A 5 horas de Atenas, al norte del pueblo de Kalambaka, una serie de rocas gigantes como estalagmitas de otro planeta emergen perpendiculares en la llanura de Tesalia: en la cima de esos formidables pináculos rectilíneos, al borde de abismos de 450 metros, están los monasterios de Meteora, donde comunidades eremitas de cristianos ortodoxos viven entregados al rezo y al estudio de ancestrales textos griegos. Se establecieron aquí hace un milenio disputándoles las cuevas a las águilas. Escalaban precipicios y se instalaban en una abertura, en absoluta soledad. Algunos de esos precarios oratorios perduran inalcanzables, salvo para escaladores: asombra pensar que aquellos anacoretas llegaron tan alto en su acercamiento a Dios. Allí encontraban paz en tiempos convulsionados, casi al margen del reino de este mundo.
El esplendor fue entre los siglos XIV y XV: fundaron 24 monasterios en las montañas. Hoy quedan seis. Durante el turbulento Medioevo y la dominación turca, las alturas eran refugio para cristianos. Hasta 1923, la forma de ascender era con peligrosas escaleras plegables o en cestas con poleas a donde se sentaban acurrucados media hora.
Hoy hay una ruta que une los picos y Página/12 tiene una cita en el monasterio de Varlaam, fundado en el año 1350 por dos hermanos eremitas que vivieron aquí hasta su muerte. Son 40 minutos caminando cuesta arriba, si uno no tiene auto. Al llegar, está esperando el padre Pachomios con su túnica negra de manga larga y barba bíblica. Invita a pasar al teleférico para un tramo de 50 metros, la manera relajada de sortear los 300 escalones en espiral tallados en la descomunal columna de piedra coronada por el monasterio. La charla transcurre en una sala rodeada de iconos bizantinos con vista a la inmensidad: allá abajo, el mundo.
--¿Cuál es su nombre completo?
--Tenemos solo un nombre: el que tomamos el día que nos convertimos en monjes. Y para diferenciarme de otro monje que tenga el mismo nombre, digo que soy Pachomios de Varlaam. Este monasterio tiene más de 500 años. ¿Quieres que te cuente su historia?
--Tal vez la historia podría leerla, me gustaría saber la historia suya.
--No crecí en una familia religiosa. Pero tenía un abuelo que cantaba en las iglesias. Cuando era niño, cada verano íbamos a nuestra aldea a participar en liturgias con el abuelo. Puedo decir que allí tuve experiencias místicas. Fui creciendo y un día tuve razones para pensar en el misterio de la confesión. Fui al abuelo para hacer mi confesión. Y me di cuenta que a través de ese misterio, iba sucediendo algo que cambió todo en mi vida. Muy lentamente fui dando pasos hacia la vida de la iglesia: íbamos cada sábado. Comencé a estudiar economía en Atenas y una chica pobre me abrió las puertas de la iglesia. En verano dije a mis padres que me iba a una isla, a casa de un amigo. Pero me fui a una iglesia monástica. Mi alma se movió en esa dirección. Me quedé dos meses y entendí que tenía que seguir este camino. Cambié mis estudios a teología en Tesalónica. Tuve experiencias muy fuertes en la vida monástica aquí en la montaña.
--¿Cómo fue?
--Sentí que hasta ese momento había sido como un pez en el mar. El pez no sabe que hay otro mundo fuera del agua.
--¿Fue una vida feliz la premonástica?
--Sí, puedo decir que lo fue. En el monasterio, por primera vez en mi vida, participé de un programa diario orientado totalmente al contacto con Dios. Cuando estás aquí, tu mente y tu corazón deben estar en la oración todo el tiempo. Aquí estás bendecido, lo que significa que el punto central de tu vida es estar ante la presencia de Dios. Aquí sentí que estaba en una casa, en un lugar con un programa estricto, pero tuve la sorpresa de sentir la verdadera libertad de mi alma.
--O sea que salir del “mar” del mundo cotidiano, le presentó una nueva noción de libertad.
--Y también la vida cristiana es la única vida de la verdadera libertad, siempre que sea la vida cristiana original, la de la iglesia ortodoxa.
