El año empezó con calma chicha en la Usina Sorrento, un clima caldeado por la decisión del grupo Taselli de proceder a despedir trabajadores en enero. La conciliación laboral que dictó el Ministerio de Trabajo días atrás no alcanzó a aplacar la situación y el sindicato Luz y Fuerza mantiene el estado de alerta. Los trece operarios que recibieron telegramas de despidos -casi la mitad del personal en la planta del barrio Sarmiento- siguen vinculados laboralmente pero en suspenso por la intervención ministerial. No obstante, la negociación está en stand by y la empresa no propone alternativas, solo esgrime dificultades de la economía nacional.

Hay una audiencia de conciliación la semana próxima, pero el gremio no se fía dados los antecedentes del patrón. El contrato de generación eléctrica que tiene la vieja central térmica con el Estado vencerá dentro de dos años, y el temor de fondo es que Taselli haga su juego, liquide la empresa y vire su valioso emplazamiento frente al río Paraná a un negocio inmobiliario de valor incalculable.

El conflicto ganó visibilidad de una manera inusitada en las últimas semanas, cuando aparecieron varios pasacalles en distintos puntos de la ciudad que rezaban: "Sergio Taselli, no a los despidos. La solución es invertir". El aludido es el empresario ya conocido tanto como su modus operandi de compra, liquidación y reventa de activos fabriles. Lo hace desde los años '90, como lo hizo con Parmalat Argentina (ex Gándara), con Yacimientos Carboníferos Río Turbio (que terminó en tragedia), Aceros Zapla, Trenes Metropolitanos, Petroquímica Bermúdez (ya en el Gran Rosario y por la que fue imputado penalmente por daño ambiental), Agrinar (en Granadero Baigorria), y frigorífico Santa Elena. 

"El jueves 16 tenemos audiencia y ahí veremos cómo sigue. Los despidos no se hicieron efectivos, por ahora permiten dejar entrar a los compañeros a la planta, pero la empresa desconoce el conflicto y lo declara ilegal. Lo cierto es que estamos en conciliación obligatoria, por algo el Ministerio interviene", dijo el titular de Luz y Fuerza Rosario, Alberto Botto.

"Cuando el gobierno nacional -estaba Julio De Vido como ministro- le quitó la operación a Taselli, puso al grupo Albanesi y desde entonces la situación se había encauzado. Pero hace un par de años Albanesi salió y él recuperó la central, y volvieron los problemas de siempre. Siempre hubo problemas con la caldera, y se debe a que no quiere invertir", explicó el titular lucifuercista.

Taselli pudo recuperar Usina Sorrento y desalojar al grupo Albanesi, que había tomado la operación en 2009 por orden del gobierno nacional ante incumplimientos de aquel con el contrato de generación de energía. El empresario entró a Sorrento en 1992 y por contrato se comprometió a generar electricidad para el sistema interconectado nacional por 35 años. Pero desde entonces, la planta entró en constante desinversión. Para Luz y Fuerza, eso es adrede.

Cumplido ese contrato, en 2027, Taselli se consolidaría como dueño del predio de José Hernández y avenida Sorrento, junto a la desembocadura del arroyo Ludueña. Y ahí tallan las suspicacias acerca de una probable especulación inmobiliaria del empresario, ya sin negocio de generación eléctrica de por medio.

El flanco débil de Taselli como contratista es que tomó la usina cuando aportaba 226 megavatios al sistema, y por esa desinversión referida hoy no alcanza a generar 80 Mw. Por eso, el reclamo de los pasacalles de Luz y Fuerza: si hubiera la inversión necesaria, Sorrento podría incrementar su generación y su viabilidad. "Pero es un chatarrero, siempre hizo lo mismo", observó Botto en diálogo con Rosario/12.

En paralelo, el gremio reserva otro reclamo a la par de los despidos, y es la actualización salarial. "No pagaron el aumento del 5% de diciembre y los salarios están planchados. Hay tristeza en la gente, porque todo con este tipo es incertidumbre. Si no podemos, le vamos a joder el negocio inmobiliario", prometió.