Como se ha visto a lo largo de los
primeros trece meses de gobierno, Javier Milei sufre una sugestiva
tentación por la falta de precisión en los números de su gobierno,
que lo ha llevado a chocar infructuosamente contra la dura pared de
la verdad. Esta semana, al defender su modelo económico, el
Presidente habló de una “expansión de la economía robusta”,
dijo que se apreciaron los salarios de los trabajadores no
registrados y aseguró que “el desempleo no aumentó”. Como ha
ocurrido en otras ocalos números no se condicen con la
realidad.
La vara de expectativas cada vez más baja
El país de Milei: profesionales que manejan Uber y pedalean sin parar para comer
Son cada vez más los caídos del sistema que recalan en el cuentapropismo para sobrevivir. Igual que ocurrió en la década de 1990, cuando afloraron los remises, kioscos y canchas de paddle, las plataformas de delivery o traslado de pasajeros se convirtieron en un refugio para generar ingresos en una economía deprimida. Los números que contradicen al Gobierno.
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