La categoría de comix, con ese agregado de una X al final, surgió para agrupar una serie de publicaciones underground a finales de los 60, principalmente en Estados Unidos, donde el sexo, el uso de drogas y la violencia se desarrollaban entre sus páginas de historietas sin la censura de los comics mainstreams. Protagonizada por el periodista trans Demian Pratt, esta historieta del periodista y guionista Lucas Alarcón con el historietista trans no binarie Ulises Díaz López no tiene, por ahora, nada de eso para justificar esa X final, pero igual debería llevarla por otras razones.

Tran-X

En Oro negro la X aparece de distintas maneras. Es la forma de hablar en inclusivo de algunos personajes: en los globos se evitan las vocales que anclan los géneros en un universal masculino o en el binarismo y se remplazan por una X. Pero también la X es la letra con la que termina la empresa Tech-X, la que explota a trabajadorxs de las minas, la forma en que el capitalismo más cruento se expresa en la trama. Pero hay más, porque la modernidad de la historieta también reclama esa X.

Demian Pratt hace periodismo de investigación, pero la historieta convierte esa profesión en un subgénero: periodismo de aventura, porque el personaje no es un mero testigo, un narrador o alguien que describe la realidad sino un actor que interviene, se moviliza, le pone el cuerpo a su oficio. No es solo un periodista gráfico detrás de una cámara, de un teclado, de un medio. Si el medio es el mensaje, el cuerpo es el pasaje. Un pasaje a una aventura donde se amalgaman imagen y palabras, pero también, como sucede en las páginas centrales, en el corazón de esta historieta, solo el dibujo sea el cuerpo del relato. Un cuerpo trans en combate, sin nomenclaturas, sin un género estancado, sin alguien que le ponga nombre a su resistencia, para que la historieta se convierta en un espacio de emancipación corporal.

Un comix de combate

No es una historieta moderna solo por su lenguaje emancipador, o porque las pantallas de la computadora o del celular se convierten y confunden con los cuadros de la narrativa dibujada, sino además porque el relato se proyecta sobre uno de los creadores del discurso de la modernidad: Karl Marx. Y de nuevo aparece la X marcando otro posible tesoro enterrado en el mapa de este relato. Sí, están frente a una historieta marxista, pero tal vez la menos demagógica, didáctica o programática que puedan leer. El protagonista Pratt navega (ejem) entre los estratos más altos (los empresarios poderosos) y más bajos (niñxs explotadxs) de la escala social. Las personas que son marginalizadas a los estratos inferiores del tejido social, lxs lumpenproletarixs, se terminan asimilando a la ideología de la burguesía por un escenario que no les da otra oportunidad mejor que ser víctimas-cómplices del crimen capitalista, en un sistema que secuestra-compra vidas frente a la desesperación en la que viven. Un concepto marxista reencauzado en un contexto concreto y dinámico en la historia vigente, que representa la escala cromática social, ya desde el oxímoron del título, donde lo millonario y lo indigente tampoco es un binarismo fácil de representar y resolver sino una dinámica complicada, dialógica, con matices de todos los colores, que la narración nos permite imaginar, porque esta historieta un poco lúmpen está impresa en escala de grises, impresiones urgentes como los panfletos y manifiestos (o toda la gama de literatura de combate), que muchas veces son el preámbulo de las revoluciones. Que así sea.

Historietas Al Frente, Feria de historietas, fanzines e ilustración, se desarrollará entre el 10 y el 12 de enero, entre 17 y 21 horas, en el Centro Cultural La Casa de Enfrente, 25 de mayo y Córdoba, Mar del Plata.