--Estar aquí es como estar un poco afuera del mundo. ¿La verdadera libertad está por fuera del mundo?
--Sí. ¿Lo dices por la ausencia de gente? Estamos arriba de una montaña muy alta. Hay un pequeño pueblo abajo. Pero aquí no hay autos ni monedas. Estamos de alguna manera afuera del mundo. Para entender la vida monástica debes estudiar la historia de la iglesia y los primeros siglos de la vida cristiana, antes y después de los martirios por las persecuciones. Esto comenzó en Egipto. La idea era encontrar la vida cristiana pura. Retirarse a un monasterio no significa que odies el mundo. Y no renunciamos al mundo, esto no significa renunciar a la gente, sino el espíritu del mundo, que siempre está afuera del espíritu del Espíritu Santo. En la vida monástica nunca quieres ser el primero, ni ser poderoso. Aquí no quieres punir a tus enemigos ni probarlo todo.
--Desde el punto de vista arquitectónico, estos monasterios son castillos fortificados en lo alto. Supongo que cuando se construyeron, era peligroso ser cristiano.
--Decidieron vivir aquí porque se sintieron seguros. Vino el periodo de la ocupación turca y pasaron cosas. En un principio habíamos tenido simples ermitas en las cavernas, agujeros en la roca. Y desde el siglo XIV tuvimos una vida más segura y fácil, con edificios.
--Vi muchas cavernas en estas montañas. ¿Cuándo llegaron los primeros eremitas?
--En el siglo XI. Al principio venían de a uno y ocupaban una ermita. Se juntaban solamente los sábados para una misa en común.
--Nietzsche dijo “no hay hechos, solo interpretaciones”. ¿Cuál es su concepto de la verdad?
--Me has preguntado algo sobre la libertad. Podemos hablar durante horas sobre la verdad, sobre lo que es verdad. ¿Me preguntas cuál es la conexión entre la verdad y la libertad, o en general sobre la verdad en nuestra fe? ¿Quieres hablar sobre la verdad en mi vida?
--¿Cómo sabe que algo es verdad?
--Hay algunas cosas que puedes decir que no son verdad. ¿Puedes decir que el sol no es sol, sino algo más? ¿Es un hombre? ¿Es un animal? No, porque el sol tiene su identidad especial. Para saber la verdad sobre algo, tienes que ver el comienzo de eso, su creación. La religión es una construcción humana para tener respuestas a nuestras preguntas. Desde el comienzo de la humanidad, cada hombre, a través de sus identidades, está tratando de entender la razón de todo, de su Dios. Y vino el día en que Dios se presentó a sí mismo. Entonces, sé que tengo un Padre. Y dijo “soy tu Padre porque, sé todo sobre ti”.
--En El libro del Apocalipsis, Dios le dice a un incrédulo: “tus cabellos han sido contados”.
--Estos son signos para reconocer quién es tu Padre. La fe cristiana es algo que no viene a través de la mente humana. En el Espíritu Santo, siempre se ve la lucha entre los apóstoles y su Señor. La lógica humana y la lógica del nuevo Dios. Así que es imposible decir que la fe cristiana viene a través de la mente. Es por eso que no tenemos el derecho de cambiar algo sobre nuestra fe. Porque si quitas una piedra de la construcción de nuestra fe, puedes destruirlo todo. ¿Sabes?
--Este es un modo de pensar bastante platónico: algo que cambia pierde el sustrato de su esencia y se convierte en otra cosa. ¿Hay alguna influencia de Platón en la manera de pensar de la cristiandad?
--Nunca. Porque la creencia cristiana es una continuación del judaísmo. A través de los profetas judíos tenemos la introducción de Dios, un contacto personal con Dios que se le reveló a ellos. Dios no llega a través de la filosofía. La filosofía es buena, pero no se puede confiar en ella para saber si algo es verdad. Es por eso que los padres de la iglesia dijeron a los filósofos griegos que tenían la luz del Espíritu Santo para algunas verdades.
