran que trabajan en un plan de reprogramaciones, los reclamos se multiplican y las quejas son cada vez más.
Falta de regulaciones, la clave de las demoras en las low cost
“No está funcionando del todo si están con tantas demoras. Y ahí están las responsabilidades de poder tener una respuesta adecuada”, añadió sobre la falta de regulaciones en el sector.
En tanto, explicó por qué se dan este tipo de situaciones: “La diferencia con Aerolíneas Argentinas o con otras compañías es que las empresas tienen aviones de back-up en caso de que falle algún avión o haya algún problema, para poder suplir cuando un avión tiene algún desperfecto”.
El problema es que muchas low cost no cuentan con vuelos de "back-up", por lo que en caso de tener una dificultad técnica los pasajeros no podrán volar en otro avión de forma inmediata, sino esperar a que el problema sea resuelto o regrese una aeronave desde otro destino para suplir el vuelo, lo que además satura a las unidades, que pueden sufrir daños por el uso desmedido.
Ceriani añadió que otro factor clave es la inversión. "Tiene que haber inversión importante en respuestas para poder resolver los problemas. Esto es lo que no están pudiendo llevar adelante. Incluso lo manifestó la empresa”, dijo en alusión a Fly Bondi.
En este contexto, insistió que “los pasajeros tienen que tener la certeza de que están haciendo algo serio". "Y la empresa va a perder credibilidad y va a atentar contra su negocio”, resaltó.
“Yo sospecho que hay algún tipo de problema financiero que les hace difícil poder soportar la operación. Y ese problema va creciendo porque, a medida que se generan más problemas, se generan más costos, y la mala reputación hace que las finanzas empeoren”, finalizó.