Desde Santa Fe

El gobierno de Miguel Lifschitz avanzó en acuerdos políticos para que la Legislatura apruebe antes de fin de año el presupuesto 2018 que estima ingresos por 192.000 millones de pesos y un superávit de 1.590 millones. Ayer, logró el primero: la media sanción en Diputados (sobre tablas, en algo más de una hora y a dos semanas de haberlo presentado) y con una mayoría que es otra novedad política: la suma del Frente Progresista y Cambiemos (que reunió 32 votos a favor, dos en contra de la izquierda y diez abstenciones del peronismo y el socialismo disidente). Aunque en medio del debate, el presidente de la comisión de Presupuesto y Hacienda Julián Galdeano anunció que la negociación del segundo acuerdo, en este caso con los senadores del PJ, ya está en marcha. "Hay un consenso" para que el Senado vote la ley que salió de Diputados en diciembre, para lo cual Lifschitz deberá convocar a sesiones extraordinarias en los próximos días.

La serie arrancó con el discurso de la diputada socialista Clara García, quien ofició de miembro informante del proyecto. Pero los artífices de la defensa fueron el presidente y el vice de la comisión de Presupuesto: Galdeano y Sergio Más Varela, quien operó como vocero de Cambiemos. Los dos elogiaron a Lifschitz por enviar la ley a Diputados y a su ministro de Economía a despejar las dudas de los legisladores. "Gonzalo (Saglione) respondió con solvencia", lo ponderó Mas Varela.

Desde el arco opositor, el diputado Carlos Del Frade fundamentó su voto en contra y el de su compañera de bloque, Mercedes Meier, por lo que llamó la "política de la resignación" de Lifschitz ante las presiones del presidente Mauricio Macri. Después, siguieron los anuncios de los bloque peronistas y del socialismo disidente (Rubén Giustiniani y Silvia Augsburger) de abstenerse. Y así se plasmó el resultado en la pantalla electrónica: 32 votos a favor, dos en contra y diez abstenciones.

El diputado del PJ, Luis Rubeo, criticó el "consenso fiscal" que el gobernador firmó con Macri. En la reunión con Saglione -dijo‑ "quedó en evidencia que la decisión de llegar a un acuerdo era para lograr certeza en el pago de la deuda de los 50 mil millones de pesos. Ese era el objetivo central". Y advirtió que a cambio la provincia deberá reducir el impuesto a los Ingresos Brutos que representa "el 77 por ciento" de la recaudación propia. "Vamos a tener una merma en los ingresos", "así que plantearse un presupuesto equilibrado y un superávit de 1.500 millones es una fantasía".

Rubeo recordó lo que el ex ministro de Economía, Angel Sciara, decía que el presupuesto era "una expresión de buenos deseos y terminaba siendo un dibujo". Ayer, le aplicó esa sentencia al que mandó Lifschitz. Y luego alertó sobre otro compromiso del gobernador: eliminar el impuesto de Sellos de aquí al 2020, lo que significará desfinanciar el Fondo que subsidia el transporte urbano en Rosario. "Le preguntamos cómo va a compensar al municipio y Saglione dijo que ni la Nación ni la provincia tenían partidas previstas. Esto va a cargar sobre los bolsillos de los usuarios el costo del transporte". "Una cosa es lo que se dice y otra lo que se hace, a este presupuesto le van a faltar recursos", agregó Rubeo.  El jefe del bloque del Frente Justicialista, Héctor Cavallero coincidió que el Consenso Fiscal "va a tener un impacto negativo en los ingresos provinciales", dijo que no "dudaba de la honestidad" de Lifschitz, pero "hubo una presión muy grande" de Macri. "Si la provincia tenía un fallo firme de la Corte Suprema que ordena pagar la deuda ¿por qué lo cambió por una promesa de pago?, se preguntó Cavallero.

La diputada Augsburger dijo que ella y Giustiniani no votaban el presupuesto "porque no estamos en condiciones de aprobarlo ni de desaprobarlo. No hay previsiones de los recursos por parte de la deuda del gobierno nacional y del aporte de la Nación para paliar el déficit de la Caja de Jubilaciones".