--¿Ha leído a San Agustín? Este religioso adaptó a la teología, la idea platónica de que hay un mundo de las ideas con arquetipos perfectos. Hizo encajar esta noción con el concepto de Dios, considerándolo la fuente de toda verdad y perfección. Y se sintió atraído por la idea platónica de la inmortalidad del alma y la búsqueda del bien supremo. Pero en lugar de centrarse en la razón, enfatizó la importancia de la fe y la revelación divina. Este cruce permitió que el cristianismo se presentara de una manera más filosófica y “racional”, lo que ayudó a su aceptación en el mundo grecorromano.
--Exactamente. Esta es una diferencia que tenemos con la iglesia latina. Ellos siguieron la manera de Platón y Aristóteles para decir algo sobre los misterios de Dios. Y esta es la manera equivocada. Porque los misterios de Dios no vienen a través de la filosofía humana. Necesitas el Espíritu Santo. Aristóteles y Platón vivieron antes de Cristo. Así que es peligroso seguir su camino.
--¿Considera que las iglesias católica y protestante cambiaron el cristianismo original?
--Es claro que así es.
--¿Por ejemplo?
--Primero que todo, es una locura de la teoría católica, decir que un hombre –Jesús-- es el maestro del universo. Ninguno de los apóstoles dijo “soy el primero”, “soy el único”, “no soy como tú”. Si dices que tengo poder en el cielo, en la tierra y en las sombras, entonces eres como Dios. Eso es una locura. ¿Pero quién es el maestro del universo para ellos? Jesús, el profeta –que es un hombre— y le asignan la identidad de Dios. Eso es imposible. En la teoría cristiana, la verdad tiene que ver con todo el cuerpo de la iglesia. Todos deciden lo que es verdad, lo que es falso, lo que es real.
--¿Qué piensa sobre la pedofilia en la Iglesia Católica?
--Nunca la vida cristiana, la vida de la Iglesia, dijo: “si quieres ser sacerdote, tienes que olvidarte de tener una familia”. Tenemos apóstoles casados que tenían familias, y obispos que tenían familia. En la vida ortodoxa seguimos la tradición cristiana de tener sacerdotes casados: primero te casas, tienes tu familia y segundo, te conviertes en sacerdote. Los católicos siguen un camino falso, su teología dice que es pecado que un sacerdote forme familia, o que es pecado el sexo: nada es pecado si está bajo la sombra de Dios. El pecado es si tenemos algo por fuera de las bendiciones de Dios.
--¿Entonces cree que los abusos fueron resultado de la imposibilidad de tener pareja?
--Por supuesto.
--¿Cuántos monjes hay en los seis monasterios de Meteora?
--Unos 60 sacerdotes y monjas. Dos de los seis monasterios son para monjas.
--¿Cuántos casados hay?
--Ninguno. En la Iglesia ortodoxa se pueden ordenar hombres casados con una mujer de buena reputación: hay diáconos y presbíteros casados. Pero no pueden casarse después de la ordenación. Y los clérigos con votos monacales, deben ser célibes. Una vez ordenados ya no se pueden casar. El celibato es la norma para los obispos. Un monje no puede tener hijos, eso sería una tragedia porque te casas con el monasterio, te casas con Cristo.
--¿Es difícil lograr llegar a vivir aquí?
--Depende de ti. Es lo mismo que un hombre que está pensando en casarse: hay un periodo de entrenamiento hasta el día del casamiento. Para llegar aquí es lo mismo. En la vida monástica hay un periodo de preparación, de tres a ocho años. Y si el líder del monasterio dice “ok, ahora estás listo”, entrarás. Tienes que probarte a ti mismo.
--¿Cómo es su vida diaria?
--Me levanto alrededor de las 3 am para hacer mi oración privada. A las 4 es la oración comunitaria en la iglesia. Después puedes descansar un tiempo y luego, como en una familia, cada uno tiene su trabajo; cocinar, acomodar las habitaciones, ir a la biblioteca, hacer compras. El almuerzo es a las 12. A las 5 de la tarde, otra oración común. Son ocho horas para orar y leer; ocho horas para tus trabajos; y ocho horas son de tiempo libre.
