El Consejo Superior de la UBA aprobó anteayer modificar el temario de la asamblea universitaria del próximo lunes e incorporar la reforma del estatuto, para aprobar consensos alcanzados en... 2008. Pero ayer, el rector Alberto Barbieri decidió dar marcha atrás y volver al temario original, que sólo incluye la elección de quien encabezará el rectorado los próximos cuatro años –todos los pronósticos indican que será él mismo–. Entre una decisión y otra mediaron la manifestación de rechazo realizada por las agrupaciones estudiantiles que encabezan la FUBA (un frente liderado por La Mella y el PO) y, en especial, una nota de casi 50 asambleístas que pidieron suspender el tratamiento de una reforma acordada hace nueve años por otros consejeros y reabrir la discusión en los próximos meses.
Con los votos necesarios para reelegir al rector garantizados, el bloque de radicales y aliados que gobierna la UBA aspiraba a avanzar en la reforma del estatuto universitario. En el Consejo Superior, el bloque oficialista aprobó el último miércoles un cambio en el temario de la asamblea. Además de la elección del rector, incluyeron la modificación del estatuto, retomando una proceso que se había abierto en 2007 (como producto de la seria crisis institucional del año previo) y que se había debatido en diversas comisiones durante meses. En 2008 finalmente la asamblea universitaria había acordado diversos cambios en la normativa universitaria que, para plasmarse, debían ser elaborados por una comisión redactora. Pero esa comisión nunca se convocó ni se constituyó. En cambio, recién en los últimos meses, un equipo de la Facultad de Derecho se ocupó de redactar la reforma, y lo que se pretendía era votarla el lunes próximo.
Pero la iniciativa despertó el rechazo de sectores estudiantiles y docentes. En la sesión del Consejo Superior del miércoles, la Federación Universitaria de Buenos Aires realizó una manifestación para oponerse, entre otras cosas, porque la reforma excluía la responsabilidad de la universidad para con la alimentación de los estudiantes. Por eso, la protesta tomó la forma de “un comedorazo”.
Además, unos cincuenta consejeros directivos de facultades como Ciencias Exactas, Filosofía y Letras, Ciencias Sociales, Ingeniería y Farmacia y Bioquímica, entre otros, todos habilitados para participar de la asamblea universitaria, presentaron ante el rectorado una nota de impugnación a la convocatoria a reformar el estatuto. Allí recordaron que el cambio del temario “pretendería dar continuidad al tratamiento asambleario de una cuestión no dirimida en 2008, que emplazó al Consejo Superior a agotar los trabajos y plazos no más allá de 2009”. Eso, sostuvieron, implicaba “una seria irregularidad de trámite”, entre otras razones porque la normativa no contempla “un cuarto intermedio de nueve años y que los asambleístas desconozcan lo que se debe poner a consideración”.
Con esos argumentos, solicitaron que se conocieran “las actas de la sesión de la asamblea de 2008”, que se les diera un plazo adecuado para “poder contrastar si el contenido de lo debatido en 2008 se compadece en fondo y forma con lo que ha de producir la comisión de coordinación de estilo”. Finalmente, reclamaron que “se deje sin efecto la eventual convocatoria a discutir las reformas estatutarias hasta que no se den las condiciones reglamentarias suficientes”. La idea de los consejeros que firmaron la carta al rectorado es que se abra un debate democrático sobre la reforma del estatuto y se convoque una nueva asamblea para tratarlo el año que viene.
La resolución dictada ayer por el rector Barbieri atendió esos reclamos y decidió posponer el tratamiento de la reforma, dada “la trascendencia institucional” del tema y “la necesaria participación de todos los asambleístas en pos de lograr el debate más plural posible”.