Asomaba un frescor en la noche radiante. Milanga, cumbia, fila y pasillo, así es la primera escena del cierre brillante de Club 20 en La Rosa (antes tenía el subtítulo mega disco) del 2024 trémulo y nefasto.
Esperamos un santiamén y pasamos. Adentro hace más calorcito que contrasta con la noche fresquita de verano.
Ingresamos y lo primero que se ve arriba de una de las barras, es una bandera que dice “Chupartela toda”. Para mi amiga, que es la primera vez que viene, le suena un poco fuerte. Le digo que la canción arranca diciendo
Esa cara en el hielo me incita a pensar que
No me puedo morir sin antes probar
No me puedo morir sin antes probar
Toda, toda, toda la frescura de enterrarme allí
En el vidrio se parte mi cerebro en partes
Te veo venir soltar el disfraz
Te veo venir soltar el disfraz
Multiplicar las formas
Morfarte las entrañas de una vez mm hey mm hey
Me mira y se caga de risa. La bandera sigue, y abajo tiene un dibujo emulando un bon o bon con el nombre de la banda en el cora.
Inició la noche con la Dj Didi Kósiner. Plantó muy buenas fichas. Un tecno para entrar en transe de música electrónica (+ de 15 personas se movían frenéticamente), de menos a más, interpelando el sonido una vibración en el pecho que te invita a viajar por el cosmos. Didi Kósiner dejó todo divinamente cocinado.
A tiempo para horario salteño (una hora después de lo anunciado, 12.30) arrancó Club 20 con “Han renacido”, temazo que suena ya en el imaginario cluciano, aunque estemos encandilados con los últimos hitazos que metieron en el 2024. “Poco a poco se nota lo que te provoca”, como un despertar de conciencia, clarificando quienes son los zombies de la sociedad, ¿de dónde emana la pulsión de vida? Pareciera que desde la música ¿hacia dónde se drena la energía con la pulsión de muerte? Lo interesante de Club 20 no es que apunta a agradar con su música, sino que sea un canal de expresión propio genuino. Esto su público lo tiene clarísimo, entregándonos al viaje musical planteado.
Sonó “El lugar que ocupo”, tema que viene como sombrero al sol, para este verano neoliberal de gobiernos sofocantes, con las derechas rancias maquilladas de libertad gobernando grandes y pequeños países. “Hay que decir, que me corten la lengua a mí si no es así. Que le corten la lengua al que diga más de lo que es preciso“ dice el Clú y uno no puede más que encarar esa vibra, pararse sobre su destino y caminar.
Continuaron con un inédito “Falafel”. En un momento la letra dice “tu boca arenosa” y me recuerda a los medanales de Cafayate, el no saber cuándo (¿cómo?) comer el fruto, dejarlo estar, hasta que termina siendo inviable.
Sobrevuelo la pista del boliche con la mirada y va dando saltos mi corazón. Veo a cientos de seguidores, con la mayoría hemos compartido varios recitales, qué bueno poder venir al rito musical, me suena “tus flores que me arden de sol a sol” de Falafel, y pienso en el amor, en como, si nos pasamos de intensidad, si no sabemos sopesar la mirada del otro y tener presente el consentimiento, el amor puede arder. En este ritual que es ir a ver a Club 20 pido poder seguir creciendo en conciencia y cuidado.
También sonaron los inéditos “Tintilay” y “Bachat dur dur”. Fueron momentos más contemplativos, de dejarse permear por las nuevas luces que Club 20 anda proyectando en el horizonte, percibiéndose una vibras cariocas y chacareras.
Nos abalanzamos en un pogo mínimo que fue hasta el máximo cuando sonó “Paralelos”. ¡Que difícil hacer un pogo cuidado! Pero se puede, si te abrazás a alguien y vas viendo hacia donde te movés con la masa.
A la banda la acompañaron audiovisuales increíbles (a cargo de Agus Soutullo) que amenizan lo sonoro desde un soporte visual, permitiendo que la experiencia de inmersión a la galaxia musical cluciana sea absoluta.
Casi al final del recital sonó "Salirte de la piel” con el plus de que acompañó al frente del escenario el bailarín Sandro Ahumada escoltado de bailarinas. Un precursor del baile en la provincia de Salta, siendo el principal actor del audiovisual homónimo de la banda. Todo compaginado, música y baile nos dejaron a todos extasiados, en el cénit del paroxismo. Una gozadera total.
Terminaron "Prendío" y un tributo a la cumbia “Mi ultimo amor” compuesta por Manuel Mansilla.
Volvimos aterrizar en la realidad. Rompimos la rutina con una cortina de flow y rimas. Mientras el rey del vst la descocía, nuestros cuerpos dijeron ¡basta! y fuimos encarando el retorno. Con las melodias en los labios resuenan en el aire acordes ochentosos, dafpunkianos, clasheros, ¿cómo clasificar a algo que se presenta más como una búsqueda que una definición?
Como si fuera una sintonía radial, Club nos llevó del aspen, radio universidad, glamfm, fm la plaza, folk, pop, cumbia para finalmente depositarnos en el dial de nuestro corazón.
Integrantes de Club 20:
Piruu Mancia, en voz y guitarra
Pablo Garzón, en guitarra y teclados
Maximiliano Montañez, en beat, teclados y bajo
Fico Medina, en batería electrónica
Audiovisuales: Agus Soutullo
Luces: Ignacio Posadas
Sonido: Teo Da Souza
*Lírico Ardiente. Sociólogo, poeta, gestor cultural