Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, sigue sorprendiendo con sus propuestas. Esta vez, su idea es cambiar el nombre del Golfo de México, y en su lugar, llamarlo “Golfo de América”. En una rueda de prensa, Trump adelantó que, tan pronto asuma el cargo dentro de dos semanas, buscará hacer realidad este cambio, argumentando que "suena mucho mejor" y es lo "más adecuado".
“Vamos a cambiarle el nombre al Golfo de México por el Golfo de América, que tiene un lindo sonido. Es lo apropiado. Y México tiene que parar de dejar entrar a millones de personas a nuestro país”, dijo Trump en una conferencia de prensa, este martes.
La "curiosa" propuesta llega en un contexto donde Trump también tocó temas más complejos, como el control de territorios estratégicos. En su discurso, mencionó la posibilidad de usar la fuerza militar para tomar control de Groenlandia y el Canal de Panamá, dos puntos que, según él, son esenciales para la seguridad de Estados Unidos. “Necesitamos Groenlandia por motivos de seguridad nacional”, afirmó, dejando claro que no descarta ninguna medida, incluso si eso significa usar la fuerza.
Por la fuerza, o por la fuerza
Groenlandia, un territorio autónomo de Dinamarca, es uno de los puntos de interés de Trump, quien ve en él un valor geopolítico clave. Asimismo, el Canal de Panamá, indispensable para el comercio global, es otro de los temas de los que ha hablado en sus últimas apariciones.
En una charla con periodistas, Trump no dudó en asegurar que Estados Unidos podría tomar acción militar si fuera necesario: “No voy a comprometerme a no usarla. Podría ser que tengamos que hacer algo”, dijo, provocando más inquietud sobre sus intenciones para con estos territorios.
Canadá, el estado 51
Los dirigentes políticos canadienses repudiaron este martes las amenazas del presidente electo estadounidense de anexionar a la fuerza a Canadá y aseguraron que nunca formará parte de EE.UU.
En su rueda de prensa, Trump descartó usar la fuerza militar para anexionar Canadá, pero dijo que sí usará "la fuerza económica". "A muchas personas en Canadá LES ENCANTARÍA ser el estado 51. Estados Unidos ya no puede soportar los enormes déficits comerciales y los subsidios que Canadá necesita para mantenerse a flote. Justin Trudeau sabía esto y dimitió", dijo también en su red social Truth Social.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, declaró en un mensaje en las redes sociales: "Jamás, pero jamás, Canadá será parte de Estados Unidos". "Los trabajadores y las comunidades en los dos países se benefician de que seamos el uno para el otro el mayor socio comercial y en materia de seguridad", añadió el líder canadiense.
La ministra de Asuntos Exteriores, Mélanie Joly, también se sumó a las críticas y calificó las declaraciones de Trump como "amenazas" que atentan contra la relación bilateral.
"Los comentarios del presidente electo Trump muestran una absoluta falta de entendimiento de qué hace que Canadá sea un país fuerte. Nuestra economía es fuerte. Nuestra gente es fuerte. Nunca retrocederemos ante amenazas", añadió en las redes sociales la responsable diplomática del país.
Palito para Biden
Pero no todo en su discurso fue sobre política exterior. Trump también aprovechó para criticar las decisiones de Joe Biden, el presidente saliente, sobre cuestiones energéticas. En particular, mostró su desacuerdo con la prohibición de perforaciones de petróleo en alta mar, una medida que afecta varias áreas de aguas federales. El presidente electo prometió que, tan pronto como asuma el cargo, revertirá esa decisión. “Voy a revertirlo el mismo primer día”, aseguró, con la firme intención de cambiar las políticas energéticas de Biden.
Además, Trump aprovechó la ocasión para reafirmar su postura sobre la OTAN, pidiendo a los países miembros que aumenten su gasto en defensa al 5% del PBI. Según él, estas naciones tienen los recursos para hacerlo y deben asumir un mayor compromiso con la seguridad global.