El precio del limón se disparó en las últimas semanas y llegó a tocar los 7 mil pesos por kilo en Buenos Aires. Más allá de la estacionalidad, ¿qué factores explican este estelar aumento en una de las frutas que, normalmente, son de las más baratas?

Consultado por la 750, Claudio Muollo, presidente de la Cámara de Operadores Mayoristas Frutihortícolas del Mercado Central de Buenos Aires (Combaires), señaló que este episodio se da por la confluencia de varios factores.

En primer lugar, explicó que “el cítrico es una plantación de invierno" y que el caso puntual del limón tiene cuatro estaciones. Sin embargo, resaltó que "en verano produce mucho menos. Y sobre todo las variedades que hay plantadas”.

Pero hay algo que se suma a este contexto en particular: “Durante todo el año el limón no tuvo precio. Estaba en 250 pesos el kilo hasta octubre. Durante todo el año la plata quedó con la fruta, no pudo descargarse”.

Esto hizo que la cosecha para el verano se viera alterada "debido a que las fábricas tienen mucho stock de jugo y esencia, no se hicieron los trabajos de la poda, abono, cura. Todo lo que necesita la planta para producir en esta época”, según explicó Muollo.

El clima, dijo Muollo, no ayudó. “Aparte hubo un par de heladas. Y nos encontramos en el verano con una producción muy pequeña”, dijo a la par que remarcó que el precio “se va a estabilizar y va a volver a nada, a punto de no poder cosecharla”.

Pero, además, –como último factor– están las políticas de Javier Milei: “En estos momentos se está importando limón sin ningún tipo de restricción. En este momento no es que el productor se está llenando de plata porque no tiene fruta”.

Sin embargo, para el especialista, “la noticia tendría que ser no que el limón vale mucho, sino que todo el resto vale poco” y remarcó que otros productos, como la papa y la cebolla, tienen precios por debajo de lo rentable.