"Tanteo/ con la planta de mis pies/ ese bajo fondo de arcilla y vértigo./ Las piedras son, ahí abajo, las estrellas./ Exploro el revés acuático/ quiero saber/ cuánto de cielo tiene el río". Así comienza Candelaria Rivero (Santa Fe, 1984) uno de los poemas de su nuevo libro, Un rectángulo negro por donde entra la claridad. Publicado en San José del Rincón por 7 vidas Ediciones, el poemario salió de imprenta a fines de 2024 y se presentó en diciembre, inaugurando "Poéticas para un jardín", la colección de poesía de la editorial.
Colección, libro, editorial y poeta conjugan una apuesta fuerte por la cultura desde los márgenes, que no se rinde ante tiempos difíciles. La colección promete cubrir toda su superficie con una extensa pintura de Mariana Reyes, que presentará en cada tapa un fragmento de un jardín. Decora las portadas la reproducción de un calado con motivos vegetales por María de las Mercedes Ruiz Tion.
El editor y diseñador Patricio Bordes la presenta con dos objetivos, dos metáforas: crear "un jardín silvestre, diverso, lleno de lugares propios, de vida" y construir "un puente de poesía entre Rosario y Santa Fe". Es también un homenaje a Delfina Inés Rossetti (1924-2017), jardinera, abuela del editor.
La experiencia de lectura es inmersiva, expresión de una ciudad y de una cultura que se reconocen en la naturaleza de la región del Litoral, cuya representación literaria buscan plasmar en lenguajes modernos y vanguardistas que ya constituyen tradición. Desde el poeta entrerriano Juan L. Ortiz hasta su comprovinciano Fer Callero, pasando por una poeta y artista que vivió entre Santa Fe, Rincón y Rosario habitándolas como sucesora de Juanele, y me refiero a la inconmensurable Beatriz Vallejos (autora además de lúcidos ensayos donde propone una estética situada), esa tradición "del Litoral" es el sustrato que nutrió también a Kiwi, a Estela Figueroa, y nutre a Roberto Malatesta, a la rosarina Celia Fontán. Candelaria Rivero navega en ese agua dulce con la destreza de un linaje.
Como a muchos de sus colegas locales, el arte audiovisual y la expresión corporal no le han sido ajenos, ni tampoco la reflexión social que apunta a transformar conciencias. Candelaria Rivero es fotógrafa, estudió música y enseña danza contemporánea. Ha publicado por la editorial rosarina Ciudad Gótica sus ensayos críticos sobre cine, en dos tomos: Un rayito del sol (2020) y Un traje deshilachado (2021). Tiene once poemarios publicados. Editó, por La Gota, Los árboles azules (2007), La danza del después (2011) y Los abrazos posibles (2013). Es autora de El libro que pedía nacer (Juanito Laguna, 2015), de Curuzú (Ediciones del campamento, Santa Rosa de Calchines, 2017) y de Esa radiante pretensión (De l’aire, 2022). Bajo su propio sello, Jardín de Luz Ediciones, publicó Fénix (2015), Mujer frutal (2016) y Azuralia (2018).
En 2021 sacó a la luz su Poesía Reunida por Ediciones Legüera Cartonera, permaneciendo de ese modo en el ámbito recóndito de las pequeñas editoriales. Ganó una mención honorífica en el Premio Literario Municipal 2023 y se visibilizó en 2022 cuando Un rectángulo negro por donde entra la claridad, por entonces inédito, obtuvo una mención en el Premio Provincial de Poesía "José Pedroni".
"...la voz de Gilda... como bandera de los pobres"; "Una señora se abrió paso / rasgando el empapelado motivo litoral"; "Vayamos al río, dije, / como quien gesta / los pasos para un final". Apuntes pintorescos, pinceladas breves, citas literarias, renuevan la tradición arriba descrita aportándole una mirada contemporánea, pero los poemas no se tratan de eso. Escritos con disfrutable oficio, se dejan leer más bien como reflexiones sobre la propia vida. Una primera persona fuerte y potente los enuncia.
Hay aquí un sesgo generacional, millenial, cuyo sentido autobiográfico sobrepasa cualquier política de localización por más que el paisaje grite presente. Es un "yo" transparente, de firme honestidad, que indaga posibilidades, merodea lo no dicho y deja entrever heridas. Su fuerza enunciativa radica en el verbo. En los mejores versos se fusiona con el territorio, en un nosotros: "Fuimos hasta la orilla / como quien va / hasta el borde de sí mismo. / El movimiento del agua / nos devolvió / algunos resplandores, / lo que podría decirse / y no decimos. / Pusimos / piedra sobre piedra / para después saltar / hacia otro aire".