Barcelona se llevó una nueva edición de la Supercopa de fútbol de España. Con un rendimiento superlativo, sobre todo en el primer tiempo, el conjunto blaugrana arrolló en el clásico 5-2 al Real Madrid, en la final disputada en la ciudad de Jeddah, Arabia Saudita.

El ganador no se vio afectado por el gol rápido de Kylian Mbappé, ni tampoco por la expulsión del arquero polaco Szczesny. El equipo catalán fue dueño absoluto de las acciones. De hecho, en tres minutos ya había generado dos chances claras de gol, con Yamal y Raphinha, que fueron neutralizadas por el belga Courtois.

Barcelona se equivocó en el lanzamiento de un tiro de esquina, y dejó el camino libre para un contrataque en la que Mbappé definió con precisión. En la primera llegada, Real Madrid festejó.

Barcelona continuó con esa intención de jugar por abajo, de atacar el espacio, de apostar a proyecciones de laterales o incursiones de mediocampistas hasta el fondo. Y el empate llegó a través de Lamine Yamal, quien exhibió toda su categoría en una definición ajustada. Barcelona siguió con el dominio y sacó provecho de una ingenuidad del francés Tchouameni, quien le hundió la pierna en el muslo a Gavi. El juez Jesús Gil Manzano, ayudado por el VAR, sancionó el penal. Y Lewandowski convirtió. 

En el final de la primera parte, el mejor jugador de la cancha, el brasileño Raphinha, se elevó más alto que todos en un centro milimétrico de Koundé para concretar el tercero. Y en tiempo de descuento, luego de una fallida incursión al área rival en un tiro de esquina, salió la rápida réplica del conjunto catalán, y Baldé resolvió cruzado para el 4-1.

La reacción del Real quedó neutralizada apenas comenzada la segunda parte, cuando el brasileño Raphinha metió quinta velocidad y definió ante la salida de un desconsolado Courtois. El Real Madrid apenas pudo descontar con un tiro libre de Rodrygo, ante una floja respuesta del arquero Iñaki Peña.