La madrugada del lunes 18 de agosto de 1969 marcó un hito de esos inolvidables en la historia del rock. Hacia las 3.45, poco antes del alba, Stephen Stills, Graham Nash y David Crosby iban consumando un hermoso set acústico en el Festival de Woodstock cuando, de repente, se plegó un tal Neil Young. Venía él de ser compañero de Stills en Buffalo Springfield, banda de gran predicamento en el mundillo folk-rock de la era, y juntos –más los otros dos, claro- no solo completaron el unplugged, sino que, acto seguido, estallaron en un set eléctrico que se extendió hasta pasadas las 4.30. “Wooden Ships” por acá, “Long Time Gone”, por allá, y el nacimiento oficial de un cuarteto cuya existencia sería tan escueta como intensa. Maravillosa.

La unión se consolidó un mes después mediante el concierto que CSN&Y dio el 20 de septiembre en el Fillmore East de Nueva York, como parte de su gira debut. Allí, David, Stephen, Graham y Neil no solo revivieron parte del set que los ungió como superbanda en Woodstock, sino que mostraron además una resumida poción de lo que sería Deja Vu, año después. De ahí que Live at Fillmore East, 1969, disco recientemente publicado, emerja como una especie de eslabón perdido entre la actuación del súper grupo en el más grande festival de rock de la historia y el citado trabajo en estudio. Las cintas suenan reales. Hemos mezclado la cámara de eco analógica, sin eco digital, y mantuvimos todo analógico durante toda la producción. Nada de digital: un original analógico”, destacó ante la buena nueva el mismísimo Young, quien se encargó de desempolvar el material guardado durante medio siglo en algún archivo olvidado, y mezclarlo junto a su amigo Stills y el ingeniero de sonido John Hanlon. “Éramos cuatro personas disfrutando de los diferentes sonidos que producíamos, cantando juntos en voz baja por un lado, y luego rockeando como locos durante el resto del concierto”, dirá Stephen, a faena concluida.

Publicado en formato de CD y vinilo doble, Live at Fillmore East, 1969 contiene pues 75 minutos de música a través de varias piezas que el cuarteto venía de tocar en Woodstock, otras que serían registradas para Deja Vu, y una tercera constitutiva de ambas secuencias. Entre las que repiten en Woodstock y el Filmore, muchas pertenecen al disco debut como trío. Las bellas perlas folk “Guinnevere” y “Suite: Judy Blue Eyes”, por caso, más las eléctricas "Long Time Gone" y “Wooden Ships”, donde se sumaron Greg Reeves al bajo y Dallas Taylor, en batería. Entre los estrenos que irían a parar a Déjà vu, aparecen “Our House”, cuyo plus está dado por la presencia de Joni Mitchell -musa de esta canción de Nash- entre el público, y la introspectiva “4 + 20”, sobrevolada ella por el excelente trabajo de Stills en guitarra.

El momento Young se da por su parte en una lúcida ejecución acústica de “I've Loved Her so Long”, pieza de su primer disco solista. "El cuarteto implicó para mí una oportunidad de reunirme con Stills y continuar con la onda de Buffalo Springfield, pero la gran energía de Crosby siempre fue nuestro catalizador. Las cuatro voces nos animaban todas las noches. Grandes momentos que nunca olvidaré", manifestó el canadiense al recordar los lapsos del preciado material. "Al escuchar la música nuevamente después de todos estos años, puedo decir cuánto nos amábamos y amábamos la música que estábamos creando", dijo Nash. Para comprobar sus palabras –y las de sus compañero, claro- solo hay que centrar el foco de atención en la versión de “Down by the River”, donde el amor que resalta el cantante y guitarrista de The Hollies se explaya en 16 minutos de incendiaria jam.