El Ejército ucraniano lanzó una nueva ofensiva en la región rusa de Kursk este domingo, en un ataque confirmado por el Ministerio de Defensa de Rusia, que aseguró que la iniciativa fue repelida exitosamente. Según Moscú, el ataque causó 540 bajas en las tropas ucranianas, que continúan perdiendo terreno de cara a posibles negociaciones de cese al fuego entre ambos países.
De acuerdo con la inteligencia militar británica, para comienzos de este año, Ucrania aún controlaba alrededor de 460 kilómetros cuadrados de la región. A pesar de los nuevos reveses, Kiev mantiene posiciones clave en Kursk, como la ciudad de Sudzha, capturada en agosto.
Otra ofensiva
Las fuerzas ucranianas concentraron su ataque desde la propia Sudzha, localizada 12 kilómetros al interior de la frontera rusa, hacia las localidades de Velike Soldatske y Berdin, situadas 15 kilómetros al noreste de la ciudad, según informes de las autoridades rusas.
En un comunicado, el Ministerio de Defensa de Rusia detalló que el ataque en Berdin fue ejecutado por dos tanques y doce vehículos blindados de combate, acompañados de infantería, los cuales fueron destruidos. La misma fuente indicó que la artillería y la aviación del grupo de tropas del Norte derrotaron al "grupo de asalto ucraniano". Fueron destruidos dos tanques, un vehículo de limpieza y siete vehículos blindados de combate. "La operación para destruir las formaciones de las Fuerzas Armadas de Ucrania continúa", informó el ministerio en el texto.
Aunque el balance en la región de Kursk no ha sido estimado en su totalidad, esta nueva ofensiva se produce en un momento crítico del conflicto, que ya lleva casi tres años. Con la asunción del presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, el 20 de enero, quien abogó por poner fin a la guerra entre Rusia y Ucrania, ambos países buscan mejorar su posición militar frente a un potencial acuerdo de paz.
Ataque "sorpresa"
Los oficiales ucranianos proporcionaron información sumamente limitada sobre esta nueva ofensiva. Por su parte, Andriy Yermak, jefe de la Oficina de la Presidencia ucraniana, afirmó en su cuenta de Telegram que el ataque "agarró por sorpresa" a las fuerzas rusas. "La región de Kursk es una buena noticia, Rusia está recibiendo lo que se merece", declaró el funcionario.
En otro mensaje en Telegram, el jefe del Centro para Contrarrestar la Desinformación de Ucrania, Andriy Kovalenko, afirmó que "los rusos están muy preocupados porque fueron atacados desde varias direcciones, lo que los sorprendió".
Sin embargo, estas declaraciones fueron cuestionadas por el diputado ucraniano Oleksiy Goncharenko, quien expresó su desconcierto con adelantarse a los resultados de la operación. “No entiendo por qué es necesario hacer un informe oficial. ¿No deberíamos hacerlo después de terminar la operación?”, comentó el legislador.
El Estado Mayor General de Ucrania no hizo comentarios oficiales sobre la maniobra. En su parte bélico matutino, solo mencionaron que las tropas rusas atacaron las posiciones ucranianas en Kursk 33 veces, dispararon 336 proyectiles de artillería, realizaron 17 ataques aéreos y lanzaron 25 misiles antitanques.
A su vez, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, se limitó este domingo a declarar que impulsará a sus aliados para que fortalezcan las defensas aéreas del país en la próxima reunión del grupo Ramstein, programada para el jueves en la localidad homónima de Alemania. Además, Zelenski reportó que "alrededor de un batallón de soldados de infantería norcoreanos y tropas rusas aéreas" fueron derrotados en varios enfrentamientos en la región de Kursk durante los días previos, aunque no hizo mención a los resultados específicos de la ofensiva.
A pesar de estas acciones, Ucrania no ha logrado frenar el avance de las tropas rusas en 2024, cuyo progreso fue siete veces mayor que el del año anterior, según un análisis basado en datos del Instituto para el Estudio de la Guerra estadounidense.
Presión en aumento
Desde el lado ruso, se destacó que las tropas ucranianas están siendo severamente presionadas en Kursk, especialmente debido al creciente uso de equipos de guerra electrónica que dificultan la operatividad de los drones ucranianos en la región.
El Ministerio de Defensa de Rusia informó que, tras la última maniobra, Ucrania perdió "más de 540 militares, mientras que fueron destruidos cuatro tanques, un vehículo de combate de infantería, un transporte blindado de personal, 25 vehículos blindados de combate, 49 vehículos motorizados, un cañón de artillería y cuatro morteros", según el reporte de la situación en Berdín.
Desde el inicio de las hostilidades en la región de Kursk, y según datos de Moscú, Ucrania ha perdido más de 47.810 militares, 267 tanques, 205 vehículos de combate de infantería, 147 transportes blindados de personal, 1,418 vehículos blindados de combate, 1,370 vehículos motorizados, 341 unidades de artillería, 42 sistemas de lanzacohetes múltiples -incluidos 11 HIMARS y seis MLRS de fabricación estadounidense- y 14 lanzadores de sistemas antiaéreos.
Guerra "ideológica"
Además, Rusia informó que durante la madrugada del domingo derribó decenas de drones ucranianos en un bombardeo que dañó varios edificios y activó las alarmas antiaéreas. Las fuerzas de defensa antiaérea interceptaron 61 drones, de los cuales 37 fueron abatidos en Rostov, 20 en Briansk, dos en Voronezh y uno en Oryol.
Como resultado de los bombardeos ucranianos, el corresponsal del diario ruso Izvestia, Alexandr Martemianov, perdió la vida y cinco de sus compañeros resultaron heridos en la región de Donetsk, al este de Ucrania. Martemianov, quien ya había sido herido anteriormente, fue abatido cuando un dron atacó el vehículo en el que regresaba de cubrir un bombardeo ucraniano en Gorlova, donde otros 15 civiles fueron heridos.
El Comité de Instrucción de Rusia abrió una causa penal tras la muerte del periodista. Maria Zajárova, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, calificó el ataque como un "crimen cruel" y acusó al régimen de Zelenski de emplear "métodos terroristas" para eliminar a sus opositores ideológicos.