--¿Qué hace en su tiempo libre?
--El tiempo libre sirve para tener un crecimiento espiritual. Me gusta recorrer los caminos de Meteora a pie. El invierno es difícil aquí. Así que en verano, si tengo la oportunidad de caminar, salgo para abrir mi psicología. Suelo caminar y orar. Hace dos meses, con ayuda de buenos caminantes, subí a la roca más alta de Meteora, a la cima: la ves allá por la ventana. Allí vi los restos de un monasterio del siglo XIV.
--¿A qué hora va a dormir?
--A las nueve o diez de la noche.
--¿Salen a veces?
--Nuestros días de vacaciones son para ir a otros lugares con monasterios ortodoxos a Kiev, San Petersburgo, Moscú, Rumania.
--¿Suele visitar a su familia?
--La mayoría de las veces vienen aquí.
--¿Para la doctrina ortodoxa, al estar frente al cuadro de un ícono religioso, se está ante la presencia misma de Dios?
--No, ante Dios no: frente a su energía, esa es la diferencia. A través del ícono estoy en contacto con Dios, quien me da respuestas de su presencia mediante su energía. Por eso tenemos íconos milagrosos. En Meteora, en tiempos antiguos hubo iconos milagrosos. Hay uno en Atenas que es milagroso, está lleno de lágrimas y huele muy bien. ¿Lo viste? Se llama Panagia Portaitissa, es "Nuestra Señora de Íver” y representa a la Virgen María con Jesús en brazos: fue pintado por Lucas el Evangelista. El icono ha concedido muchos milagros porque intercede ante la Madre de Dios.
--El tema de la relación con las imágenes fue una de las causas del cisma entre la iglesia latina y la de oriente con sede en Bizancio, cuando en 1054 los Papas de cada una se excomulgaron mutuamente. Un poco antes, los iconoclastas comenzaron a destruir imágenes sagradas al considerarlas heréticas, a fines del primer milenio. El emperador bizantino León III en el siglo VIII mandó a destruir las imágenes de Jesús, la Virgen María y sobre todo, de los santos. Luego eso se revirtió. Hoy el catolicismo dice que adorar a las imágenes es idolatría: sería reconocer la divinidad de la imagen, en contra del dogma de la Santísima Trinidad, que es lo único adorable.
--Así es: tenemos un debate sobre si es bueno respetar a los íconos. Muchos cristianos y teólogos se mataron entre sí por eso. La religión católica tiene un punto de vista diferente a nosotros. Si tienes a tu esposa en una foto y le das un beso, no estás besando a tu esposa. Pero tienes un contacto con ella al hacer eso. Aunque la foto no es tu esposa. Lo mismo sucede con los íconos, con también la arquitectura y con la música bizantina. Un ícono bizantino nos enseña la teología.
--Las iglesias católicas y protestantes se caracterizan por la introducción del órgano, un instrumento magnético y espectacular ligado a la ritualidad. En cambio los ortodoxos se centran en el canto coral a capela: nunca hay instrumentos. ¿Por qué?
--La iglesia ortodoxa considera que no es bueno usar instrumentos: es una imagen de la vida mundanal. Debemos tener una música acorde a lo que necesitamos para estar en oración: buscamos el equilibrio que ayude a hacer crecer los sentimientos internos. La música con instrumentos hacer crecer los sentimientos externos. Así perdemos la conexión espiritual con Dios. La espectacularidad de la música barroca capta por demás la atención durante el rezo y eso perjudica. Lo mismo sucede con la excesiva decoración de las iglesias barrocas del catolicismo: es una espectacularidad muy grande que te golpea e interfiere en el deseo de conectarse con la teología. La decoración debe ayudar a la profunda visión de tu fe. El canto es la forma más pura de la música. No digo que irás al infierno por usar instrumentos. Pero tienes que ir a la fuente de tu oración para entrar en los misterios del Dios.
