Hace unos días un familiar me envió las tarifas de la temporada de verano, para acceder a las piletas "públicas" de la Ciudad de Buenos Aires en los distintos parques municipales.
Me llama la atención que aquellas familias que no pueden veranear en la costa, por razones económicas, deban pagar por ejemplo, 15 mil pesos por día, para que dos adultos y dos niños puedan ir de 9 a 18 horas a las piletas, del Parque Sarmiento, que es el mayor de todos.
Recuerdo especialmente al Parque Sarmiento, porque yo entrenaba a mis nadadores allí en el verano hace 40 años, y tanto nosotros como la gente que iba por diversión, solamente pagábamos el carnet de pileta con un precio mensual muy acomodado, que era casi simbólico.
También en aquella excelente pileta cubierta, entonces la mejor de Argentina, se disputó en 1982 la Copa Latina de natación, con la presencia de Brasil, Argentina y cuatro selecciones europeas de primer nivel: Francia, Italia , España y Portugal.
Previamente a ese torneo, me acuerdo que fui despedido como entrenador Nacional por el Presidente de la Confederación de Natación, por hacer una nota en la que decía que era una vergüenza que para poder hacer el evento se alquilara en dólares un natatorio público a la Confederación de Argentina, entidad entonces sin fines de lucro. Las damas del COAS (Cooperadora de Acción Social), que administraban el Parque posiblemente se quejaron y yo fui eyectado.
Las desventuras de la pileta cubierta de ese Parque recién habían comenzado, luego de funcionar bastante bien hasta los '90. La furia privatizadora de esos años, tanto a nivel de la Nación como de la Ciudad, y la opacidad cuando no complicidad de algunos dirigentes deportivos, fueron contribuyendo al deterioro y enajenación de las instalaciones.
En las piletas se permitió que empresarios privados vinculados al poder de turno, o que directamente coimearon a alguien, trajeran delfines y lobos marinos. Durante años, las piletas no funcionaron para la gente y una de ellas, la olímpica cubierta, finalmente fue tapada con tierra y cemento y hoy ya no existe. En su lugar hay un gimnasio. Se podrían contar muchas anécdotas de ese Parque, como la de un director que se llevó en un camión varios metros de la reja perimetral para su casa en un country.
Hoy me dicen que las piletas que quedan, están bastante renovadas, aunque sus elevados aranceles las hagan prohibitivas para los que más las necesitan. Para algunos funcionarios simplemente es un detalle, en cambio para mí, es lo más importante.
* Ex Director Nacional de Deportes.