Una pelea entre el intendente de Salvador Mazza, Gustavo Subelza, y el empresario local, Pablo Ojeda, visibilizó un malestar latente desde hace tiempo de los vecinos de la localidad de Profesor Salvador Mazza por los olores que emanan de los granos desechados de la exportación.
Son restos de soja y maíz principamente que transportan camiones desde el centro del país. Como no pueden ser cargados en su totalidad en los vagones de trenes bolivianos, son descartados en el pueblo limítrofe. Por efecto de la lluvia y el calor, los granos fermentan y producen un olor que se torna intolerable para los habitantes que viven en esa zona de la frontera con el Estado Plurinacional de Bolivia.
Según trascendió, si bien el 30 de diciembre de 2024 Ojeda y Subelza llevaron su enfrentamiento al nivel de físico, entre las razones de fondo de este desencuentro subyace una intervención que el municipio pretende realizar sobre los transportistas de granos que llegan a la estación ferroviaria de Salvador Mazza. El jefe comunal intenta cobrar una tasa ambiental a los camioneros con el fin de reunir fondos para mitigar los efectos del descarte de granos.
"La estación de trenes intenta bajar los efectos de la fermentación tirando una especie de cal. Lo hace a pedido del municipio, pero no alcanza", dijo a Salta/12 el periodista local Raúl Costes. "Además los camiones entran y salen constantemente por la Avenida Mariscal Santa Cruz y rompen todo", graficó el reportero.
Las fuentes periodísticas que visibilizaron la pelea entre el intendente y el empresario, indicaron que mientras Subelza reclama por el cobro de esa tasa ambiental que recaería sobre camioneros de ambos países, Ojeda argumenta que el municipio no tiene la facultad de imponerle impuestos a la Nación.
La gresca que visibilizó el malestar por el descarte de los granos argentinos, comenzó cuando el intendente de Salvador Mazza buscaba a su hijo de la casa de un familiar. "Bajaron tres personas (de un automóvil blanco) y empezaron a golpearme”, aseguró Subelza en declaraciones a FM Solidaridad.
Más tarde y por esa misma emisora, Pablo Ojeda sostuvo una versión diferente. "Él (Subelza) se bajó de la camioneta, porque fue con su camioneta", no fue con su hijo. Bajó con violencia (...) a matarme", afirmó. "Me pegó dos piñas, no me volteó, me dejó de pie y actué yo", prosiguió el empresario. "Que diga la verdad, que no sea tan mentiroso", increpó.
Como las dos partes realizaron denuncias, el fiscal penal de Salvador Mazza, Armando Cazón, inició los trámites para resolver lo ocurrido. Según informó, citó a los denunciantes/acusados para el lunes a audiencias de imputación. "Se ordenaron medidas recíprocas de abstenerse de agresiones físicas y verbales entre otras directivas", indicó Cazón a este diario.
Más allá de cómo se resuelva el trámite ante la justicia salteña, el intendente adelantó que evalúa cerrar la estación ferroviaria de la ciudad fronteriza, como una medida extrema que le permitiría morigerar los efectos nocivos que el fermento de granos tiene sobre los vecinos.
Desde la vereda de enfrente, Ojeda jugó sus cartas y presentó ante el Concejo Deliberante de Salvador Mazza un pedido de intervención del Ejecutivo municipal por una supuesta "inhabilidad moral" del intendente Subelza. Y si bien el cuerpo de concejales le respondió que recién podrá tratar el pedido en febrero cuando comiencen las sesiones ordinarias del período 2025, el empresario dió otra vuelta de tuerca en su disputa con el jefe municipal: ventiló un aporte que habría realizado por la suma de 800 mil dólares a la campaña política que llevó al actual intendente al Ejecutivo de Salvador Mazza en 2023.