--Todo lo que ustedes plantean parece lo opuesto a la Catedral de San Pedro llena de tesoros que ocupa el centro del Vaticano, con su plaza al frente que tiene una columnata magestuosa. Ustedes, en cambio, eligen lo espectacular de la naturaleza, en lo alto de una roca, apartados de todo. La arquitectura es más bien modesta, igual que la decoración.
--El ambiente de la Catedral de San Pedro es frío. No sientes la presencia de Dios. En la arquitectura religiosa bizantina, el tamaño de la iglesia no importa: porque siempre es el mismo sentimiento. En cambio en Occidente, los edificios son como una ciudad que se está elevando: sus teólogos dicen que en la cima de la creación está Dios. Entonces hay que ir a encontrarlo en lo alto. Es decir que Dios está afuera de ti, en su trono. Por eso es frío. Aquí, en cambio, la catedral nos recuerda que nuestro Dios viene a nosotros. Por eso es tan humilde y se sienta al mismo nivel para hablarnos: sentimos la protección y el abrazo de Dios en las iglesias.
--¿Cómo se escucha a Dios cuando habla?
--Cristo dijo que el Reino del Cielo no es un sol que ves en el cielo y dices "¡Oh, ahí viene!". Pero está a tu lado, en tu corazón. La voz de Dios es algo que está adentro. Cuando Caín mató a Abel, Dios dijo a Caín “¿dónde está tu padre?”. Eso no significa que escuchó la voz de Dios: estaba en su consciencia. En ese periodo la consciencia era tan pura, que podían escuchar la voz de Dios. Luego viene el periodo en la historia con Moisés, en que necesitamos los mandamientos: porque las personas perdieron la voz de Dios en su consciencia. Y cuando vino Cristo, tuvimos la imagen perfecta del hombre. Entonces tenemos que ser una copia de Cristo.
--¿Puedo preguntarle cuáles son tus tentaciones?
--Las mismas, pero a veces con otras características. Las tentaciones tienen que ver con las que vienen a través de la materia, que es tu cuerpo. En nuestra fe las tentaciones son personas, no son ideas.
--¿Está la tentación de tener descendencia? Usted no ha probado estar en pareja. ¿Cómo sabe que la vida monástica es más feliz?
--Tengo esa experiencia a través de mis padres. También lo he pensado de la otra forma: ¿tendría la oportunidad de probar la experiencia de la vida monástica si formo familia? Hay un paralelismo con la vida de un superatleta que se centra en los Juegos Olímpicos ¿Puede tener una vida como la tuya si elige eso?
--Gautama Buda consideró que la salvación se alcanza al lograr eliminar los deseos en la vida terrenal. Si no hay más deseo, no hay sufrimiento. ¿La vida monástica aspira algo así?
--Es similar, pero es como comparar la luz con la oscuridad. Porque tu ejemplo eres tú mismo, no Cristo. ¿Y cómo el deseo desaparece sin el Espíritu Santo? En el paraíso, Adán escuchó a través del demonio la idea de que puedes convertirte en Dios, sin Dios. Entonces para conseguir lo que buscaba Buda, es necesario Dios: tienes que convertirte en algo que Dios te sugiere. Sólo en la vida cristiana tenemos la oportunidad de estar con Cristo y lograr la victoria contra el demonio.
--¿Hay reliquias en estos monasterios?
--Las reliquias son las pruebas de nuestra fe. El tesoro de cada monasterio son las reliquias de los santos, desde los primeros siglos hasta hoy.
--¿Cuáles tienen aquí en Varlaam?
--La mano derecha de San Juan Crisóstomo, patriarca de Constantinopla del siglo V. Y están las manos de los dos hermanos fundadores del monasterio: todavía tienen piel. Y en condiciones naturales, sin oxígeno, no como en las películas.
--¿Por qué sucede eso?
--Es lo mismo que en San Petersburgo en el monasterio de Alexander de Iver, un monje que vivió en el siglo XVI y allí está su cuerpo completo, preservado de manera natural. Tiene todo. Es porque una noche estaba meditando en el bosque y tuvo una experiencia similar a la de Abraham, con tres ángeles: uno de los tres tocó su cuerpo. Ahí está la explicación de por qué su cuerpo tiene tanta bendición del Espíritu Santo. Así que aquí puedes comparar las enseñanzas de algo que te da la solución del primer y último problema en tu vida humana, la muerte. Los temores, la ansiedad, todos nuestros problemas vienen a través del problema de la muerte.
