La fundación británica Wellcome Trust entregó un subsidiio de 1,8 millones de dólares a un equipo de investigación del Conicet y la Universidad Nacional de San Martín (UNSaM) que desarrolla de estudios científicos que podrían ayudar al diagnóstico y prevención de malformaciones que derivan en enfermedades.
El financiamiento internacional permitirá al equipo, realiza sus estudios en el Instituto Tecnológico de Chascomús (Intech) y que trabaja de forma conjunta con la Universidad de Dresden de Alemania, avanzar en el conocimiento de los mecanismos celulares y moleculares que regulan procesos esenciales del desarrollo embrionario, como la migración, comunicación y diferenciación celular para formar el ganglio trigémino, una estructura fundamental del sistema nervioso periférico ubicada en la base del cráneo.
El ganglio es responsable de transmitir información sensorial relacionada con el tacto, la temperatura y el dolor en la cara, es decir, recibe información táctil, térmica y dolorosa de la cara, como la frente, los ojos, la nariz, los labios, los dientes y la mandíbula. Esta información se procesa y se envía al cerebro para su interpretación y respuesta adecuada.
"Esto es resultado de un largo proceso, que incluyó varias etapas de evaluación y una entrevista personal en el Reino Unido ante un comité de 13 expertos en la temática. Fue una alegría enorme recibir la noticia, y nos enorgullece profundamente que se reconozcan y financien los proyectos de ciencia básica bonaerense", expresa Pablo Strobl-Mazzulla, coordinador del equipo de investigación en diálogo con Buenos Aires/12.
La investigación está enmarcada en lo que Strobl-Mazzulla define como “ciencia básica” y busca responder preguntas fundamentales sobre cómo ciertas células embrionarias deciden interactuar, migrar y diferenciarse para formar estructuras clave como el ganglio trigémino, según comenta. Strobl-Mazzulla entiende que para quienes no están empapados en el tema y en los tecnicismos puede ser complejo comprender de qué se trata el proyecto, por eso, lo baja al llano: "El ganglio trigémino es el más grande que tenemos en la cabeza y está involucrado en la percepción de temperatura, tacto y dolor. Entender cómo estas células se comunican y se organizan durante el desarrollo embrionario podría ayudar a diagnosticar y prevenir malformaciones congénitas en esta estructura", explica.
El investigador bonaerense agregó que los hallazgos también podrían extrapolarse a otros sistemas biológicos, como los procesos de regeneración celular o el comportamiento de las células tumorales durante etapas avanzadas del cáncer como la metástasis, mientras que se calcula que la investigación tendrá una duración aproximada de 8 años.
El equipamiento
El proyecto no sólo garantizará el desarrollo de una investigación de excelencia, sino que también dotará al instituto bonaerense con equipamiento tecnológico de última generación, entre ellos un microscopio Lattice Lightsheet, único en Argentina y en toda la región. "Este microscopio nos permitirá observar en tiempo real y con altísima resolución cómo se comportan las células embrionarias en organismos vivos. Además, podremos controlar el entorno en el que estas células interactúan y alterar ese microambiente para entender mejor los mecanismos que regulan sus decisiones", cuenta Strobl-Mazzulla.
El investigador bonaerense destacó que este equipamiento también benficiará a otros grupos de investigación de Argentina que podrán acceder a esta tecnología, elevando significativamente el nivel y alcance de los estudios en desarrollo embrionario y biología celular.
El subsidio fue gestionado a través de la Fundación de Investigaciones Biotecnológicas, que depende de la UNSaM, y contó con el aval institucional tanto del Intech como de la propia universidad. Sin embargo, el camino hasta para conseguir el financiamiento internacional no fue sencillo. Tal como explicó Strobl-Mazzulla, el proceso comenzó con una presentación escrita del proyecto, que luego fue evaluada por cinco pares expertos. Las críticas y sugerencias de estos evaluadores fueron clave para ajustar los detalles del proyecto antes de pasar a la entrevista personal en el Reino Unido.
"Antes de llegar a esa entrevista personal, recibimos evaluaciones de varios pares evaluadores. En mi caso, llegaron cinco evaluaciones distintas en donde cada uno te da un puntaje y hace críticas específicas. Después, en Inglaterra, tuve 10 minutos para exponer el proyecto, seguidos de 30 minutos de preguntas sobre ciencia, administración, formación de recursos humanos y adquisición y mantenimiento de equipamiento", detalla el investigador.
