Las guerras deparan unanimidades indestructibles. Una de ellas resulta demasiado antigua: la primera víctima es la verdad. Hoy en Gaza ese concepto se profundiza y reactualiza. Se interna por dos vías paralelas. La primera es la censura que impone Israel en la Franja y los territorios que va ocupando. La segunda se extiende por los medios de Occidente que silencian o maquillan el genocidio en curso sobre el pueblo palestino.