--¿Y cuáles son sus temores?
--Mi temor es siempre, el de perder el sentimiento de adorar a Dios. Después de esta experiencia en el monasterio, todo tendría el sabor del infierno.
--¿Puede suceder?
--Por supuesto: soy humano. Puedo cometer grandes errores. Nunca puedes estar seguro de ti mismo, porque el hombre es como el clima. Algunos días llueve y otros días no. Es por eso que tienes tu entrenamiento personal cada día: sabes que vendrán días más difíciles. Las condiciones de tu alma cambian. Tienes una tentación. La preparación siempre es en el periodo de paz, no en el de guerra, para el cual debes estar listo.
--¿Alguna vez tuvieron que luchar contra un invasor en esta suerte de monasterios fortificados?
--Sí: contra enemigos invisibles. Alguna vez vinieron los turcos y los alemanes –los nazis bombardearon un monasterio-- pero los verdaderos enemigos de un monje, son los espíritus de la oscuridad.
--A un monje en un monasterio budista de Corea del Sur le pregunté si iría a la guerra contra Corea del Norte. Me dijo que él no puede matar, pero igual iría y combatiría de ser necesario. ¿Ustedes irían?
--Por supuesto, durante la ocupación turca tuvimos sacerdotes que dijeron que no podían quedarse en su monasterio, que tenían que luchar junto a sus hermanos. Pero es una pena. Los respetamos como héroes, no como santos. Si me lo permites, ahora yo quisiera preguntarte algo.
--Adelante
--¿Cuál crees que es la razón de toda esta catástrofe social y la confusión que reinan en el mundo? ¿Cuál es la razón de que las personas pierdan su humanidad?
--Creo que es una crisis generada por el capitalismo extremo y su consiguiente materialismo absoluto. La vida es solo trabajar y la mayoría lo hace en algo que no le gusta o está mal pago. El neoliberalismo usa un ardid retórico para hacer coincidir la idea del trabajo con la de libertad: uno se realiza en el trabajo y repite mantras motivacionales que conducen a la autoexplotación sin límite hasta colapsar por síndrome de burnout. Esta teoría de “la sociedad del cansancio” es de Byung Chul Han y creo que resume un poco el mundo actual donde hay poca conciencia de ser explotado: el trabajador, en lugar de rebelarse ante el fracaso, se deprime y autoinculpa. Eso genera frustración canalizada hacia adentro mediante depresión, o hacia afuera de manera pulsional, violenta y odiosa. O se la sublima a través de adicciones. Esto genera una gran vacuidad y quienes sí obtienen cosas materiales, suelen estar también en situación de malestar. Se genera una ética individualista donde solo interesa el éxito personal que retroalimenta el ego exhibido en redes sociales. Y esto conduce a una larga agonía del Eros. Importa el individuo por sobre la comunidad. Es curioso, pero ustedes son exactamente lo contrario: viven en comunidad y modestia. Byung Chul-Han plantea en "La desaparición de los rituales", que en la sociedad contemporánea caracterizada por la hiperconectividad y la inmediatez, se ha producido una pérdida de rituales significativos que estructuraban y daban sentido a la vida: fueron reemplazados por una cultura de la eficiencia y la productividad. Me imagino que usted pensará algo similar.
--Sí. Creo que tienes razón y ese filósofo también. Pero para mí, la causa no es tanto la que tú dices. Si se están desmontando los bosques del planeta, es porque no se está entendiendo el espíritu de Cristo, lo hemos perdido, por eso sufrimos. Si le preguntas a un musulmán sobre la fe cristiana, no pensará en nosotros los ortodoxos: pensará en EE.UU. y en las bombas de Bush, quien primero le pedía a Cristo y luego hacía la guerra. Creo que solo cuando el espíritu cristiano regrese nuevo y puro como en su origen, se podrá cambiar el mundo. Esto es lo que estoy esperando.