“La cultura argentina existe y resiste también en el bosque” , dicen desde Albatros, la primera productora cultural fundada en Mar de las Pampas. El 21 de enero se realizará “Fogoncito”, el suceso cultural donde más de 25 artistas locales expondrán textos, fotografías, artes visuales y harán música en vivo.
Desde Albatros buscan generar distintas propuestas culturales que instalen a Mar de las Pampas como polo cultural y turístico. Comenzaron alrededor del fogón, filmando a distintos artistas y sesionistas que convocaban a través de su canal de YouTube. El fuego ha sido siempre escuela y lugar donde muchos músicos aprendieron a perder la vergüenza y tocar sus primeros acordes, hasta incluso probar sus primeras canciones. Con su nombre, ellos homenajean a este gran ritual de la playa, primer escenario de muchos.
“La amistad fue nuestro punto de partida. Nos conocemos desde la infancia. Algunos nacimos acá y otros vienen todas las temporadas. Pero la gran mayoría estamos viviendo acá hace un par de años”, relata Ludmila Fernandez Tapponier, una de las integrantes de la productora y organizadora del evento. Oriunda de Mar de las Pampas, hija del guardavidas del balneario, cuenta que muchos del grupo fueron a formarse a distintas ciudades cuando terminaron la secundaria, pero que poco a poco van regresando. Sobre todo, por la crisis económica.
“Queremos que en nuestro pueblo sucedan cosas. Pero no solo eso, las queremos generar. Inventar los espacios que nos gustaría que existieran. El motor fundamental es el deseo de lo que nos gusta hacer y de lo que nos parece fundamental para la cultura de una comunidad. Para este evento contamos con la colaboración de los vecinos y vecinas, que están dando una mano desde múltiples lugares. Trabajando en la barra, cocinando, haciendo los flyers, entre otras cosas”, cuenta Tapponier.
Ella tiene treinta años y es la más chica del grupo. Volvió a Mar de las Pampas el invierno pasado. En Capital se dedicaba a la gestión cultural junto con su novia y con el gobierno de Milei le empezó a faltar el trabajo. Soledad Darder, su pareja, llevaba adelante un espacio cultural y teatro en Capital Federal que cerró con la llegada del macrismo, como le pasó a muchos espacios que fueron perseguidos. “Cuando ganó Milei, sabíamos que venía algo parecido. La derecha siempre vapulea a la cultura”, reflexiona Tapponier.
Fue en ese entonces que muchos del grupo que hoy conforma la productora decidieron volver al pueblo. El primero fue Juan Mazzoni, en la pandemia, que es quien empezó a realizar los fogones musicales.
“Cuando éramos chicos todos íbamos al mismo balneario, el Soleado, que es el lugar que reúne a la comunidad. Todos nos ubicábamos de la playa. Pero fue de adultos que nos volvimos a reencontrar. Fue juntarnos y saber que hay otros que tomaron la decisión de volver, nos dio impulso a algunos. Hace que quedarse en Mar de las Pampas sea más fácil. Saber que hay otros jóvenes. Porque el grupo etario del pueblo suele ser mayor, o con un estilo de vida más familiar”, explica la gestora.
La productora lleva por nombre “Albatros”, ya que en ese balneario comenzaron a volverse amigos y a soñar con este proyecto cultural.
Tapponier relata que, si bien siempre hubo propuestas culturales en el pueblo, sucedían normalmente en los anfiteatros y se trataba de espectáculos para toda la familia que viajaban por la temporada. “El trabajo de todos los artistas callejeros, circenses, magos y humoristas sostiene todas las temporadas. Crecimos viendo esos espectáculos. Es muy importante la función social que cumplen los anfiteatros acá. Lo que nosotros buscamos es generar una propuesta distinta, pero no por eso mejor o peor, sino desde otra perspectiva”, explica.
Ellos quieren instalar un evento por mes, donde puedan nuclear a todos los artistas que vivan en la comunidad y quieran exponer su arte. “También estamos abiertos a que se acerquen a participar turistas que son parte de nuestra comunidad durante el verano”, dice, y recuerda a Juan Forn. El escritor porteño un día se fue a vivir a la costa y pasó de ser un hombre de tapado negro, un “dark” como cuenta en este autoretrato, hasta volverse uno más de los habitantes.
“A Forn nosotros le decíamos JF. Porque acá hay muchos juanes. Estaban JF, JP que es el director del Chasqui, el diario local. Eran muy amigos ellos. Pero para nosotros Juan no era un escritor o una referencia cultural, sino un vecino más, el padre de nuestras amigas. Tuvimos suerte de compartir con él comidas, tardes de playa, caminatas que nos inspiraron. Obviamente, fue muy importante para toda la comunidad que él haya venido a vivir acá con su trayectoria. Él daba clases y charlas en un bar de Mar Azul que se llamaba La Zorra. Ahora cerró. Pero los dueños se pusieron otro que se llama Flor Azul. Acá suceden cosas”, recuerda Tapponier.
El invierno es lo que les preocupa, ya que, a diferencia de Mar Azul, que hace años sostiene La casa de la Cultura de Mar Azul, ellos no cuentan con un espacio estatal donde durante el año sigan los talleres y las actividades. Pero con la productora, buscan cómo estar entretenidos. Dos de las integrantes del equipo están trabajando en un libro de recetas del pueblo. “Nosotros nos juntamos mucho a comer en invierno. Hay mucho tiempo para las reuniones y no hay mucho qué hacer afuera”, dice Tapponier. Milagros Casentini y Soledad Darder fueron recabando historias y recetas de vecinos o gastronómicos que ya cerraron, para contar la historia del pueblo desde la comida.
“La ambición de Albatros es generar propuestas culturales que terminen atrayendo al turista fuera de temporada, pero sobre todo crear propuestas que disfrutemos nosotros. Fogoncito tiene como sello su calidad audiovisual. Así que nuestra idea es poder seguir difundiendo artistas locales de todo el municipio. En un contexto como este, nos resulta fundamental realzar la cultura autogestiva y reivindicar espacios como estos que hacen que la gente disfrute, se conmueva y pueda ser feliz un rato en medio del disparate que es el país”, concluye Tapponier.
El primer evento, “Fogoncito en vivo” será en el hermoso Nido Bistró, un clásico de Mar de las Pampas, rodeado de árboles. La gastronomía esta vez estará a cargo de Casa Madre que es un local nuevo de los mismos dueños. Se va a poder disfrutar de unas buenas tapas y beber distintos tragos de autor. En el evento habrá un escenario donde irán tocando las y los músicos que pasaron por el ciclo audiovisual. Además, habrá un área de literatura y otra de artes visuales, audiovisuales y fotografía.
“Fogoncito vivo” será el martes 21 de enero de 19:00 a 23:00 en El Nido Bistro (Joaquín V González y Benito Lynch, Mar de las Pampas). La entrada es libre y gratuita.