Mientras un laboratorio de la Universidad de Buenos Aires espera analizar 92 pelos para determinar si pertenecieron a Rosalía Jara ‑desaparecida desde el 1º de julio en Fortín Olmos‑, el único sospechoso fracasó en su intento por recuperar la libertad y sumó otra imputación, ahora, por un delito sexual.

Los fiscales de Vera Gustavo Latorre y Martín Gauna Chapero anunciaron ayer su decisión de enviar al Servicio de Huellas Digitales Genéticas de la UBA catorce muestras capilares recogidas dentro del auto del imputado, y otras 78 que estaban en un nido de caranchos, en la zona rural de aquella localidad del norte santafesino. Asimismo, revelaron que el Instituto Médico Legal de Rosario concluyó el análisis de tres pelos enviados antes y resultó que no eran de la joven cuyo paradero todavía se ignora.

Jara, de 18 años, desapareció el 1º de julio en Fortín Olmos, y en el centro de las sospechas está Juan Valdez, un profesor de gimnasia de 37 años que es el padre de la hija de dos años de la muchacha.

Los fiscales imputaron hace veinte días a Valdez del delito de "promoción y corrupción de menores agravados y reiterados, en concurso real con el delito de grooming". Las víctimas, en este caso, son adolescentes a las que él les impartía clases de Educación Física.