Colaboración internacional
El proyecto es presentado como un esfuerzo multidisciplinario que también involucra a la investigadora Natalia de Miguel del Intech-Conicet y a Elías Barriga, investigador de la Universidad de Dresden. "La doctora De Miguel aporta su experiencia en la comunicación celular a través de vesículas extracelulares, mientras que Elías Barriga es experto en biofísica y nos ayudará a entender cómo factores físicos, como la elasticidad o dureza de los tejidos, afectan la migración y diferenciación celular", aclara Strobl-Mazzulla.
El intercambio entre laboratorios será constante, con estancias de estudiantes argentinos en Alemania y visitas de especialistas alemanes a Argentina. El investigador confirmó que este año una estudiante de su grupo realizará una estancia de seis meses en la Universidad de Dresden para avanzar con los primeros experimentos.
Para el coordinador de la investigación, las posibilidades de acceder al subsidio "demuestra que en Argentina se puede hacer ciencia de alta calidad y competir de igual a igual con otros países". "Espero que este éxito inspire a otros grupos a buscar financiamiento internacional, porque es posible lograrlo", reflexiona Strobl-Mazzulla. El investigador mencionó que, desde que se hizo pública la noticia, recibió consultas de otros científicos interesados en postularse a financiamientos similares.
El Instituto Tecnológico de Chascomús se fundó en 1989 por iniciativa del entonces presidente Raúl Alfonsín. Desde entonces es un pilar en la investigación científica y la formación académica en Argentina. Actualmente, recibe estudiantes y profesionales de todo el país y el extranjero, cuenta con una residencia para investigadores y, recientemente, se sumó un Centro Universitario en convenio con la Universidad de Quilmes, ampliando la oferta académica en la región.
"Este es un logro compartido con mis colaboradores, mis mentores y, sobre todo, con los estudiantes de mi grupo, que trabajan día a día con un compromiso admirable. Este proyecto es el resultado de años de esfuerzo colectivo y acumulación de conocimiento", resalta Strobl-Mazulla.
El valor de la ciencia básica en tiempos de incertidumbre
En un contexto donde el financiamiento para la ciencia en Argentina en 2024 fue recortado por decisión de la política nacional de Javier Milei, Strobl-Mazzulla destacó la importancia de la ciencia básica como motor del conocimiento y la innovación. "El nuestro es un proyecto netamente de ciencia básica. Durante años, este tipo de investigación fue menospreciado frente a la ciencia aplicada, pero el hecho de que una entidad como Wellcome Trust invierta 1,8 millones de dólares durante ocho años en un proyecto de estas características demuestra su enorme valor".
El investigador subrayó que la ciencia requiere "tiempo, recursos y continuidad para alcanzar resultados sólidos y relevantes". Si bien los desafíos son muchos y los recursos son escasos, este logro resalta el talento, la perseverancia y la capacidad de la ciencia argentina para trascender fronteras y seguir generando impacto a nivel global, completó el coordinador.
En este marco, uno de los puntos más críticos que afrontó la ciencia y Conicet a lo largo del primer año de la gestión libertaria estuvo marcado por la quita de 400 becas doctorales y la eliminación del financiamiento para 250 becarios postdoctorales, según había explicado meses atrás Roberto Salvareza, presidente de la Comisión de Investigaciones Científicas (CIC). Estos recortes no solo afectaron a los investigadores en formación, sino que también pusieron en riesgo la continuidad de científicos ya consolidados. Muchos de ellos emigrar en busca de oportunidades en el extranjero, de acuerdo a lo afirmado por Salvarezza.
Frente a esta situación, la Provincia lanzó el Programa Becas Bonaerenses de Investigación, que incluyó la convocatoria para 50 nuevas becas, respondiendo a la demanda de 14 universidades nacionales y provinciales. Además, se adjudicaron otras 50 becas de modalidad doctoral. Otra de las medidas que se tomaron fue el aumento en los subsidios para más de 20 centros e institutos de investigación, muchos de los cuales están asociados con universidades y el Conicet.