“En Argentina no hay racismo, porque gracias a la fiebre amarilla se murieron todos los negros”, dijo un acopiador de cereales durante el conflicto de la ley 125 en el noroeste bonaerense. Esta frase, que de principio a fin dice lo contrario, aún es sostenida con alto convencimiento por un sector de la sociedad. La blanca, la que tiene los privilegios simplemente por ser así. Hay infinidad de fras