Como si El abismo de James Cameron le diera un chirlo a Dark, todo con tonada escocesa y bajo la bravura del Mar del Norte. Así fue la primera temporada de La plataforma con la historia de unos duros trabajadores petroleros que experimentaban una interrupción en sus comunicaciones por la aparición de una misteriosa y persistente bruma. Bastó que Stephen King la incluyera en su lista de favoritas (la conexión con La niebla fue evidente) para que la entrega de David Macpherson confirmara una segunda temporada. Ubicados en una nueva plataforma de alta tecnología, los sobrevivientes del Kinloch Bravo aceptan la peligrosa misión de extraer los secretos más ocultos del ártico.
El equipo de Magnus MacMillan (Iain Glen) le pone el pecho a tsunamis, conspiraciones y conflictos corporativos, mientras el océano les presenta nuevos desafíos. Como quien no quiere la cosa, Rose Mason (Emily Hampshire), la científica y representante de una corporación sin escrúpulos, irá tomando las riendas narrativas de esta temporada compuesta por seis episodios. La CEO de Pictor, Morgan Lennox (Alice Krige), es otro de esos personajes a tener en cuenta. La vida, de ellos en particular y del mundo en general, depende de lo que habita bajo el agua helada. “Nos preocupamos tanto por lo que está allá afuera, que nos olvidamos del peligro acá dentro”, lanza Magnus como coda para estos capítulos.