El presidente de la Unión Autónoma de Comunidades Originarias (UACOP), Abel Mendoza, denunció públicamente que dos jóvenes integrantes del Pueblo Chorote, que estuvieron junto a la adolescente Edith Antonia Román la noche en que fue violada y asesinada y que han sido convocadas a prestar declaración en la fiscalía de Tartagal, "están siendo perseguidas por dos hermanos criollos".
Las amenazas fueron confirmadas por el cacique Reinaldo Román, padre de la adolescente asesinada la madrugada del 13 de diciembre en las cercanías de la Comunidad La Gracia, a más de 20 kilómetros del pueblo de Santa Victoria Este, en el territorio indígena del extenso departamento Rivadavia.
Una de estas jóvenes, que "testifican que estos criollos estaban en el asesinato", quiso denunciar este hostigamiento pero se encontró con uno de estos hombres que la seguía y desistió, por temor, dijo Mendoza.
Estos hombres, que se movilizaban en motocicletas, "andaban buscando a las chicas, amenazando", recorriendo las comunidades "con armas", ratificó por su parte Reinaldo Román. Contó que la semana pasado los vieron rondando la vivienda de una de estas jóvenes y otros integrantes de la Comunidad los obligaron a retirarse. "Tengo miedo por mi familia, que agarren a cualquiera". "Estas personas están buscando para pillar (agarrar) a estas mujeres", insistió.
Román sostuvo que conoce las identidades de estos dos jóvenes no indígenas, que residen en un puesto rural; añadió que uno de los cuatro detenidos por el crimen de su hija es amigo de estos jóvenes. Dijo que se sabe que se reunían habitualmente a consumir sustancias prohibidas, que se comenta que habrían abusado de otras adolescentes y mujeres que no se animan a denunciar estos hechos. Desde el inicio de la investigación del crimen de Edith Román, a cargo del fiscal Gonzalo Vega, están detenidos cuatro indígenas, uno de ellos menor de edad. El padre sostuvo desde el primer día que en el crimen de su hija participaron más hombres.
Sobre las amenazas, contó que también viene soportándolas. "Hace tres días", desde la ruta, a unos 50 metros de su vivienda en la Comunidad Betania, dos hombres que andadan en una motocicleta roja le gritaron insultos. "No hay justicia", se burlaban en relación al asesinato de su hija. Dijo que aunque tenía el impulso de confrontarlos, no lo hizo, porque entendió que podrían estar armados. "Me da una impotencia", lamentó. En otro episodio, a eso de las 2 o 3 de la madrugada un hombre hizo disparos a la casa que Román tiene en Santa Victoria Este. "Me está amenazando", ese ataque es "una seña de que me quiere matar".
Román precisó que hoy está previsto que den sus testimonios las dos jóvenes amenazadas y un varón. Las jóvenes inicialmente iban a testificar ayer, pero la Policía no pudo trasladarlas.
Mendoza sostuvo que deben contar con facilitadores o intérpretes de la lengua chorote, "porque no saben hablar bien el castellano". Si bien la abogada del área provincial de Asuntos Indígenas que les asesora les aseguró que hay traductores indígenas, Mendoza dijo que no fue la experiencia que vivió el padre de la adolescente cuando se presentó a declarar, el 23 de diciembre. "No están siendo escuchados los derechos de las personas". "Pido una vez más que el Estado no nos abandone", dijo ante este diario.
El cuerpo de Edith Román, que tenía 17 años, fue encontrado en el amanecer del 13 de diciembre. Había sido arrojada a una laguna de la defensa del río Pilcomayo, donde murió por asfixia por inmersión, aunque antes había sido muy golpeada y había sufrido abuso sexual. Román dijo que su hija había sufrido episodios de violencia antes, y que a veces llegaba a la casa llorando, pero había sido amenazada para que no denunciara esta violencia.
Como otros caciques de la zona, Román responsabiliza al consumo de drogas y alcohol por este hecho de violencia y otros que vienen sufriendo en las comunidades indígenas de esta zona que linda con Paraguay y Bolivia, y donde el contrabando de drogas ilegales es muy habitual, y donde el consumo de estas sustancias creció de manera exponencial en el último tiempo.