Prince of Broadway

2008

La tercera película de Sean Baker fue la que logró el reconocimiento dentro del mundillo indie en los Estados Unidos y, por extensión, en la cinefilia internacional, gracias a su recorrido por festivales de cine de todo el mundo. Es la historia de Lucky, un típico estafador callejero que sobrevive en las calles de Nueva York vendiendo imitaciones de productos de marcas de primera línea y que, un buen día, ve como su precaria pero tranquila existencia queda patas para arriba luego de que su ex aparece con un pequeño hijo que ni siquiera sabía que existía. “La película surgió del deseo de filmar en el distrito mayorista de Manhattan, una de las pocas zonas de Nueva York que en ese momento no se había gentrificado. Siempre me pareció una de las zonas más caóticas, coloridas y energéticas de la ciudad. Al comienzo sólo sabíamos que Karren Karagulian interpretaría al dueño de un local, y fue durante la investigación que alguien nos sugirió a un tal Prince Adu, alguien quería ser actor. Apenas nos conocimos nos dijo que si lo poníamos en la película en el rol central nos ayudaría a conseguir el resto del reparto, a hallar las locaciones y además nos contaría historias reales de la experiencia africana en el distrito. Fue en ese momento que supimos que teníamos a nuestro protagonista”.

Starlet

2012

El cuarto largometraje de Baker narra la improbable pero de ninguna forma imposible relación entre Sadie, una anciana reservada y de carácter inopinado, y Jane, una hermosa joven con mucho tiempo libre entre sus manos. Jane tiene un nom de plume, Tess, para su particular oficio en la industria pornográfica de Los Ángeles. Un dato más, aunque de cierta relevancia en el relato, que no pisa los terrenos del sensacionalismo ni la sordidez para narrar el vínculo entre dos seres humanos necesitados de afecto. Dree Hemingway es la encargada de darle vida a Jane/Tess, cuya historia vital tiene todas las marcas del cine del realizador. “Me gusta ser piadoso con los personajes, todo el tiempo. No es tanto una cuestión de piedad o simpatía como de empatía. Mi intención era crear personajes humanos y reales, de allí que me haya concentrado tanto en los aspectos más cotidianos de sus vidas. Pero en el fondo se trata de calzarse los zapatos de los personajes. Creo que se puede encontrar algo bueno y algo malo en todos y es interesante poder mostrar ambos lados. El cine puede ser muy subjetivo, usualmente es el punto de vista de una persona. Pero trato de ser consciente de ello y de recordar siempre que, aunque se trate de una ficción, hay que ser cuidadoso con los personajes, no maltratarlos”.

Tangerine

2015

Sin-Dee y Alexandra son dos mujeres trans que se dedican a la prostitución y patean día y noche las calles de la ciudad de Los Ángeles. La primera acaba de salir de la prisión luego de un mes de encierro y Alexandra tiene varias cosas para contarle: no sólo que se hizo las tetas sino que esa misma noche intentará cantar en público por primera vez. Hay otro dato del presente que debe ser confesado: el novio de Sin-Dee, un proxeneta que además mueve drogas, estuvo metiéndose en la cama de otra mujer durante su ausencia. Con ese punto de partida, Baker construye otro de sus relatos sorpresivos y empáticos sin bajar línea ni, mucho menos, caer en sensiblerías. En su momento, el cineasta declaró que no se consideraba “un paria o un rechazado. Al menos eso espero. Todos los grandes directores están en este momento mirando hacia la televisión y la industria de cine de Hollywood está dada vuelta. En lo personal, he intentado formar parte de esa industria durante unos veinte años, pero ahora, cuando de alguna manera esa industria me reconoce, ya no siento ese deseo. No me interesa contar esa clase de historias, no quiero hacer la próxima Duro de matar. Estoy transitando mi cuarta década de vida y tal vez tenga que ver con eso, con cierta perspectiva que te ofrece la edad”.

Proyecto Florida

2017

Hasta la reciente llegada de Anora, Proyecto Florida había sido el largometraje de Sean Baker con llegada a un público más amplio e internacional, siempre dentro de las fronteras del nicho autoral y más independiente. Entrevistado en su momento por Radar, el realizador confesó que esta historia de una niña de seis años que vive junto a su madre en un hotel de poca monta, muy cerca de los parques de Disney en Orlando, había sido una idea original del coguionista de la película, Chris Bergoch. “La zona donde transcurre la historia no es muy conocida y la situación que se vive allí está algo escondida para la mayoría. No es que esté siempre buscando un grupo marginal de gente para contar una historia. Lo que me suele llamar la atención es cierto ambiente o un tema en particular. Cuando creo un personaje, aunque yo mismo no pertenezca a ese mundo o haya experimentado esas mismas cosas, siempre pienso de la siguiente manera: ¿Cómo me gustaría verme representando si alguien más estuviera describiendo mi universo más cercano? Me gustaría que fueran sinceros, que me mostraran como un ser humano, con todas mis debilidades y fortalezas, con las fallas y también los dones. Esa es la responsabilidad que todo creador tiene a la hora de representar algo que existe, que es real”.